El comité de empresa defiende la convivencia de las marcas Seat y Cupra
Carnero ve "un futuro" en Seat y asegura que ahora "no preocupa" tanto la desaparición de la marca de combustión por la electrificación de Cupra
El presidente del comité de empresa de Seat, Matías Carnero, está convencido de que la marca Seat «tiene futuro» y pide «no ir con prisas» con la electrificación y alargar la vida de modelos de combustión como el Arona para no dejar desatendido el mercado español.
«Seat, como marca, tiene futuro si nos dejan. Ya no me preocupa tanto como hace unos meses su posible desaparición ante el auge de Cupra porque veo opciones y posibilidades en el horizonte», asegura Carnero.
El único miembro español del Consejo de Supervisión del Grupo Volkswagen, que acaba de renovar el cargo hace poco, defiende la cohabitación de modelos de las dos marcas de la compañía: de Seat (de combustión) y de Cupra (eléctricos) hasta el 2035, fecha establecida por la Comisión Europea para dejar de fabricar coches con emisiones.
El sindicalista insta al grupo Volkswagen, al que pertenece Seat, a alargar la vida de modelos como el Arona o el Ibiza por la demanda que aún tienen y tendrán en el mercado español, y como complemento a los eléctricos, que, por el momento, solo se ha previsto que se fabriquen bajo la enseña Cupra.
Volkswagen ha fiado su apuesta por la electromovilidad a la marca Cupra
«El error es ir con prisas. El accionista quiere rentabilidad y ya sabemos que con cada Formentor (eléctrico) se gana lo mismo que con cuatro Ibiza (combustión), pero cuidado con las prisas. Quién sabe lo que van a ir queriendo los clientes y si en Australia (donde se va a empezar a vender Cupra) nos pegamos un batacazo», alerta Carnero.
La filial española del grupo Volkswagen ha fiado su apuesta por la electromovilidad a la marca Cupra, de la que espera vender 500.000 coches al año a partir de 2025. Estos se producirán en diferentes plantas, con Martorell (Barcelona) reservada, de momento, para el modelo pequeño basado en el prototipo CupraUrbanRebel.
Un Seat low cost
Carnero considera además factible que Seat pueda contar como marca a partir de 2030 con algún modelo eléctrico low cost, destinado sobre todo a mercados como el español, una opción que está también en la mente del presidente de Seat, Wayne Griffiths, con el que Carnero afirma que existe total sintonía.
«En Alemania se creen que todo el mundo puede comprar un Cupra, pero no. El Cupra es para un cliente con un poder adquisitivo medio-alto. Necesitamos precios más bajos y eso lo puede dar un coche Seat. Y sería rentable», afirma.
Para evitar la desaparición de la enseña, el sindicalista insta también al Ministerio de Industria a aprovechar las políticas de impulso de la electrificación del sector español de la automoción para «garantizar que Seat no sea solo un nombre que aparezca en la entrada de la fábrica» de Martorell.
Segunda plataforma eléctrica
El presidente del comité de empresa confía también en la sensibilidad de las familias alemanas que controlan el Grupo Volkswagen para garantizar el futuro de la compañía: «Estoy seguro de que aprecian a Seat y de que verán que hemos hecho esfuerzos para ser merecedores de la segunda plataforma eléctrica que reclamamos».
El consorcio germánico ha otorgado hasta ahora a la planta de Martorell una plataforma para fabricar un coche eléctrico pequeño a partir de 2025, una parte del proyecto de electrificación con el que aspira a hacerse con un bocado importante de las ayudas públicas del Perte del vehículo eléctrico.
Esta plataforma, sin embargo, no garantiza por sí sola el mantenimiento del empleo en la planta catalana, la más importante de las fábricas españolas de automoción, por lo que Carnero reclama una segunda eléctrica, de mayor tamaño, que garantizaría mayor carga de trabajo y más beneficios.
«Con el preacuerdo del convenio colectivo que acabamos de firmar le estamos diciendo al grupo que estamos aquí y que queremos esta segunda plataforma«, explica Carnero.
Preacuerdo del convenio
El acuerdo, suscrito la semana pasada, prevé una subida del 6,5 % de las tablas salariales para los 15.000 trabajadores de la compañía automovilística y vincula los futuros aumentos a la inflación hasta el 2026, además de introducir medidas importantes de flexibilidad.
Un punto crucial del texto es la posibilidad de que se aplace el cobro de la mitad del porcentaje que correspondería a ejercicios posteriores, llegando a renunciar a él en el caso de que Volkswagen adjudique a Martorell la segunda plataforma de fabricación.
«Si se nos acaba abonando ese 50 % en 2026 tendremos un problema serio de empleo en el 2028-2029», advierte Carnero para dejar claro la importancia que tiene la segunda plataforma, que debería asignarse a finales de 2025.
En el principio de acuerdo, que debe ser ratificado en referéndum el día 29, se recoge además un plan de bajas voluntarias para 1.330 trabajadores a partir de 61 años, así como la adjudicación de seis nuevos productos a la planta de componentes de El Prat (Barcelona) y un proyecto de economía circular para la de la Zona Franca.
Para ayudar a garantizar un suficiente volumen de trabajo para Martorell, Carnero es partidario también de que la planta de Volkswagen en Pamplona pueda derivar unidades a la catalana cuando se encuentre en una situación de falta de capacidad, lo que cree que ocurrirá hacia el 2026 o 2027.