El D-Hub prevé empezar a producir en la fábrica Nissan a mediados de 2023

Después de varios retrasos, la cuenta atrás para presentarse al concurso para la reindustrialización de Nissan está a punto de llegar a su fin: el día 16 de septiembre marca el límite para que los inmologísticos interesados envíen toda la documentación. En este contexto, el D-Hub, la unión de empresa que pretende construir un polo de atracción para las compañías vinculadas a la fabricación de vehículos eléctricos, parte como una de las favoritas. Con plena confianza de resultar ganadora, QEV Technologies espera poder iniciar su producción en la planta a mediados de 2023.

Así lo aseguró Joan Orús, CEO de la automovilística que lidera el consorcio, en una entrevista en Economía Digital. “Queremos empezar a hacer las modificaciones que necesitamos en las plantas de ensamblaje para adaptarlas a nuestro producto cuanto antes mejor”, expone el directivo, mientras añade que necesitan unos nueve meses para que las máquinas estén en pleno rendimiento desde el momento en que puedan instalarse en la planta.

En este sentido, desde la empresa ubicada en Montmeló (Barcelona) esperan contar con la resolución final del concurso, acompañada de su soñado “sí definitivo”, a mediados de octubre. “Llevamos mucho tiempo esperando, no solo nosotros, los sindicatos y toda la plantilla de trabajadores están esperando con ansiedad”, apunta en relación con los diferentes retrasos del concurso público.

En este sentido, QEV y su principal aliado Barcelona Technical Center (BTech) quieren absorber a unos 1.000 de los antiguos trabajadores de Nissan en los primeros tres años de actividad en la planta por su “conocimiento” del sector, que consideran “tan relevante como los activos” de la automovilística nipona.

De la mano de Goodman

Tal como avanzo Economía Digital, el hub de la descarbonización se ha aliado con la inmobiliaria Goodman para que la empresa australiana se presente al concurso con su proyecto industrial. La licitación del alquiler de los terrenos está formada por seis parcelas, de las cuales casi 100.000 metros cuadrados ya están adjudicados a Silence y al centro técnico de Nissan.

Ahora restan 309.737 metros cuadrados para uso industrial por adjudicar y tres parcelas de uso logístico con un tamaño total de 108.765. El proyecto industrial que presente cada inmologístico será crucial para ganar el concurso, ya que adjudica 60 de los 100 puntos atendiendo a factores de índole industrial. La fabricación de coches es la actividad más bien valorada, seguido de proyectos de movilidad eléctrica, de inversión y aquellos relacionados con la sostenibilidad y la transición energética. 

El pacto entre Goodman y el D-Hub incluye la distribución técnica de los edificios para maximizar la zona logística, además de un acuerdo económico por el cual la inmobiliaria da su apoyo al consorcio. Ahora mismo, el hub y la compañía australiana están acabando de resolver sus dudas sobre el concurso con el Consorci de la Zona Franca de Barcelona para poder presentarse “con las mayores garantías” para Goodman, según Orús. Una vez solucionadas estas cuestiones, que van desde los tiempos para iniciar la actividad logística hasta la distribución de las plazas de parking, la inmobiliaria haría efectiva su propuesta, reduciendo la posibilidad que el concurso quede desierto. 

QEV espera fabricar 60.000 unidades anuales correspondientes a su furgoneta eléctrica bautizada como Zeroid desde la antigua fábrica de Nissan. Aunque son previsiones optimistas, el directivo mantiene que, de contar con peores perspectivas por el contexto macroeconómico, la empresa seguiría siendo rentables con una producción de 30.000 furgonetas al año. 

Inversión de 800 millones 

A estos vehículos se sumarian las 40.000 unidades de la histórica camioneta pickup Ebro que ensamblará BTech. Ambas compañías compartirán las líneas de producción con el objetivo de sumar 100.000 vehículos en los primeros tres años.  

El hub promete invertir unos 800 millones de euros en la reindustrialización de Nissan, 105 millones de los cuales provendrán del Perte del vehículo eléctrico y conectado, la línea de ayudas del gobierno para fomentar la inversión en la transición hacia la movilidad sostenible. QEV espera aportar unos 200 millones, procedentes de una mezcla de inversores y de una ampliación de capital con un fondo internacional que la empresa prevé cerrar a finales de mes.