El fundador de Desigual liquida su sicav por el fin de los mariachis
Thomas Meyer se suma a la cascada de cierres por las nuevas reglas de las sicav, que obligan a un mínimo de 2.500 euros de inversión por persona para beneficiarse de las ventajas fiscales
Tras años de celebrar ventajas fiscales, los dueños de la gran mayoría de sicav se han visto obligados a cerrar sus sociedades por la nueva regulación fiscal del Gobierno. El fundador de Desigual, Thomas Meyer, no fue una excepción. Igual que aproximadamente un 90% de las gestoras de fondos existentes en España, bajará la persiana a lo largo de 2022. El magnate de origen alemán tenía hasta 24,6 millones de euros en la sociedad, que ahora deberán buscar un nuevo destino dentro de su portfolio de inversiones.
El dirigente anunció esta misma semana que disolverá su sicav, Jupiter Inversiones, a lo largo del año. Lo hizo fuera de plazo: la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) dio de tiempo hasta el 31 de enero para notificarlo, pero no se espera que reciba ninguna sanción. El regulador aceptó relajar las limitaciones por las dificultades de algunas sociedades de reunir a su consejo de administración.
La entidad gestionada por Banca March convocará durante este año a su junta de accionistas, fundamentalmente formada por el Thomas Meyer, para cerrar. La reunión no tiene todavía fecha, pero es seguro que supondrá el fin de una sociedad que fue muy rentable para el empresario. En sus seis años de vida, solamente cerró una campaña en negativo; la de 2018, cuando perdió el 9,2% de su inversión. El resto de años su saldo fue positivo: +6% en 2016, +7% en 2017, +12,9% en 2019, +5,5% en 2020 y +4,3% en 2021.
Al cierre de 2021, Jupiter Inversiones contaba con un patrimonio de 24,6 millones de euros. La mayoría invertido en renta variable. Meyer tenía tomadas posiciones en empresas como The Coca-Cola Company (473.000 euros), Arcelormittal (264.000 euros), Disney (414.000 euros), Deutsche Telekom (249.000 euros), Alibaba (225.000 euros), Carrefour (270.000 euros) y Ericsson (255.000 euros). En total, 9,4 millones de euros en acciones.
Otro producto que sedujo al empresario textil fueron los fondos de inversión, donde concentraba otros 8,2 millones de euros. Estaban divididos en productos de gestoras como Nordea, Blackrock, Natixis, Groupama o Fidelity. Su exposición a la renta fija era muy inferior. Apenas 1,4 millones en pagarés de Tubacex y bonos de firmas como Grifols, Sacyr, Petróleos Mexicanos y Softbank.
Además, sumaba algo más de 4 millones de euros en tesorería como pólvora para invertir en caso de que los gestores encontrasen una oportunidad en los mercados que ya no llegará.
El Gobierno busca luchar contra el fraude fiscal en las sicav
Será así debido a la imposibilidad de adecuarse a las nuevas reglas del Gobierno, que exige una inversión mínima de 2.500 euros a cada uno de los 100 inversores que, como mínimo, formen el capital. No es el caso de la sicav del fundador de Desigual, que tampoco ve posible adaptar el accionariado a las nuevas exigencias del Ejecutivo.
El cambio en la normativa entra ahora en vigor y se hace para evitar la trampa en la que se habían convertido la gran mayoría de estas sociedades diseñadas para ser vehículos de inversión colectiva. A la práctica, estaban controladas prácticamente en su totalidad por una sola persona, que hacía y deshacía a su antojo, y completaban el accionariado decenas de convidados de piedra con un peso testimonial denominados mariachis.
Durante años se beneficiaron de una norma que les permitía tributar solamente el 1% de los beneficios. Pero el Gobierno quiere acabar con esta práctica y en la nueva ley de medidas de prevención y lucha contra el fraude fiscal, en vigor desde el 1 de enero, exige ya una participación mínima de 2.500 euros por accionista para demostrar que son realmente gestoras colectivas y no de un solo inversor. Si no se adaptan pasarán a tributar el 25% de las ganancias, lo que deja de hacer atractivas a este tipo de sociedades.
Según las primeras estimaciones existentes –el plazo para notificar el cierre terminaba oficialmente el 31 de enero–, bajarán la persiana entre el 80% y el 90% de las sicav. Se espera que los millones depositados allí se trasladen a fondos de inversión, ya sean nacionales o internacionales. Otros optaron por transformarlas en sociedades anónimas o limitadas.