Edreams vuelve al barro: pierde 17 millones en seis meses
La agencia de viajes vuelve a los números rojos después de tres años seguidos de beneficios. "Hemos bajado el volumen de reservas a propósito", dicen
Edreams no consigue deshacerse totalmente de las sombras del pasado. Las pérdidas de 181 millones de euros con las que cerró el ejercicio 2014/2015 y una abultada deuda bancaria todavía colean en una empresa que, después de tres ejercicios seguidos en positivo, volvió a caer en los números rojos en el primer semestre de 2018. El agujero fue de 16,9 millones y llegó acompañado de una caída de las reservas.
Según las cuentas del primer semestre, cerrado el pasado 30 de septiembre, la agencia de viajes online que dirige Dana Dunne cayó de nuevo en pérdidas frente a los 6,5 millones de beneficios obtenidos en el mismo periodo del año anterior. Las reservas cayeron el 2% hasta las 5,8 millones “como resultado de la estrategia de construir un negocio más sostenible”, defiende la empresa.
Como contrapartida, Edreams logró elevar los ingresos hasta los 267,6 millones de euros, el 5% más que en el semestre comparable. “Los paquetes dinámicos y los productos complementarios a los vuelos reportaron un fuerte crecimiento a las ventas”, explica la cotizada en un comunicado.
Edreams admite que debe mejorar con los niveles de deuda que arrastra
No fue suficiente para los inversores, que castigaron a la compañía inmediatamente después de conocer los resultados con una caída del 5,23% en bolsa respecto al cierre del martes. A lo largo de la jornada, el valor repuntó ligeramente y a las 15:00 de la tarde el descenso era del 2,45% hasta los 3,19 euros por acción.
“Los resultados están en línea con las expectativas que teníamos”, dijo Dunne. “Hemos tenido una ralentización del rendimiento financiero debido a los cambios realizados en el modelo de ingresos”, admitió. Sin embargo, garantizó que la nueva estrategia “está dando frutos” y confirmó los objetivos económicos fijados a comienzos de año.
Ayudará la refinanciación pactada con la banca para alargar los vencimientos de deuda a cinco años y ahorrar alrededor de 13 millones en intereses cada año. Pero el pasivo es todavía un quebradero de cabeza. Al cierre del semestre, el ratio entre deuda y Ebitda –utilizado para medir la salud financiera de las empresas– era de 4 veces frente a las 3,8 veces, pues el déficit con las entidades ascendió desde los 435,1 millones hasta los 455 millones.
«Seguimos teniendo un amplio margen de maniobra en relación con los compromisos de la empresa», admitió.