El mayor naturópata de España blinda su negocio millonario
Enric Corbera pone a trabajar a su gabinete jurídico para borrar las sombras de su historial que podrían tumbar su imperio
Enric Corbera quiere proteger su imperio económico. El catalán, famoso por la bioneuroemoción, el polémico negocio con el que factura tres millones de euros, ha puesto a trabajar a su gabinete jurídico. El naturópata no quiere que el Colegio Oficial de Psicólogos de Cataluña (COPC) y la Organización Médica Colegial (OMC) se armen en los frentes administrativos y judiciales a los que ahora se ha unido el Ministerio de Sanidad. Por ello, se ha querellado contra su principal azote, RedUne.
Tanto la organización como uno de sus vocales, Emilio José Molina, han recibido sendos requerimientos donde se les insta a retirar un dossier elaborado desde 2014 y de acceso público en el que se relatan los episodios más polémicos del catalán. Según las demandas a las que ha tenido acceso Economía Digital, Corbera exige la retirada de informaciones que le atacan y suponen “un presunto delito de injurias y/o calumnias». También se explora la vía de «interponer contra él (Emilio) una demanda de protección del honor”.
Además, se pide la rectificación en firme de declaraciones vertidas por Molina en diferentes foros, dado que éste “lidera lo que, sin ambages, constituye una campaña de desprestigio y difamación contra la bioneuroemoción en general y contra D. Enric Corbera y el instituto que dirige en particular”.
El recurso llega en un momento decisivo. Desde hace meses, el colegio de psicólogos de Cataluña, que nunca ha validado las prácticas de Corbera, estudia abrirle un expediente. Un episodio al que se suma la petición del colegio de médicos para que se cierre su web entre las de aproximadamente un centenar más que profesan presuntamente pseudoterapias peligrosas». Ambas posibilidades están en punto muerto.
Sanidad estrecha el cerco
El último organismo en pronunciarse ha sido Sanidad. A una pregunta parlamentaria en la que se cita textualmente la bioneuroemoción, el ministerio reconoce que «los hechos presentados podrían se conductas constitutivas de diversos ilícitos penales«, como delitos de intrusismo, contra la salud pública y de lesiones.
La administración insta a la fiscalía a entrar de lleno contra este tipo de prácticas, puesto que reconoce que estos “profesionales sanitarios” divulgan “terapias alternativas a la medicina convencional entre pacientes con enfermedades graves. En algunos casos, contraproducentes”.
Un documento incómodo
Corbera quiere eliminar el rastro de más de 300 páginas en la que se recogen testimonios de los que aparentemente fueron pacientes suyos. El documento, que cuenta con el respaldo de asociaciones como la fundación española contra el cáncer (FEFOC), reproduce también declaraciones vertidas por él mismo en sus cursos.
Pero, sin duda, el documento más estremecedor es el vídeo de una de sus expacientes, Maribel Candelas. La valenciana, enferma de cáncer, aseguró en una entrevista que había dejado la quimioterapia y se había entregado a la bioneuroemoción. Candelas falleció a los pocos meses de dejar la medicina convencional y Corbera retiró el clip alegando derechos de propiedad intelectual.
RedUne detalla a través de 300 páginas los presuntos peligros de la bioneuroemoción
Este medio ha intentado ponerse en contacto con Corbera en diferentes ocasiones y ha obtenido siempre el silencio por respuesta. Su entorno, no obstante, siempre ha defendido que «la bioneuroemoción no es ni una terapia ni un tratamiento, porque su objetivo nunca ha sido curar o aliviar una enfermedad o sintomatología». Asimismo, insisten en que nunca ha recomendado dejar la quimioterapia ya que el de Corbera es un «método integrador y holístico que trabaja las emociones y que, aplicada al ámbito de la salud, es sumatoria de los tratamientos convencionales”.
Las denuncias del pasado
El de Rubí ya denunció en el pasado –o amenazó con hacerlo– a otras voces críticas con la bioneuroemoción. Tal fue el caso de medios de comunicación, como Interviú y La Sexta. A la revista le exigió, vía burofax, una rectificación a uno de sus reportajes: «Si es cáncer, tiene un conflicto con su pareja», mientras que a la cadena de televisión se le instó a la retirada del contenido que finalmente no se emitió en un programa de Equipo de Investigación (2015) donde se dedicaba un monográfico a los movimientos sectarios en España.
Corbera ya denunció en el pasado a quienes criticaron su método
También emprendió medidas judiciales contra el instituto de estudios superiores de psicología (ISEP), entidad a la que obligó a retirar el artículo Las sectas que vienen: Bioneuroemoción, donde se contaban los presuntos métodos coercitivos de esta filosofía. En aquella ocasión, se intentó que el centro publicara a modo de compensación un nuevo artículo que los propios abogados de Corbera facilitarían. El ISEP nunca cedió a esta propuesta.