El lío contable de Cacaolat retrasa su salvación

El informe de los administradores judiciales se pospone hasta principios de julio mientras los compradores hacen cola

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El concurso de acreedores de Cacaolat se alargará más de lo previsto inicialmente. Los administradores judiciales, encargados de realizar el primer informe sobre la viabilidad de la empresa han pedido al juez prolongar un mes el tiempo que tienen para realizar  su trabajo sobre la situación de la empresa ante la situación enmarañada que han descubierto, según ha podido saber Economía Digital de fuentes conocedoras del proceso.

Inicialmente los dos responsables judiciales tenían que entregar al juez el informe a principios de junio, pero ante las dificultades con que se han topado en su tarea de aclarar los movimientos registrados en la filial de Nueva Rumasa, han pedido alargar el plazo. Todo ello a pesar de que los citados administradores cuentan con potentes equipos de los despachos Roca i Junyent y Deloitte.

El informe preliminar ha de dar una imagen fiel de la situación de los activos y pasivos de la empresa. Una vez con este documento sobre la mesa los afectados, especialmente los proveedores podrán aceptar los datos o impugnarlos si no los consideran fidedignos. En todo caso, la resolución del concurso de acreedores es clave para asegurar la viabilidad futura de la empresa. No obstante, de las primeras observaciones realizadas los expertos, se dedujo que la empresa con sede en Barcelona es viable. En el momento en que se pidió el concurso, Cacaolat declaró un pasivo de 25 millones.

Precisamente para asegurar el futuro de esta sociedad propiedad actualmente de Nueva Rumasa, la Generalitat de Catalunya y el Gobierno de Aragón han realizado una reunión para coordinar esfuerzos de cara a asegurar la salvación de Cacaolat. La empresa de batidos tiene factorías en Utebo (Zaragoza), y en las localidades catalanas de Parets del Vallès y Barcelona. Actualmente la sociedad tiene en marcha un Expediente de Regulación de Empleo destinado a aligerar en lo posible la carga financiera de la empresa.

Desde que entró en concurso de acreedoeres, Cacaolat no ha cesado de tener pretendientes. El último, el presidente del grupo cervecero, Damm, Demetrio Carceller, quien reconoció que será “uno más” de los que se interesen por la histórica marca catalana, líder en su sector en el segmento de la hostelería. “Todos lo miramos pero nadie da el paso”, dijo Carceller, en referencia a los múltiples hipotéticos salvadores de la compañía –en concurso de acreedores– que han aparecido hasta ahora.

Otra empresa con sede en Barcelona, Vichy Catalán, ha mostrado al juez su firme interés por analizar las cuentas de Cacaolat. El grupo Central Lechera Asturiana también ha mostrado su predisposición ante el Juzgado Mercantil número 6 de Barcelona, también lo ha hecho la sociedad de reestructuración de empresas Victory Turnaround. Otras compañías que sonaron como potenciales compradores son Llet Nostra y Nutrexpa, dueño de Cola-Cao, aunque dicha empresa ha negado cualquier interés.

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