El Corte Inglés estudia entrar en el sector residencial para deshacerse de los edificios que no quiere
La división inmobiliaria de los grandes almacenes se abre al segmento de las viviendas tras varios planes de desinversión fallidos a lo largo de los últimos años. Móstoles es el primer ejemplo
Tras intentarlo por varias vías, El Corte Inglés tiene un nuevo plan para deshacerse los activos inmobiliarios que no son estratégicos. La compañía estudia mirar al sector residencial para dar salida a solares y activos. En ocasiones lo hará la propia división inmobiliaria. En otras será de la mano de un promotor al que vender el inmueble y ya será un tercero el que realizará la explotación.
El caso más evidente es el de un desarrollo de 160.000 metros cuadrados en Móstoles, en el barrio de El Soto, tras haber obtenido los permisos necesarios por parte del ayuntamiento madrileño. Los planes del conglomerado pasan por erigir un complejo de viviendas familiares en unos terrenos propiedad de su filial Moinsa, destinada a la producción de mobiliario.
Pero este no es el único activo que los grandes almacenes tiene disponible para transformar en residencial. Dentro de su plan de desinversiones inmobiliarias, la mayor parte de inmuebles están catalogados para uso de oficinas y comercial, pero también tiene varios solares disponibles para el uso de viviendas. Y la división inmobiliaria, dirigida por Javier Catena, está dispuesto a exprimirlos.
Si bien la mayor parte (13.600 millones) de la cartera está formada por los centros comerciales que la firma ostenta, hasta 926 millones están generados por los edificios de oficinas. Ante la escasez de vivienda generalizada en las principales capitales, tampoco es descartable que la compañía pueda beneficiarse de cambios de usos.
La sede de El Corte Inglés podría convertirse en viviendas
Otro de los proyectos afecta a una de las joyas del imperio inmobiliario de El Corte Inglés, la histórica sede de la calle Hermosilla. “Ideal para transformar en viviendas”, explica un intermediario del sector. Dividido en dos edificios, el paquete está valorado en más de 150 millones de euros, un precio que asustó a la mayoría de inversores que se acercaron.
Cabe decir que el activo está compuesto por dos inmuebles distintos, Hermosilla 112 –que rondaría los 100 millones– y Hermosilla 127 –que superaría los 50 millones–. La desinversión comportaría la salida del cuartel general de la empresa de su ubicación histórica. Se mudarían a la calle Tomás Bretón.
La sociedad presidida por Marta Álvarez tiene un plan para desprenderse de activos inmobiliarios por valor de 3.000 millones, informó El Confidencial en marzo. Según este medio, la compañía habría contratado a JLL para que dirigiese el procedimiento de venta entre 2021 y 2022 de varias naves logísticas, edificios de oficinas y terrenos repartidos por Madrid, Barcelona, Lisboa y Oporto.
El plan comenzó a dar sus frutos y en octubre se cerró la venta de su mayor centro logístico en Cataluña. Ubicado en La Bisbal del Penedès (Barcelona), fue adquirido por Panattoni por 70 millones de euros.