El nuevo padre de Pocoyó dilapida el 46% del valor de la compañía
Las acciones de Zinkia caen casi a la mitad desde que Miguel Valladares asumió la presidencia del grupo audiovisual
Una caída del valor de la cotización del 46% en 495 días. Esa es la evolución bursátil de Zinkia, productora audiovisual propiedad de Pocoyó, que ha visto como sus títulos han pasado de 0,92 euros por acción a 0,50 desde que en junio del pasado año Miguel Valladares relevara a José María Castillejo al frente de la compañía. Por el camino, con una guerra entre la dirección actual y la anterior, la desconfianza de los inversores, unida al efecto dilución de una ampliación de capital, explican el descalabro.
Desde la compañía del personaje de animación esgrimen que este último aspecto es el más relevante. La operación se cerró en agosto después de que el consejo de administración lanzara otros 9,6 millones de acciones ordinarias por un valor máximo de 4,05 millones de euros. La ampliación quedó suscrita al completo tras recibir solicitudes de compra por valor 5,9 millones de euros en el periodo de suscripción preferente y de 3,6 en el tramo adicional.
Gran parte de estos nuevos títulos fueron comprados por la nueva dirección: Valladares se hizo con 7,82 millones de acciones y Alberto Delgado, consejero delegado desde la nueva etapa de Zinkia, hizo lo propio con 393.919 acciones. En tanto, la capitalización bursátil media de este año queda en 17.054 millones, un valor ligeramente inferior a la de 2016 (17.364 millones).
La ampliación de capital ayudará a afrontar el convenio de acreedores
El dinero ayudará a aliviar las urgencias financieras – la firma audiovisual debe hacer frente al pago de 900.000 euros a finales de 2017– que se conocieron tras la presentación de resultados en mayo. Zinkia registró en 2016 pérdidas por valor de un millón de euros frente a los números rojos de 24.545 euros del año anterior. La facturación, por su parte, siguió bastante plana. Se situó en los 5,7 millones de euros respecto a los 5,8 millones registrados en el ejercicio precedente (el 1,7% menos).
De las vías de ingresos para reflotar la compañía se sabe poco. Según explicó Zinkia al Mercado Alternativo Bursátil (MAB), la financiación llegará, principalmente, a través de tres vías: la distribución de contenido a canales de televisión de pago y en abierto, de sus formatos más habituales (DVD y Blue Ray) y de la concesión de licencias a plataformas de pago por visión (ppv) y vídeo bajo demanda (vdb). Al respecto, hasta el momento solo se ha conocido un acuerdo con Amazon Prime Video para emitir los capítulos de las series y una alianza con Aquí Media para que la marca crezca en Japón.
Herencia recibida y líos judiciales
Preguntado sobre la situación que atraviesa Zinkia, Alberto Delgado reprocha la gestión de la antigua dirección. “Cuando llegamos nos encontramos una compañía en la que no se invertía desde hacía cinco años”, explica. Tampoco duda en señalar al que fuera máximo responsable, José María Castillejo. “Una de las principales tareas ha sido eliminar los gastos superfluos, como el sueldo de 300.000 euros anuales que tenía el anterior responsable”, reprocha Delgado, quien asegura que Valladares, a diferencia de Castillejo, no percibe ninguna remuneración por su puesto.
La guerra entre los dos máximos accionistas de Pocoyó sigue en los tribunales
El conflicto está en los tribunales. Miguel Valladares denunció la gestión de José María Castillejo acusándole de administración desleal. La demanda presentada ante el juzgado de instrucción número 54 de Madrid está pendiente de resolución. Sobre esta resolución, Delgado afirma estar esperando «más de lo previsto».
Castillejo contraatacó. Denunció al empresario mexicano después de presentar una querella ante la Unidad de Delitos Económicos y Fiscales (UDEF) en la que detallaba como, presuntamente, Valladares se organizó para arrebatarle la mayoría de las acciones de Zinkia y, por tanto, tener control de la compañía. La justicia ya ha resuelto este último litigio después de tumbar las alegaciones de Castillejo con mucha dureza.