El Gobierno permite de nuevo que las telefónicas se ‘roben’ clientes
La ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero, anuncia el fin de una de las primeras medidas de bloqueo por el coronavirus
El Gobierno ha acordado este martes reactivar por completo las portabilidades —cambiar de compañía manteniendo el número de teléfono— en el sector de las telecomunicaciones, las cuales habían sido suspendidas el pasado marzo con motivo del estado de alarma por el coronavirus a fin de «restringir los movimientos de las personas». A partir de ahora, Telefónica, Orange, Vodafone y el resto de operadores tienen vía libre para lanzar promociones a los clientes de las compañías rivales para que recalen en sus filas.
Pese a la medida, los operadores seguirán sin poder interrumpir los servicios de telecomunicaciones, al ser servicios esenciales, hasta terminar el estado de alarma. No lo podrán hacer «incluso cuando los abonados no hayan procedido al correspondiente pago», ha indicado la ministra de Hacienda y portavoz del Ejecutivo, María Jesús Montero.
El texto aprobado este martes «pone fin» a la limitación de la portabilidad. Se trata de una de las prácticas rutinarias de las compañías telefónica, que aprovechan para robar clientes a la competencia al contar con la capacidad de los usuarios para irse a un nuevo operador sin cambiar su número de teléfono.
La restricción de las portabilidades fue una de las primeras restricciones a las que dio luz verde el Gobierno el pasado marzo para «restringir los movimientos de las personas y de los técnicos» de las compañías.
Polémica por el bloqueo de las portabilidades
La reactivación de las portabilidades ha sido, precisamente, uno de los temas más debatidos en los últimos días por parte de organizaciones de consumidores, que defendía que ya «no había obstáculo alguno» para cambiar de operador tras el paso a la fase 1.
Según el Gobierno, una vez que todo el territorio nacional está ya en fase 1 o fase 2, la eliminación de las restricciones a la portabilidad «permitirá que el mercado de las telecomunicaciones recupere su dinamismo y plena operatividad», y que los ciudadanos elijan «los servicios que mejor se adapten a sus necesidades».