La banca da un año a El Corte Inglés para superar el golpe de la pandemia
Los acreedores eximen a los grandes almacenes durante un año de cumplir los requisitos de solvencia fijados en los préstamos firmados
La reducción de deuda es uno de los grandes objetivos de El Corte Inglés. La compañía se vio obligada a solicitar oxígeno durante los primeros meses de la pandemia y el pasivo se disparó hasta los 3.811 millones de euros. El incremento de la mochila se logró gracias a que la banca acreedora le eximieron de cumplir los límites de salud financiera marcados en los contrato. El pool de entidades con los que trabaja la organización le perdonará los incumplimientos de los grandes almacenes hasta febrero de 2022.
Según consta en las cuentas anuales del ejercicio 2020/2021 del grupo que preside Marta Álvarez, los acreedores reaccionaron en bloque al impacto del coronavirus. Conocedores del golpe que supuso el coronavirus para la firma, que tuvo que cerrar la mayor parte de sus centros comerciales durante la primavera de 2020, relajaron sus requisitos hasta la finalización del actual año fiscal –hasta el 28 de febrero–.
«Como medida excepcional, durante el ejercicio 2020 el grupo ha obtenido un waiver (renuncia) de las entidades financieras en la que se exime de cumplir los ratios financieros hasta febrero de 2022″, celebra la empresa en la memoria.
La dirección de la empresa logró aplazar el cumplimiento de las obligaciones tanto a la banca tradicional como al Banco Europeo de Inversiones (BEI) y al Instituto de Crédito Oficial (ICO). El pool de acreedores está encabezado por Banco Santander, BBVA, Caixabank, Banc Sabadell y varias entidades internacionales como Goldman Sachs, Crédit Agricole, Bank of America Merrill Lynch, JP Morgan o Société Générale.
El Corte Inglés tiene dos grandes préstamos en marcha: uno de 2.000 millones y otro de 1.341 millones
El Corte Inglés tiene dos grandes préstamos firmados con la banca. El primero es de 2.000 millones de euros y fue refinanciado en febrero de 2020, justo antes del estallido de la pandemia. La empresa logró aplazar los pagos hasta el año 2025. «El tipo medio de deuda se considera en un rango de mercado», explica.
La segunda pata del pasivo es el crédito anticoronavirus firmado durante la primavera de 2020 por 1.341 millones de euros y avalado por el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Aunque inicialmente se diseñó como una operación a corto plazo, unos meses después transformó 960 millones con vencimiento a cinco años.
Además, El Corte Inglés tiene 266 millones de euros comprometidos con el Banco Europeo de Inversiones por dos préstamos concedidos en 2016 y 2019.
El Corte Inglés, en busca del grado de inversión
Los grandes almacenes tienen una salida para olvidar los requisitos financieros firmados con la banca: obtener el grado de inversión por parte de las principales agencias de calificación. En el mismo documento, el grupo admite que no estará obligado a cumplir los ratios financieros acordados «en el caso de obtener la calificación de grado de inversión».
Al no haberlo conseguido todavía, El Corte Inglés todavía está obligado a respetar unas métricas en la comparativa entre deuda y Ebitda. La compañía no precisa los límites firmados con las entidades financieras.
Por el momento, las grandes agencias no le otorgaron su favor. Aunque tampoco le rebajaron la nota con la pandemia. A lo largo de este verano, S&P, Fitch y Moody’s mantuvieron su valoración, siempre un peldaño por debajo del grado de inversión. Dentro de la empresa se valoró positivamente que se respetasen las calificaciones tras un año que terminó con unas pérdidas históricas de 2.945 millones de euros.
El golpe de la pandemia fue de 4.800 millones
En el que probablemente fue el año más difícil de su historia, El Corte Inglés vio como las ventas se desplomaban el 31,6% y pasaban de 15.261 millones a 10.432 millones. El golpe fue de 4.800 millones de euros, incluso superior a los 4.400 millones que auguró Moody’s en junio de 2020. Los rebrotes durante la segunda mitad del año motivaron que el impacto de la pandemia fuera incluso mayor al esperado.
Sin embargo, la cifra más llamativa del año fueron las pérdidas de 2.945 millones, provocadas por las provisiones extraordinarias realizadas principalmente por el deterioro del valor de sus inmuebles. Pese a la caída, el gigante de la distribución celebró haber cerrado el año con un Ebitda positivo de 142 millones, un descenso del 88,4% frente a los 1.225 millones cosechados antes de la pandemia.