El magnate ruso Fridman impone a DIA dos cambios urgentes
El magnate ruso Mikhail Fridman, que cuenta con el 10% de las acciones, pide modernización y renovaciones en la cadena de supermercados
El magnate ruso Mikhail Fridman, que adquirió el 10% de las acciones de los supermercados DIA de forma sorpresiva a finales de julio pasado, propondrá una profunda renovación para modernizar la pobre y deslucida marca de DIA.
Fridman ha solicitado la colocación de dos consejeros para impulsar los planes de renovación y transformación y para apoyar la nueva imagen, más cercana con los grandes supermercados modernos de Europa.
Tras la recuperación del consumo, los supermercados DIA han perdido participación del mercado en la medida en que sus establecimientos lucen más descuidados y con menos variedad de productos que las grandes cadenas de supermercados con mayor superficie de venta.
El aterrizaje
La cadena, presidida por la venezolana Ana María Llopis y con Ricardo Currás al frente de la operación, afronta un enorme problema de imagen interna y externa, cuenta con decenas de demandas y querellas de franquiciados, una elevada deuda y una caída de market share. El nuevo inversor ruso, que no cuenta con ningún tipo de experiencia en la distribución en España, se ha dado cuenta de ello antes de aterrizar en la compañía. Y así lo ha hecho saber.
El magnate ruso, que ha entrado a través del fondo Letter One, con sede en Luxemburgo, tiene mucho que decir en DIA, ya que se ha convertido en el segundo mayor accionista, siguiendo muy de cerca al primer propietario Baulle Griford & Co, con algo más del 10% de las acciones.
La cadena afronta un enorme problema de imagen interna y externa, cuenta con decenas de demandas y querellas de franquiciados, una elevada deuda (ha pasado en un lustro de cero euros de deuda a unos mil millones) y una caída de participación de mercado en favor de Mercadona, líder con el 25% del mercado, y de Lidl, la cadena con mayor crecimiento durante los últimos años.
El magnate ruso ha sido salpicado por el caso de los espionajes informáticos en Estados Unidos durante la campaña presidencial que ganó Trump y también ha sido señalado por la policía española por estar implicado en una trama de sobornos que pudo haber beneficiado al hijo del ministro del Interior ruso.
La gestión de Currás
Y mientras el ruso aterriza, Ricardo Currás, matemático de profesión, gestiona la cadena de supermercados con el ojo puesto en el cobro de sus bonos por objetivos, según explican fuentes cercanas al alto directivo. Ésta, precisamente, ha sido una de las críticas que han sobrevolado sobre el consejero delegado durante los últimos años.
Los resultados de la compañía siguen siendo buenos en términos de ebitda, precisamente el concepto por el que más cobra el consejero delegado.
Ricado Currás cuenta con un sueldo de 600.000 euros anuales, pero en los últimos dos años, DIA ha pagado más de 6 millones de euros por sus servicios. La cifra incluye los variables que cobrará al cierre de 2018, debido a un plan de retribución a largo plazo firmado por Currás el año pasado.