El ERE del Sabadell reabre el debate sobre una futura fusión
El banco está ahora mucho más saneado que hace un año tras desinvertir en negocios no estratégicos y reducir costes
El ERE que Banc Sabadell ha anunciado este lunes a los trabajadores no ha pillado por sorpresa a nadie. El consejero delegado, César González-Bueno, adelantó en mayo su intención de llevar a cabo un plan de reestructuración similar al de 2020 (este acabó con la salida de 1.800 empleados).
Y en julio, durante la presentación de resultados, indicó que daría detalles del mismo este verano. La gran diferencia con el recorte de personal del año pasado, es que este si será un ERE y no se basará únicamente en prejubilaciones.
Fuentes cercanas a la negociación reconocen que se parecerá más al del Santander, BBVA y Caixabank, que a su plan de salidas del año pasado. De hecho, el banco catalán prevé poner en marcha un plan de recolocación que ayude a los afectados a encontrar un nuevo empleo.
Siguiendo los pasos de estos tres bancos, que entre diciembre y junio han negociado 13.000 despidos, el Sabadell también pondrá cupos por edad para que el grosso de las salidas no se concentre entre los más mayores, que además son los más caros de despedir.
Lo que hace que el resto de la plantilla se enfrente a dos problemas, uno, que sus condiciones de salida sean menos ventajosas al llevar menos años cotizados. Y dos, la dificultad de encontrar un empleo a partir de cierta edad.
Los sindicatos consultados por Economía Digital destacan que el 13% de la plantilla, formada ahora por 15.000 trabajadores, está en edad cercana a la jubilación o cumple requisitos para prejubilarse, por eso no entienden que se vayan a extinguir contratos de empleados con menos edad.
Tampoco ven suficientes razones para llevar a cabo un ERE, tendiendo en cuenta que el banco ya ajustó la plantilla el año pasado y ha obtenido un importante beneficio entre enero y junio superior a los 200 millones. Banc Sabadell dará a conocer las razones que llevan a acometer estos despidos el jueves 2 de septiembre, día en que ha convocado a la Representación Legal de los Trabajadores (RLT).
Entre tanto, empiezan a sonar campanas de fusión. El Sabadell ya lo intentó el año pasado con BBVA, solo dos meses después de que Bankia y Caixabank anunciaran la suya, y al mes siguiente de que lo hicieran Unicaja y Liberbank.
A diferencia de estas últimas, la de Sabadell y BBVA no prosperó. En su momento se habló de desacuerdo en el precio. Sabadell sufrió un fuerte castigo en bolsa y su cotización se hundió hasta los 0,30 euros. Además, su filial británica, TSB llevaba años en pérdidas y la rentabilidad del banco era la más baja del sector.
Sin embargo, el banco ha empezado a remontar el vuelo y en lo que va de 2021, es la segunda empresa del Ibex 35 por subidas (+70%), supera en bolsa los 3.400 millones de capitalización bursátil, ha anunciado un dividendo del 30% del beneficio y TSB ha dado beneficios.
Además ha vendido negocios no estratégicos, como el Andorra a MoraBanc por 67 millones de euros, o el de renting de coches a ALD por 59 millones.
Un escenario mucho más favorable para negociar una fusión que el que tenían hace un año. Pese a ello, el consejero delegado del banco ha insistido recientemente en la intención de seguir el camino en solitario.
De hecho, destaca que esta reducción de costes –con ajustes de personal y oficinas- es una de las soluciones para mejorar la rentabilidad del banco sin necesidad de fusionarse. Pero lo cierto es que el banco está ahora mucho más saneado que hace un año y lo estará aún más en 2022, cuando concluya el plan de reestructuración, lo que hace más atractivo para BBVA.
El CEO del grupo, Onur Genç, si está abierto a negociar una operación de este tipo. Durante la última presentación de resultados, explicó que la única condición para poder analizar una fusión con Sabadell o en general, cualquier compra, es que las cifras tengan sentido y la operación genere valor para el banco.
La venta de la filial en Estados Unidos le ha dado a BBVA unos 8.000 millones de capital, de los cuales, una parte se va a invertir en la recompra de acciones (calculan que unos 3.500 millones), casi 700 son para pagar el ERE, y el resto se invertirá para crecer por encima de mercado en los países donde está el banco.
Por eso el próximo año será clave, tanto BBVA como Sabadell habrán finalizado sus respectivos ERE con los que prevén ahorrar 350 millones de euros al año. El primero 250 millones y el segundo, 100 millones.