El Corte Inglés teme que la crisis acabe con sus centros deficitarios
Los grandes almacenes asumen que el coronavirus apuntillará algunos establecimientos como ya sucede en Estados Unidos. Las ventas caen al 30% de lo normal
La llamada apocalipsis del retail hace años que ronda los centros comerciales de España. Importada de Estados Unidos, la teoría dice que las grandes superficies están condenadas a bajar la persiana por el cambio de hábitos de los consumidores, pero hasta el momento el fenómeno no se dio de forma masiva. Ahora, las restricciones de movimiento impuestas por el coronavirus amenazan con hacer real la oleada de cierres predicha. Y en El Corte Inglés ya asumen que serán de las firmas más golpeadas.
Fuentes cercanas a la compañía explican que en el consejo de administración ya circula la conclusión de que es más que probable que la Covid-19 obligue a cerrar alguno de los centros en pérdidas que la empresa arrastra desde hace años sin lograr darle la vuelta. Según publicó El Confidencial, hasta 52 de los 99 establecimientos del grupo que preside Marta Álvarez terminaron el pasado ejercicio con un resultado bruto negativo.
La factura no alcanzará ni mucho menos el medio centenar de centros comerciales. “De ser necesario, se harán las cosas con la discreción con la que se acostumbra a trabajar en El Corte Inglés”, señalan. La clausuras no se haría en el corto plazo sino que se afrontarían de manera escalonada en los próximos meses. De hecho, hasta 25 centros ya estaban inmersos en un plan que pretendía reformarlos o destinarlos a otros usos bajo el mando de la división inmobiliaria. Ahora, todo queda detenido.
La otra alternativa prevista era convertir algunas superficies en outlet, pero el proyecto parece ir con retraso. La prueba piloto, el centro comercial de Arroyosur, se debía presentar al público entre abril y mayo, pero el coronavirus obligará a aplazar el estreno hasta prácticamente 2021, emplazan las mismas voces.
El plan de desescalada de Sánchez coincide con la previsión de El Corte Inglés: reabrir en junio
Lo cierto es que en el seno de la empresa ya se da casi por descartada la venta de los centros comerciales puestos al mercado a lo largo de 2019 en el denominado Project Green. La razón: el precio solicitado no se acerca a lo que ofrecen los inversores. Y con la pandemia, las grandes operaciones inmobiliarias quedaron totalmente congeladas.
La preocupación es evidente a pesar de que el plan de desescalada del Gobierno coincide con las previsiones hechas en el seno de la empresa: la vuela a la actividad para junio. De ahí que los optimistas confíen en que no haya que tomar nuevas medidas traumáticas como el ERTE para 26.000 personas aprobado con el estado de alarma.
Las tiendas de El Corte Inglés podrán abrir a partir de la fase 2 del desconfinamiento, prevista para el 25 de mayo. Lo deberán hacer con un aforo máximo del 40% y una distancia mínima de dos metros. Para la fase tercera, la limitación de capacidad se relajará hasta el 50%.
Sin embargo, desde la empresa lamentan que no exista ni siquiera un plazo para recuperar la normalidad, algo que preocupa entre los principales ejecutivos del grupo.
Mientras, la compañía ve como sus centros siguen cerrados al público a excepción de las plantas de supermercados e informática, que venden alrededor de un 35% de la facturación normal. Junto a la comercialización online, en el grupo alcanzan un 50% de las ventas habituales, un dato con el que se muestran satisfechos.
El Corte Inglés: préstamo y ERTE
Con el futuro a medio plazo a debate, El Corte Inglés tomó en marzo medidas para afianzar sus cuentas. La compañía firmó una línea de crédito de hasta 1.311 millones de euros con 14 bancos para hacer frente a las necesidades de liquidez provocadas por el coronavirus. El sí quiero lo dieron BBVA, Banco Santander, Caixabank, Bankia, Banc Sabadell, Kutxabank, Ibercaja, Liberbank, Cecabank, Goldman Sachs, BNP, Crédit Agricole, Société Générale y Commerzbank tras una negociación exprés inferior a dos semanas.
Así, la firma tuvo que volver a reunirse con la banca apenas un mes y medio después de haber firmado una refinanciación de 2.000 millones con 24 bancos en la que amplió su horizonte de pagos hasta el próximo 2025.
Con los centros a medio gas, El Corte Inglés trató de encontrar fórmulas para evitar aplicar un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), pero finalmente tuvo que seguir la tendencia de todo el sector: un plan de despidos temporales que, en su caso, afectará a 25.900 de sus más de 90.000 trabajadores.
El ajuste tenía una vigencia de dos semanas con carácter retroactivo desde el pasado 14 de marzo, cuando se decretó el estado de alarma. Por ello, la medida ha tenido que ser prorrogada hasta un máximo de 32.000 personas.
El paquete de medidas no sirvió para que S&P, Fitch y Moody’s anunciasen que ponían en revisión negativa la deuda de El Corte Inglés por «las difíciles condiciones operativas en España, con interrupciones en la cadena de suministro, disminución de la demanda y cierre de tiendas».