El fantasma del cierre sigue planeando en Panrico, aunque las negociaciones avanzan
Los sindicatos pactan una contrapropuesta al plan de viabilidad de la dirección basada en prejubilaciones y bajas voluntarias. La cúpula se pronunciará el martes a las 12 del mediodía
Los dos grandes sindicatos con presencia en Panrico, CCOO y UGT, han puesto finalmente encima de la mesa del director general del grupo, Joan Casaponsa, una contrapropuesta a su plan de viabilidad de la factoría de Santa Perpètua de la Mogoda (Barcelona). Tras una semana de negociación, en el Departament de Treball el pasado lunes y discutiendo de forma informal el resto de la semana, a última hora del jueves suscrbirieron el pacto en el que proponen prejubilaciones y bajas incentivadas para que los resultados de la fábrica vuelvan al terreno azul.
Entre otros, se basan en el excedente de producción del centro catalán. Desde la dirección lo cifraron en el 25%, un porcentaje que los representantes de los trabajadores quieren rebajar con la salida de empleados. Añaden otra característica del centro barcelonés: los empleados de más edad son los que más cobran. Por lo tanto, si finalmente se suman al plan de jubilaciones, también habría repercusión directa en los costes de producción.
Desencuentro
Desde la primera fila de los comités de empresa de Panrico –en Santa Perpètua tiene mayoría CCOO y en el de los intercentros, que engloba a todos los empleados del grupo en Catalunya, UGT– señalan que defienden el pacto con una sola voz. Pero fuentes conocedoras de la negociación aseguran que las discrepancias entre ambos persisten.
En el diseño final, el acuerdo se acerca mucho más a la propuesta que CCOO puso encima de la mesa cuando estalló el conflicto laboral, el pasado septiembre. Finalmente, UGT ha dado su brazo a torcer; pero las mismas fuentes aseguran que es un ejercicio de arrojar la toalla y sacar el paraguas para aguantar el chaparrón que por convencimiento.
Son pesimistas en este sentido. Casaponsa ya declaró que era inaceptable el plan de prejubilaciones y bajas incentivadas de CCOO. Tiene cuatro días para cambiar de opinión, pero hasta la fecha ha declarado que no se pueden mantener los complementos salariales de la plantilla de Santa Perpètua, las denominadas mochilas. Ha afirmado también que todos los empleos son necesarios y que no se puede asumir la sustitución de trabajadores caros por otros más baratos, que sería el efecto final del plan según su punto de vista.
ERE en Madrid
En Santa Perpètua trabajan 464 personas. La dirección de Panrico tiene preparado desde hace tiempo un expediente de regulación de empleo (ERE) para acelerar el cierre y reordenar la actividad en otros 10 centros del grupo en España. Como afectaba a las factorías de varias comunidades autónomas, quien se tienen que pronunciar sobre la idoneidad de la medida es el Ministerio de Empleo.
En este sentido, y si finalmente se opta por la clausura en Catalunya, esperan una tramitación sin sorpresas por parte de la institución dirigida por Fátima Báñez. Sobre todo porque las causas económicas son objetivas: en el cierre provisional del ejercicio 2011, Panrico pierde otros 200 millones de euros.