El Palau de Mar ultima su reconversión en un clúster tecnológico
El grupo Barcelona Tech City convertirá el edificio en su nueva sede tras un año y medio de negociaciones
Tras pasar más de tres años semivacío, las oficinas del Palau de Mar tendrán por fin uso. El clúster de empresas tecnológicas Barcelona Tech City ultima el acuerdo con los propietarios del inmueble para convertirlo en su sede. El pacto parece tan cercano que la comercializadora ya ha cerrado la posibilidad de adquirir nuevas oficinas y algunos miembros de la organización ya dan por seguro el traslado a Economía Digital, igual que otro de los actores implicados en la negociación. Sin embargo, de forma oficial, el mensaje del grupo es de prudencia.
El cambio (por el momento están ubicados en el Paseo de la Bonanova) no será inmediato, pues el edificio «requiere de mucha obra», explican fuentes implicadas. El clúster habría alquilado toda la superficie disponible, según las mismas fuentes. «El objetivo es albergar el máximo número de start-ups posibles», han ilustrado a Economía Digital desde la asociación.
Tras más de un año y medio de negociación, la firma se realizará en las próximas semanas. Sin embargo, Barcelona Tech City guarda en la recámara otras ubicaciones si el acuerdo se rompe a última hora. «El Palau cumple con todos los requisitos que deseamos», reconocen. Mientras, miembros del grupo, que engloba compañías como LetsBonus, Privalia, eDreams, Caixa Capital Risc y Softonic, confirman la mudanza.
Diversidad de actores
En las negociaciones están implicados varios actores que las convierten prácticamente en un galimatías. En primer lugar, el Palau de Mar es propiedad del Puerto de Barcelona. Sin embargo, el edificio está concesionado a 30 años a la inmobiliaria Pórtico de Mar, que ganó el concurso en 1990. Pero la comercialización de las oficinas la está realizando la asesoría inmobiliaria Busquets & Gálvez.
Con la entrada del clúster, el edificio se desmarca de las noticias surgidas en 2014, que sugerían la construcción de un hotel en el recinto. El consistorio de Xavier Trias trató de dar impulso al proyecto, que se topó con la negativa de la oposición, las asociaciones de vecinos, el plan de usos del inmueble y la ley estatal de puertos. Finalmente, y más con la moratoria hotelera de Ada Colau, la idea queda aparcada.
Cuatro millones de euros de alquiler
El edificio construido en 1881 volverá a tener actividad después de que en 2012 el Departamento de Bienestar Social y Familia de la Generalitat lo abandonara para ahorrar costes. Según se publicó en 2005, el alquiler rozaba los cuatro millones de euros al año. Actualmente, las oficinas se encontraban vacías, aunque en sus instalaciones alberga el Museu d’Història de Catalunya y varios negocios de restauración.