Las dos caras de Digi: crecimiento gracias a Telefónica y escasa rentabilidad por empleado

El crecimiento desmesurado del operador de origen rumano puede tener consecuencias si no aumenta la capacidad de facturación

Digi

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Digi será un actor principal en la reconfiguración del sector de las telecomunicaciones en España durante el próximo año. Pero su exponencial crecimiento le puede dar algún susto si no es capaz de controlarlo. Sobre todo, porque el aumento de plantilla le ha dejado como la compañía con menor rentabilidad de ingresos por número de empleados -en el conjunto de grandes operadores-. Una situación que refleja el desarrollo tan vertiginoso que ha tenido en los últimos años. 

Además, esta semana se ha conocido otro nuevo hito del operador de origen rumano. Digi ha captado 52.100 líneas netas durante el mes de septiembre, lo que le permite cerrar este verano su mejor trimestre del año, al elevar su volumen de altas (sin contar bajas) por encima de las 220.000, un 21% más que en el mismo periodo de 2021.  

Este crecimiento, que en parte se debe al acuerdo mayorista que tiene con Telefónica, ha impactado de manera directa en una métrica fundamental para medir el desarrollo de la compañía: la productividad por empleado teniendo en cuenta los ingresos. Es decir, cuando se gana por cada trabajador de la compañía. 

Y la fotografía es bastante negativa para Digi. Con una facturación que superó en 2021 los 360 millones de euros, y una cifra de empleados que según las últimas publicaciones estaría muy por encima de los 4.000 trabajadores, los ingresos por empleado apenas rozaría los 100k€, un dato muy alejado de la media del sector. 

Debido a su dimensión como incumbente, el siguiente operador en esta lista es Telefónica, que alcanzaría los 0,52 M€ de ingresos por empleado. Una cifra que encaja en el contexto de compañía muy dimensionada debido a su tamaño y estructura como multinacional. Después se sitúa Orange, que casi ronda los 0,7 M€ en este concepto de productividad por empleado.

Un escalón por encima; es decir, que consiguen más con menos recursos, estarían Vodafone, que supera el millón de euros de ingresos por empleado; y MásMóvil, que eleva esa cifra a los 1.200.000 millones, una vez que se han consolidado las compañías que ha ido comprando.  

La estrategia de Digi 

Con estas cifras hay una evidencia: Digi está ensanchando su estructura laboral sin que, de momento, los ingresos acompañen al mismo ritmo. Esta situación se viene desarrollando desde hace varios trimestres, cuando la compañía empezó, por ejemplo, a contratar personal propio para las instalaciones de sus servicios porque no se fiaba de contratas externas. 

Eso ha provocado un crecimiento enorme; lógicamente para acompañar el ritmo de despliegue, instalaciones y técnicos de zona. En consecuencia, la cartera de clientes ha evolucionado al alza mes tras mes. Sin embargo, como sucede dentro del sector en su conjunto, los ingresos no van al mismo ritmo por la guerra comercial que erosiona los márgenes. Una ecuación que deja en evidencia a Digi en esa productividad por empleado. 

El otro sentido que tiene su enorme desarrollo laboral se podría encontrar en la fusión de Orange y MásMóvil. Es probable que los reguladores europeos obliguen a ambas compañías a soltar activos (‘remedies’) para validar la operación y, de ese modo, que no altere la competencia. Desde Digi tiene en el radar esos posibles activos, y, como otras compañías, están a la espera. 

Por lo tanto, solo así se podría entender esa necesidad por crecer en tamaño a nivel corporativo. De lo contrario, si finalmente se hacen con esos activos otras compañías como Avatel o Finetwork, sobre las que también se espera que estén atentas, Digi se habrá quedado como una compañía soberdimensionada, con muchos empleados, muchos clientes y los ingresos justos.

Raúl Masa

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