El efecto Primark hunde la moda ‘low cost’ espaƱola
Shana y Okeysi van a concurso mientras Lefties reduce ventas en EspaƱa por el tirĆ³n de la compaƱĆa irlandesa
La moda de bajo coste con sello español sufre el efecto Primark. El auge de la multinacional irlandesa, que en 2016 alcanzó 1.369 millones de euros de ventas en España (+17%) ha impactado en la cifra de negocio de compañías surgidas en el país como Shana y Okeysi, orientadas a un perfil de cliente similar al del gigante de las prendas low cost. La competencia de Primark, que el año pasado sedujo a nueve millones de consumidores en España según Kantar Worldpanel, también ha golpeado a Lefties, del grupo Inditex.
SHANA. Si 2016 fue el año de la quiebra y desaparición de Blanco, en 2017 quien se asoma al abismo es el grupo barcelonés Comdifil, propietario de las cadenas Shana, Double Agent y Friday’s Project. El 17 de octubre el conglomerado catalán presentó un concurso de acreedores, tras fracasar en el intento de refinanciar una deuda de 95 millones de euros.
Detrás de la compañía de moda se encuentra el tudelano Julián Imaz, que en 1993 se convirtió en proveedor de producto acabado para Inditex, a través de la empresa Erari, que acabaría absorbida por la multinacional con sede en Arteixo. Ya en 1996, el empresario aragonés asesoró a la empresa de Amancio Ortega en el lanzamiento de Bershka, mientras el negocio de Erari como proveedor de Inditex pasó a Comdipunt.
En 2000 Imaz independizó a Comdipunt de Inditex y se lanzó al retail con Comdifil. Primero creó Friday’s Project, una cadena multimarca dirigida a un público adolescente, con marcas como Guru o Fornarina. Pero en aquel momento la mayor parte de la facturación del grupo procedía todavía de producir para el grupo gallego. Ya sin pedidos de Inditex, en 2010 la compañía apostó por Shana, una cadena monomarca de básicos a bajo coste que despegó con fuerza y alcanzó medio centenar de tiendas en su primer año. En la actualidad Shana representa el 65% de las ventas de Comdifil y cuenta con un centenar de tiendas.
Sin embargo, la feroz competencia de Primark impactó en las ventas de Shana y, en consecuencia, en las cuentas de Comdifil. Así, el grupo pasó de un beneficio de 1,9 millones de euros en 2015 a pérdidas de 90 millones de euros en 2016. La facturación alcanza los 220 millones. Para resurgir, Imaz planea reducir la red comercial y centrarse en el canal digital. Solo Shana cuenta con 250 tiendas, de las que cerrarán todas menos 40, según reveló el empresario a El Confidencial.
OKEYSI. La otra firma de moda radicada en España que ha ido a concurso es Okeysi, propiedad del empresario Xiaohua Chen. La compañía dedicada al público femenino, tiene 25 establecimientos y llegó a abrir una flagship store (tienda emblema) en el barrio de Salamanca de Madrid. 2017 era el año de la expansión de la empresa al exterior y ha acabado pasando por el juzgado de lo mercantil.
La firma, fundada en 2013, ha elevado ventas en los últimos años pero no ha logrado ser rentable. En 2015 facturó 15,64 millones de euros, un 59% más que el año anterior; mientras que el beneficio se situó en cerca de 786.000 euros (+29%). A diferencia de Comdifil, que combina tiendas propias y franquiciadas, todos los establecimientos de Okeysi pertenecen a la empresa.
La mayoría de los puntos de venta de la firma se encuentran en centros comerciales -como Xanadú en Madrid o Gran Vía 2 en Alicante-, con escasa presencia en ejes prime, salvo la tienda de la calle Fuencarral de la capital española. Su estrategia de expansión, pues, difiere de la de su principal competidor, Mulaya. Esta cadena de capital chino tiene una treintena de tiendas, entre ellas una flagship de 650 metros cuadrados en la calle Pelai de Barcelona.
LEFTIES. Primark no solo ha hecho daño a Comfidil y Okeysi. El concepto más económico de Inditex, que opera a través de Nikole S.A., facturó en 2016 un total de 194,3 millones de euros, un 19% más que el año anterior. Eso sí, en España las ventas descendieron un 15%, hasta los 95,1 millones, justo el primer ejercicio tras la inauguración de la macrotienda de Primark en la Gran Vía madrileña.