El Corte Inglés dispara las ventas de ‘Hogar’ por el miedo a otro confinamiento
Los grandes almacenes incrementan un 30% la facturación de la división con un especial auge en las ventas de colchones, que casi se doblan
La crisis del coronavirus dejó claros vencedores y vencidos. Mientras los supermercados se anotaron récords de ventas durante los meses más duros del primer estado de alarma, cadenas de moda, por ejemplo, vieron como su negocio se desplomaba. En medio se quedó El Corte Inglés que logró mantener abiertos los supermercados y sobrevivió gracias a la venta online. Ahora, ante el temor de un nuevo confinamiento, el crecimiento se produce en la división de Hogar, que se disparó hasta un 30% en el mes de septiembre.
Según los datos a los que ha tenido acceso Economía Digital, las ventas del departamento ascendieron prácticamente un 30% en el pasado mes de septiembre –el último con datos disponibles— ante el inicio de la segunda oleada de la pandemia. “La gente temía tener que volver a pasar mucho tiempo en casa y decidió invertir en ella”, contextualizan las fuentes consultadas por este medio.
De este modo, el alza llegó incluso a duplicar la comercialización de colchones de la empresa presidida por Marta Álvarez. La tendencia, explican, se mantuvo durante las primeras semanas del mes de octubre.
El auge fue una respuesta clara a los rebrotes que llegaron con el otoño, pues durante los primeros seis meses del ejercicio fiscal de la compañía –de marzo a agosto— la división de muebles caía al ritmo del 13% y la de electrodomésticos solo subía un 2% respecto al mismo periodo del año anterior.
La caída de las ventas de los centros comerciales de El Corte Inglés fue de casi el 25% en el primer semestre
Sin embargo, no todo son buenas noticias para la compañía. De hecho, hay pocas buenas nuevas más allá de la apuesta por la venta online y ciertos síntomas de recuperación durante el verano. El departamento de moda, “sigue hundido”, señalan las mismas voces. Los últimos datos disponibles, al cierre del primer semestre, revelaban un desplome del 52,8% de las ventas. El descenso fue generalizado en todos los departamentos: tanto Caballero como Señora rozan una rebaja del 60%. Maquillaron el porcentaje la moda joven e infantil y la ropa interior.
Incluso salió peor parada la división de Complementos, con un -54% semestral. Al ser la línea de negocio que más margen de beneficios otorga, su afectación en las ganancias también será sustancial. Bolsos, joyería y zapatos cayeron todos por encima del 50% de su volumen previo a la pandemia.
Así, el descenso generalizado de los ingresos de los centros comerciales fue del 24,8% en el primer semestre; una cifra que quedó mitigada por la recuperación veraniega, cuando los establecimientos volvieron vender aproximadamente el 80% de sus volúmenes habituales.
El impacto de las restricciones a las ventas de El Corte Inglés
Pero los rebrotes no solo provocaron la fiebre de los consumidores por reformar su hogar. Como era inevitable, el incremento de los contagios devolvió las restricciones al comercio en España.
Por ello, El Corte Inglés ya tiene a 20.000 trabajadores afectados por diferentes expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) en Cataluña, Asturias, Castilla y León, Andalucía, Murcia, Cantabria y Galicia por las limitaciones decretadas en las diferentes comunidades autónomas.
Con la división de retail por encima del 80% de su volumen de negocio normal, la llegada del segundo semestre se esperaba como una confirmación de que lo peor había quedado atrás. Tradicionalmente, la organización concentra algo más del 50% de las ventas en la segunda mitad del año; en 2020, con la caída del turismo, el porcentaje se espera que sea bastante superior.
Y el principal temor no son las restricciones actuales. A falta de un mes para el primer día grande, el Black Friday, se da por hecho que no se repetirán las colas de años anteriores. Sin embargo, si el cierre de locales se extendie a otros territorios, la buen funcionamiento del negocio online no serviría para compensar el pico de ventas habitual de la jornada.
Peor sería llega a Navidad sin que se levantasen los vetos. De cara al invierno ya no solo preocupan las limitaciones de aforo o el cierre de locales –a la espera de si algunas comunidades obtienen el solicitado confinamiento domiciliario–, solo el máximo de personas en las reuniones privadas ya supondrá una caída de los encuentros y, por tanto, un descenso del gasto tanto en regalos como en los supermercados.