El Barça-Madrid, en cifras: ¿quién gana el clásico de los despachos?
El partido entre FC Barcelona y Real Madrid también se disputa en sus cuentas, donde los azulgrana ingresan más pero los blancos son más rentables
El romanticismo hace años que quedó relegado al cajón en el mundo del fútbol. Hoy los jugadores son activos inmovilizados para sus clubes y los aficionados una línea más en el capítulo de ingresos de las cuentas anuales. A pesar de resistirse a transformarse en sociedades anónimas –aunque a la práctica operen como ellas–, FC Barcelona y Real Madrid son las dos mayores corporaciones del balompié español. El clásico también se disputa en los despachos. El resultado en el partido entre ejecutivos es claro, de momento: los azulgrana ingresarán más pero los blancos serán más rentables.
Ambas instituciones hicieron públicos en los últimos días los presupuestos para la temporada 2018/2019. Parece que emprendieron sendas diferentes para un mismo destino: que el balón entre en la portería rival, ganar dinero y encarar una ambiciosa reforma del estadio. Si el conjunto presidido por Florentino Pérez apenas augura un crecimiento de un millón de euros para el próximo año, Josep Maria Bartomeu diseña una campaña con una facturación de récord.
Las cifras presentadas por la entidad catalana prevén unos ingresos de 960 millones de euros, el 5% más (46 millones) que los 914 millones en los que cerró el ejercicio 2017/2018. Para ello, cuenta con un ascenso del 44 millones del área de Media por el nuevo ciclo de repartos de la Champions League y de 93 millones gracias a la gestión propia de las tiendas, hasta ahora en manos de Nike. “Se realizará un esfuerzo comercial en patrocinios sin precedentes”, explican.
El presupuesto del Real Madrid: más conservador por los éxitos deportivos
En cambio, el Real Madrid se conforma con un presupuesto de 752 millones de euros, ligeramente superior a los 750,9 millones ingresados durante la pasada campaña. La perspectiva en la T4 del Santiago Bernabéu –así se conoce a la planta noble— es mucho más comedida.
“Se crecerá a pesar de los mayores ingresos por los dos títulos de la sección de baloncesto y los cuatro en fútbol, especialmente la Champions League”, justifican. “La hipótesis de esta temporada es alcanzar los cuartos de final de la Liga de Campeones. De igualar el resultado deportivo, la subida sería de 53 millones”, añaden.
A pesar del distinto enfoque, otro factor explica la diferencia de más de 200 millones de euros en el presupuesto: la manera de contabilizar los traspasos. Si bien ni LaLiga ni la UEFA aceptan que se incorporen, el FC Barcelona incluye 131 millones de ingresos en el presupuesto. Sin el capítulo de fichajes y ventas, la cifra global se quedaría en 829 millones de euros.
A la espera de saber cuándo el Guangzhou Evergrande desembolsa la opción de compra obligatoria de 50 millones acordada por Paulinho, el club no recaudó los 131 millones presupuestados, por lo que es probable que deba acometer la venta de algún futbolista antes del próximo 30 de junio igual que hizo la pasada primavera con Gerard Deulofeu, traspasado por 13 millones. La caída frente al ejercicio terminado en junio se explica por la venta de Neymar y los 222 millones que dejó en caja.
El Real Madrid, en cambio, mantiene los más de 100 millones ingresados por Cristiano Ronaldo al margen. Destina 45 millones de los obtenidos como provisión de los posibles desperfectos y elementos obsoletos en el Santiago Bernabéu una vez comience la remodelación.
El FC Barcelona estabiliza el gasto salarial
Tras años en la cima de las preocupaciones de los principales ejecutivos azulgranas, el Barça logró poner freno al incremento del gasto salarial de las últimas temporadas. «Nuestra masa salarial se está estabilizando en estas cifras; la tendencia debe ser disminuir el ratio entre el gasto en sueldos y los ingresos porque habíamos llegado a límites altos», señaló el director general del club, Óscar Grau, en declaraciones recogidas por por Palco23 durante la presentación de los números.
Los salarios deportivos se fijarán en 633 millones de euros al contabilizar las amortizaciones necesarias frente a los 639 de la campaña finalizada anterior. Gracias al incremento de los ingresos, el ratio frente a la facturación –descontando el peso de los fichajes, como fija la UEFA– caerá del 93% hasta el 76%, todavía seis puntos por encima de las recomendaciones europeas.
Aún así, el gasto total ascenderá desde los 882 millones hasta los 929 millones asociado a nuevos costes derivados del incremento de los ingresos, justifican. Las fuentes de la institución consultadas por Economía Digital no descartan tener que recurrir de nuevo a la banca para poder afrontar algunos pagos de nóminas e impuestos como ya sucedió en febrero.
Por contra, el Real Madrid presentó una rebaja de los gastos en los presupuestos. Si bien calca prácticamente todas las categorías, el coste de los salarios es unos nueve millones inferior debido a las primas repartidas durante la pasada temporada por la consecución de la Champions League. Al trabajar sobre la hipótesis de una clasificación hasta los cuartos de final, el golpe no es tan grande.
No obstante, desde el conjunto blanco matizan: «Existe una provisión para cubrir el impacto económico de los posibles títulos a lograr; con todo, los gastos disminuyen».
El Madrid golea en beneficios: 43,1 millones contra 15 millones (antes de impuestos)
Si bien suma unos ingresos claramente inferiores, el liderazgo blanco en materia de rentabilidad es indiscutible. Pierde en Ebitda, sí, pues es de 166,1 millones frente a los 191 azulgranas, pero a la hora de la verdad sus ganancias son superiores. El resultado de explotación es ya favorable –44,2 millones contra 31 millones– y el beneficio antes de impuestos triplica el culé: se queda en 43,1 millones frente a los 15 millones obtenidos desde el Camp Nou.
El Real Madrid no informó del beneficio definitivo, algo que sí hizo el Barcelona, y no salió muy bien parado. El conjunto catalán proyecta unas ganancias de 11 millones de euros para el ejercicio 18/19, prácticamente la mitad de los 21 millones presupuestados para la campaña pasada, que terminaron por ser 13 millones a la hora de la verdad. Se trata de la peor cifra desde la campaña 2010/2011, la primera de Sandro Rosell –con Bartomeu en la vicepresidencia— presidiendo la entidad. Entonces hubo unos números rojos de 9,3 millones de euros y la culpa fue de “la herencia recibida por la anterior junta directiva, liderada por Joan Laporta”, dijeron.
El Espai Barça y la reforma del Santiago Bernabéu
Preocupaciones diarias al margen, ambas instituciones tienen en el horizonte una reforma de sus estadios. La estrategia para financiarla es totalmente diferente: mientras el Barça buscará recursos de tres vías; el negocio diario, un patrocinador y la banca; el equipo capitalino aprobó en la última asamblea general la posibilidad de endeudarse hasta los 525 millones de euros.
Florentino Pérez logró el visto bueno de más del 92% de los socios presentes en el evento para pedir un préstamo que pague el nuevo techo del Santiago Bernabéu. «En mayo de 2017 se aprobó el plan del recinto, sólo nos queda licitar las obras», explicó el presidente blanco, que culpó al Tribunal de Justicia de Madrid de un sobrecoste. «Íbamos a gastar 400 millones», recordó.
Para evitar suspicacias, la constructora del empresario madrileño, ACS, no podrá participar en el concurso para hacerse con el proyecto.
El Barça busca un patrocinador que le de 325 millones para apellidar el Camp Nou
Por contra, Bartomeu busca 625 millones entre varias vías de financiación. La principal rama del procedimiento es la búsqueda de un apellido para el flamante campo de fútbol. El club barajaba captar alrededor de 200 millones de euros por los denominados naming rights, pero con los meses vio la posibilidad de exprimir más la marca y elevó el tiro hasta los 325 millones de euros. «Puede representar probablemente la mitad de la inversión», dijo el presidente en una entrevista en Bloomberg.
El resto del estadio se pagará con la caja generada a través del día a día y un crédito de unos 200 millones con la banca de confianza, entre los que destacan Caixabank, Banc Sabadell, Banco Santander y Bankia. Las conversaciones con las entidades comenzarán a principios de 2019.