El nuevo recibo de la luz será otro fiasco, según Iberdrola
Galán considera inviable el sistema que el Gobierno prepara para sustituir las subastas eléctricas y recomienda que el Estado asuma los conceptos ajenos a la energía que ahora se pagan con la factura
El nuevo recibo de la luz acabará, con toda probabilidad, en un nuevo fiasco energético. Lo prevé el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán. Señala que el despliegue de la tarifa que diseña el Gobierno a partir de abril es inviable.
“Me voy a poner el gorro de ingeniero”, ha dicho antes de enumerar los argumentos técnicos que apuntan al supuesto fracaso. A continuación considera que la filosofía es correcta. “Es magnífico hacer un sistema de precios en tiempo real”.
Falta tecnología
Pero el parque de contadores, la tecnología y el actual software impedirán que el modo de calcular cuánto se pagará con cada recibo de la luz se despliegue con eficacia. En España apenas hay un millón de contadores instalados con esa capacidad, según datos de la propia Iberdrola.
A la insuficiencia del número de aparatos cabría añadir las dificultades técnicas. “No todos tienen una conexión capaz de recibir datos en tiempo real. Por tanto, la fiabilidad de las lecturas sería dudosa. Por otro lado, hace falta un ‘supercomputador’ que alimente los contadores y un software específico que tardaría un mínimo de seis meses en desarrollarse”.
Promesa difícil
El Ministerio de Industria quiere sustituir en abril el sistema provisional que regula el precio de la luz por los precios en tiempo real. La promesa es que, al cabo del año, los consumidores pagarán un 3% menos. “Se generará frustración”, prevé Galán.
Como alternativa propone “atacar” la parte del recibo de la luz con más peso en la factura. “El 60% de lo que pagamos nada tiene que ver con la energía que consumimos, ni con las redes que la transportan hasta nuestras casas. Tienen que ver con decisiones políticas”. España no está sola en esta situación.
Diferencia internacional
Iberdrola, que suministra la electricidad a los neoyorquinos calcula que la factura en Europa es dos veces y media más cara que en Estados Unidos por esos conceptos ajenos a la actividad eléctrica. Galán propone que la factura de la luz se desprenda de esa mochila y que apuntes como el bono social o la ayuda a las energías renovables se pague a través de los presupuestos generales del Estado.