El modelo de Prink: expansión en plena crisis
La empresa de consumibles de impresora factura un 47% más cada año
Carlos Sánchez es un madrileño con una ilusión enorme por su trabajo. Lo conoce bien, lleva muchos años ligado al mundo de la impresión, desde las cintas de tinta para las máquinas de escribir al frente de una empresa de la Once, a los cartuchos de tinta para las impresoras digitales.
Y con la empresa Prink, de la que es cofundador y máximo responsable en España, ha conseguido un pequeño imperio desde Barcelona, donde está establecida la marca, cuya central es italiana. Prink facturó 12 millones de euros en 2012, con crecimientos en los últimos años del 47%, con cerca de 200 tiendas repartidas por todo el territorio español.
Cambio de hábitos
El negocio de los cartuchos de impresión, los consumibles de impresora, es indicativo también del momento actual de la economía española. Sánchez comunica su experiencia con destreza. Transmite empuje y ganas de luchar, pero deja claro que la impresión digital ha bajado un 25% en los últimos años.
Es decir, desde los usuarios domésticos, hasta las pequeñas y medianas empresas, las impresiones descienden, por la necesidad de ahorrar, pero también porque van cambiando los hábitos, y, como ocurre con los medios de comunicación escritos, la lectura en las pantallas de los ordenadores o de los dispositivos móviles se va haciendo más llevadera y común.
La cuestión, sin embargo, es que, pese a ese descenso, el mercado es grande, y Prink ha conseguido liderar un nicho que no existía, desde la calle Ávila del barrio del Poblenou de Barcelona, donde trabajan 33 personas. Comercializa productos propios, cartuchos reutilizables, con patente propia, el 80%, y marcas originales, el 20%, y los ofrece a través de franquicias. ¿La producción? “En Rumanía”.
Negocio para el autoempleo
“Con 60.000 euros, nuestros franquiciados pueden poner en marcha el negocio, y alcanzar el punto de equilibrio en 12 meses”, asegura Sánchez, que destaca otra cifra. “El 30% de las nuevas tiendas que abrimos es de multifranquiciados, de personas que ya tienen una o más tiendas”.
De la formación, del asesoramiento, y del seguimiento de los objetivos se ocupa Prink, que está muy encima de todos establecimientos. “Lo que queremos es que esas tiendas aumenten sus ventas, y ayudamos a los franquiciados en todo lo que necesiten”.
Madrid y Barcelona
Desde el inicio en España de Prink, en 2006, la facturación ha pasado de un millón a doce millones de euros, con la voluntad de llegar, en 2014, a tener unos 250 puntos de venta en toda España. Madrid y Barcelona agrupan casi el 50% de todas las ventas. Esa expansión ha comportado la creación de unos 500 puestos de trabajo. ¿Quienes? “Son personas que han perdido el trabajo, desde profesionales del transporte, a profesionales liberales, que se decidieron a crear su propio negocio”, afirma Sánchez.
Es decir, se trata de autoempleo, aunque está derivando en “pymes modestas”, porque muchos de ellos amplían el negocio y abren nuevas tiendas.
Sánchez entiende que el negocio de la impresión haya bajado en estos años de crisis, pero cree que, aunque existe una tendencia a la baja, acabará subiendo algo más en los próximos años. En el catálogo de Prink existen hasta 11.000 referencias, entre cartuchos y tóner originales como compatibles.
La imagen de Ibaka
Prink compite en precio y en calidad. Carlos Sánchez se explaya con las cuestiones técnicas de los cartuchos reutilizables, dejando claro que las diferencias con los originales de las grandes marcas son muy estrechas. El consumidor lo sabe, y también valora la cuestión medioambiental.
Pero ninguna empresa debe despreciar el marketing. Eso lo sabe Sánchez, un empresario que estudió Empresariales, pero que se apasiona con el mundo de los comerciales. Y Prink ha contado con el jugador de baloncesto de la NBA y miembro de la selección española Serge Ibaka como imagen de marca.
Aviso a las administraciones
Y, aunque Carlos Sánchez ha buscado su propia vía, se queja de la falta de agilidad de las administraciones. “Muchos funcionarios cuando les explicas un problema concreto no se implican lo más mínimo, aseguran que cumplen su cometido, pero no valoran lo que significa poner un negocio en marcha”.
¿Un consejo? “En la administración debería haber personas con experiencia empresarial, que sepan lo que pasa en la vida real”