El nuevo CEO de Duro Felguera allana el terreno para hacer ajustes
La asturiana recortó la plantilla en un 16% el año pasado y sus trabajadores han enlazado dos ERTE en un año
Jaime Arguelles es desde el pasado 1 de mayo el nuevo consejero delegado de Duro Felguera, en sustitución de José María Orihuela, quien permanecerá en el consejo de la compañía – sin funciones ejecutivas- hasta que finalice su mandato el próximo 22 de junio.
Arguelles ha sido propuesto por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), al igual que César Hernández Blanco y Miguel Ángel Santiago Mesa, después de aprobar los 120 millones de euros del rescate de la asturiana.
El nuevo CEO ha visitado la sede de Duro Felguera en Gijón, se ha reunido con los trabajadores y les ha trasladado un mensaje “hay que apretar y se remontará”. Desde el comité de empresa, encabezado por la Corriente Sindical de Izquierda (CSI), consideran que las palabras del CEO pueden ser un preaviso de los ajustes de personal que están por llegar.
La empresa sigue sin sustento, y es que a pesar de que el Estado ya ha desembolsado los primeros 40 millones de euros del rescate, «no entra contratación» y esperan como agua de mayo la entrada de un socio industrial.
Desde CSI creen que la plantilla “ya ha apretado mucho, y ahora, le toca a la alta dirección” porque ninguno se vio afectado por los dos ERTE que han puesto en marcha. La asturiana puso en marcha un primer expediente de regulación temporal de empleo en el inicio de la pandemia, se alargó seis meses y afectó a 672 trabajadores en España. El mismo les permitió ahorrarse 4,8 millones de euros.
Tras la segunda ola, en enero de este 2021, varias de sus sociedades implantaron un nuevo ERTE para 425 trabajadores que finaliza el 31 de mayo. Asimismo, Duro Felguera recortó la plantilla en un 16% el año pasado, pues arrancó 2020 con 1.321 empleados a nivel grupo y lo finalizó con 1.109 empleados.
En concreto, en España, la compañía negoció la salida de 131 trabajadores, según explican fuentes sindicales, y la mayoría de ellas tuvieron que ver con el cambio de sede. El grupo asturiano vendió su sede corporativa en Madrid y ofreció el traslado a Gijón a los 200 empleados pero muchos de ellos declinaron la oferta, “y se les liquidó”.
La alta dirección de Duro Felguera decidió bajarse el sueldo un 20% en 2020 con motivo de la pandemia, pero los sindicatos creen que «cobrando 100.000 euros, el impacto es mínimo». Y consideran que «como siempre» los que han sufrido las mayores consecuencias económicas han sido los trabajadores de salarios medios.
Desconocen los planes futuros de Jaime Arguelles, pues en los días que ha visitado la planta ha tratado de “empaparse” de todo lo que está ocurriendo dentro de la compañía, pero no ha desvelado qué hará, explican desde CSI a Economía Digital. Sin embargo, temen que opten por alargar el ERTE o esperar el tiempo de rigor para poder negociar salidas.
La plantilla sigue intranquila pese al rescate de la SEPI
La agonía en Duro Felguera se alarga y los trabajadores “no terminamos de ver la luz”. Cada día que pasa “hay menos posibilidad de salvar la empresa”, señalan. Los sindicatos saben que es “innegable” que la pandemia ha afectado a la compañía, pues ha afectado al mercado mundial y ellos viven de los contratos internacionales.
Pero las dificultades financieras que arrastra la asturiana desde hace años “agravan la situación”, más si caben, si no llegan los contratos. Los representantes de los trabajadores aseguran que han transmitido su preocupación reiteradamente a la presidenta de Duro Felguera, Rosa Isabel Aza.
“Siempre nos atiende, pero nos dice lo que queremos oír y no aporta soluciones”, señalan. Para ellos, el mejor escenario posible sería la entrada de un inversor industrial que aportara contactos y luchara por ganar contratos.
“Aza siempre nos repite que hay varios inversores interesados, pero cuando preguntamos por qué no dan el paso, no nos dicen nada”. La compañía remitió a la Comisión Nacional del Mercado de Valores el pasado 10 de diciembre que Alantra estudiaba cuatro ofertas no vinculantes y que solo se tendrían en cuenta los que hubieran firmado el acuerdo de confidencialidad.
La entrada de un inversor, también cambiaría el desembolso de la segunda fase del rescate. Según lo pactado, la SEPI inyectará 50 millones de euros de un préstamo participativo y 30 millones a través de una aportación de capital y/o un préstamo participativo, antes del 30 de junio.
Lo que condiciona que estos 30 millones se paguen íntegramente mediante un préstamo participativo es la entrada del inversor. Si antes de esa fecha no hay inversor se hará mediante esta vía, pero si finalmente entra, el fondo realizará una aportación al capital menor a la efectuada por el inversor. Y el resto del desembolso, hasta completar los 30 millones de euros, mediante un préstamo participativo.
Ante la desinformación, la sensación en la plantilla sigue siendo de “intranquilidad”. CSI asegura que la entrada del Principado de Asturias, que prometió unirse al rescate e inyectar 6 millones de euros, “sería una locomotora para que entraran inversores”.