El ‘chantaje’ de Pemex a Repsol con los contratos gallegos
El directivo Carrera Panizzo, que firmó la adjudicación de los floteles con la Xunta de Galicia, lidera el asalto a la petrolera española
En los pasillos de San Caetano, la sede de la Xunta de Galicia, solo se escucha un nombre cuando alguien pregunta por los dos floteles que Pemex prometió encargar a los astilleros de la comunidad: José Manuel Carrera Panizzo. Es el mismo que retumba en la sede de Repsol estos días. El ejecutivo de la multinacional mexicana, que ha escalado puestos en la cúpula del grupo tras el nombramiento del nuevo presidente, Emilio Lozoya, es el principal ideólogo del asalto iniciado para desbancar a Antoni Brufau de la presidencia de Repsol. La multinacional mexicana ya no oculta públicamente que su objetivo es el directivo, al tiempo que retrasa hasta el próximo 30 de diciembre la adjudicación de los floteles.
El joven Carrera Panizzo fue el firmante, junto a Alberto Núñez Feijóo (PP), y los presidentes de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), y los astilleros Navantia y Barreras, de un acuerdo sellado en Santiago de Compostela con el protocolo que la ocasión merecía: el pacto para que Pemex contratase dos floteles en ambos astilleros gallegos. Sucedió en septiembre del año pasado, cuando Panizzo ocupada la primera línea ejecutiva de Petróleos Mexicanos Internacional Holdings Petróleos España, PMI, y la multinacional estaba inmersa en profundos cambios corporativos. Suya es la firma del pacto por parte de Pemex y a él se atribuyen ahora los retrasos en la contratación de los floteles, con una inversión de 292 millones que tendrán que pasar por concurso público.
La mano negra
La llegada de un nuevo presidente a Pemex ha supuesto que Carrera Panizzo vea reforzadas sus funciones, y pase desde este año a ejercer como uno de los hombres clave de Lozoya, al responsabilizarse de toda la división internacional del grupo. A su vez, ha sido nombrado consejero delegado de la filial española. A Carrera y al consejero mexicano de Repsol Arturo Henríquez, director del área de adquisiciones de Pemex, se les atribuyen diversas reuniones en Houston (Texas) para armar la ofensiva para descabezar a Repsol, cuyo primer paso es la salida de Antoni Brufau.
Este asalto no es nuevo en la carrera del ejecutivo mexicano que tiene en su mano el desbloqueo de los contratos con los astilleros gallegos. Pemex, que tiene el 9,6% de Repsol, tuvo en Carrera Panizzo a su principal ariete cuando intentó, en alianza con la Sacyr de Luis del Rivero, hacerse con el control de Repsol. Fue en 2011 y el plan pasaba por alcanzar una participación conjunta del 30% entre la constructora y los mexicanos para introducir cambios en la gestión del grupo. Por parte de Pemex, que entonces estaba presidido por Juan José Suárez Coppel, el ideólogo de aquella alianza fue Carrera Panizzo, entonces consejero de Repsol en representación de la petrolera azteca. La intentona acabó desbaratada y Carrera tuvo incluso que dejar su puesto en el máximo órgano de administración de la compañía española. Era hasta entonces consejero externo dominical, vocal de la comisión delegada y de la comisión de estrategia, inversiones y responsabilidad social corporativa.
La incógnita de los floteles: el 30 de diciembre
Es la filial española de Pemex, que además detenta el paquete en Repsol, sobre la que pivotan los acuerdos de Barreras y Navantia para hacerse con los floteles. De hecho, ambas compañías acuden en una joint venture con PMI al concurso internacional, en el que tendrán enfrente hasta nueve astilleros mexicanos. Pemex mantiene en el aire inversiones en Galicia por más de 350 millones de euros. Sólo con los dos floteles la petrolera desembolsaría 292 millones, que se suman a los 70 comprometidos para una planta de combustibles en el puerto exterior de A Coruña. El último es el cuarto retraso para la contratación de las plataformas navales, que se adjudicarán, según un anuncio de la petrolera, el próximo 30 de diciembre.