El caballero blanco de Suez decepciona: ¿qué se espera de Ardian y GIP?
El mercado espera más concreción acerca de la oferta de los dos fondos sobre Suez y se frota las manos ante una posible guerra de opas con Veolia
GIP y Ardian son dos fondos de inversión con fama de serios. No es que otros no lo sean, pero los hay más oportunistas o activistas; no es el caso. En Naturgy y Abertis lo saben, son (o han sido) socios de los mismos y hablan muy bien de ellos. Por eso extraña el movimiento que han hecho en Suez, y sobre todo, cómo lo han hecho.
El consejo de administración del grupo francés propietario de Agbar anunció el domingo por la noche que los fondos presentarán una oferta por Suez, como oposición a la que se espera de Veolia. A diferencia de esta, la de Ardian y GIP cuenta con el apoyo de la cúpula de la compañía, con Bertrand Camus a la cabeza.
Fue el propio consejero delegado quien lideró la búsqueda de una oferta alternativa a la de Veolia. Esta compañía, competidora directa de Suez, compró el 29,9% a la pública Engie y explicitó su intención de presentar una opa por el 100%, aunque todavía no lo ha hecho por problemas legales y la férrea oposición de Camus y su equipo.
La contraopa –si es que puede hablarse en estos términos, pues ni la primera opa está todavía presentada ni la segunda se ha concretado– se esperaba, pero con algo más de detalle. También se contaba con Ardian, fondo francés, pero no con el estadounidense GIP, conocido en España por ser el segundo accionista de Naturgy con el 20%.
El mercado esperaba que la oferta de GIP y Ardian por Suez ofreciera más de los 18 euros por acción que da Veolia
Fuentes del sector han explicado a Economía Digital que la llegada del caballero blanco ha decepcionado al mercado, principalmente por dos motivos: el precio y la falta de concreción. Pese a ello, está esperando que se desate la guerra de opas para que la puja por Suez suba el precio y los accionistas e inversores ganen, entre ellos, La Caixa, que tiene el 5,9% de la compañía gala de aguas.
Suez aseguró que Ardian y GIP tienen intención de presentar una oferta de 18 euros por acción. Es el mismo precio que pagó Veolia por el 29,9% de la compañía y que se comprometió a ofrecer en su opa. Si los fondos van a presentar una contraopa, se espera que mejoren el precio de la primera oferta, si bien, reiteramos, formalmente ninguna está sobre la mesa todavía.
En segundo lugar, cuando una empresa o fondo dice al mercado que quiere comprar otra, se espera que dé detalles, que presente los planes que tiene para la misma. Son necesarios para que los accionistas puedan tomar la decisión de si venden o no. Es cierto que se trataba de un aviso preliminar, pero es que ni siquiera lo hicieron los propios fondos sino el consejo de Suez con un escueto comunicado.
Esta manera de operar no hace otra cosa que confirmar que se trata de un caballero blanco, una oferta teledirigida desde el consejo de Suez para tratar de combatir la de Veolia. El plan no es otro que mantener a la cúpula; eso sí, seguro que entraña algunas contrapartidas o compromisos por parte del consejo que, por ahora, no se conocen.
Isidro Fainé y La Caixa, ‘wait and see’
Quién con total seguridad también espera la guerra de opas es Isidro Fainé. La Caixa es, a través de Criteria, uno de los accionistas de referencia de Suez con el 5,9%. Su presidente dejó el año pasado el consejo de la compañía francesa para alejarse de la polémica y no tener que mojarse cuando llegue el momento, y el grupo catalán no le ha sustituido.
El principio del directivo catalán en este conflicto siempre ha sido wait and see. Sentarse a esperar, y más ahora, cuando la guerra puede subir el precio de su participación, por lo que puede salirle muy a cuenta. Pero también puede intentar sacar tajada, por ejemplo, con la venta de Agbar, que está en la hoja de ruta de Suez.
En esa operación, Criteria podría jugar un papel activo, ya sea como intermediario o como comprador, prioritariamente con un socio. Cobrar más por su 5,9% de Suez facilitaría su capacidad de inversión, aunque Fainé tiene claro que cada euro que entra en La Caixa debe asegurar la obra social.