El comprador de Grupo Zena heredará una demanda con los franquiciados
El grupo mexicano Alsea deberá enfrentar un pleito con los locales de Foster’s Hollywood que exigen las cuentas
El nuevo propietario del Grupo Zena, la empresa de restauración que cuenta con las franquicias de Foster’s Hollywood, La Vaca Argentina, Cañas y Tapas y numerosos locales de Burger King y Domino’s Pizza, tendrá que heredar un conflicto judicial que abrirán en breve los restaurantes de su marca más fuerte, Foster’s Hollywood.
La mexicana Alsea, que anunció la compra del grupo por 270 millones de euros, heredará una demanda planteada por los franquiciados de Foster’s Hollywood que sospechan que el grupo podría haber incurrido en administración desleal y apropiación indebida.
Los franquiciados, que agotaron sin éxito una conciliación con la compañía, han acordado ir a juicio contra la empresa presidida por Miguel Ibarrola. Aseguran que los pagos para el fondo de márketing (el dinero que aportan para las campañas publicitarias y la promoción de la marca) ha sido desviado para otros fines.
Siete millones de euros al año
Los franquiciados están convencidos de que la publicidad realizada por el grupo no alcanza, ni de lejos, la cifra aportada por todos los restaurantes, unos siete millones de euros anuales, por lo que ha decidido exigir cuentas a los propietarios de la marca.
Los franquiciados ya forzaron a Grupo Zena a acudir a los juzgados el pasado 23 de julio para presentar las cuentas en un acto de conciliación en el juzgado número siete de primera instancia de Madrid. Pero la empresa, que acudió sin la documentación, se negó a la conciliación y aseguró que en un futuro expondrá sus razones para hacerlo.
Los franquiciados aseguran que la negación a presentar las cuentas de los fondos invertidos en márketing supone un incumplimiento contractual y refuerza la idea que sólo una pequeña cantidad de lo que aportan cada año se invierte en publicidad. El resto –insisten—se desvía para otros fines.
Engorde y salida
Desde su llegada a Grupo Zena, cuando entró con poco más de 90 millones de euros, los capitalistas de CVC, que acaban de vender su participación, han disparado las cifras de negocio. Las ventas han subido de 126 a 286 millones de euros y la plantilla ha pasado de 4.500 a 6.500 trabajadores. Pero el crecimiento también tiene sus sombras. Los franquiciados de Grupo Zena se quejan del desplome de beneficios y de contar con restaurantes asfixiados por las exigencias de la empresa. El aumento desproporcionado de franquicias, aseguran, ha terminado por una canibalización entre ellas.