El centenario de Roca salva Alcalá de Henares (por ahora)
La planta vuelve a producir con pocas perspectivas de futuro, pero la direcciĂłn calma a los sindicatos
La fábrica de bañeras de Roca en Alcalá de Henares vuelve a funcionar. Tras cinco meses cerrada con un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE), el 9 de enero volvió a abrir. Su futuro sigue sin estar claro a causa de la falta de demanda, pero la plantilla puede estar tranquila, al menos por ahora.
En 2017, Roca cumple cien años, un aniversario que la compañía catalana celebrará, como es habitual entre las empresas centenarias. Para no manchar esta fecha tan especial, ni los actos conmemorativos que se celebrarán, el grupo no tomará ninguna decisión todavía sobre el futuro de Alcalá, según explicaron fuentes sindicales.
Pero la situación de Alcalá a penas ha mejorado. Como explicó Economía Digital, la causa del ERTE de cuatro meses era que la fábrica madrileña quedó relegada a la producción de un producto minoritario. En concreto, de una bañera de fundición de hierro que se vende principalmente en un solo mercado.
Rusia es el destino del 70% de la producción de bañeras de Alcalá. Pero el año pasado, coincidieron varias circunstancias que impactaron directamente en dicho mercado. Por un lado, la caída del rublo, por el otro, el incremento de los aranceles por parte de Vladimir Putin. Dos circunstancias que encarecieron el precio final del producto e hicieron bajar su demanda.
Para esquivar esta situación, Roca presentó el ERTE en la planta de Alcalá, en la que trabajan 120 personas, para reducir el stock de bañeras, pero no planteó alternativas para la fábrica. La compañía intentó buscar nuevos mercados e incrementar ventas en China, pero no consiguió incrementar su demanda.
Las ventas no mejoran
Actualmente, tras casi un mes desde que se reiniciara la producción, el stock sí que se ha reducido por los más de cuatro meses sin fabricar, pero el problema con el mercado ruso y las pocas perspectivas comerciales de las bañeras continúa, según reconoció la propia empresa.
Por ello, los representantes de la plantilla no son muy optimistas respecto al futuro de Alcalá. Para hablar de ello, esta semana tuvieron una primera reunión con la empresa, en la que no obtuvieron respuesta sobre si planean reenfocar la actividad, sólo un mensaje de calma para este año.
La compañía, como explicó a Economía Digital hace unos meses, no prevé reconvertir la planta de Alcalá para hacer otros productos. Roca también fabrica baños, grifería y cerámicas, pero «es complicado» trasladarlos a la planta madrileña. Por un lado, porque ya se fabrican en otros centros. Por otro, porque la tecnología que hay en Alcalá es de fundición de hierro.
Fuentes de Roca admitieron que la demanda de las bañeras de hierro no se ha incrementado pero aseguraron que están estudiando alternativas para Alcalá, que por ahora no pueden concretar. Las mismas fuentes restaron importancia al centenario en la toma de decisiones respecto a la planta.
Cien años y 1.700 millones
Roca facturó 1.717 millones de euros en 2015, con un crecimiento del 4,3% respecto al año anterior y consiguiendo la mejor cifra de toda la crisis, desde 2007. Sus beneficios mejoraron un 57,7%, hasta los 83 millones. España y la zona euro supusieron buena parte de su negocio (932 millones), con un crecimiento del 14%, mientras que sufrió en los mercados emergentes.
La compañía nació en Gavà (Barcelona) en 1917 fabricando radiadores de hierro, negocio que amplió produciendo calderas. En 1929 empezó a fabricar bañeras y en 1954, grifería. El grupo inició su internacionalización en 1990. En 2005 vendió su negocio de calefacción a Baxi.