Dia prometía ofertas gratuitas a los franquiciados, pero solo las devolvió a los que reclamaban
Los supermercados firmaban por contrato que las promociones y cupones no tendrían coste, pero muchos franquiciados tuvieron que llegar a juicio para cobrar
Tras acumular sentencias en contra por parte de la justicia, los supermercados Dia se vieron con la obligación de realizar algo tan obvio como cumplir su contrato con los franquiciados. Algo que a priori podía parecer tan evidente fue obviado una y otra vez por la anterior cúpula de la cotizada, encabezada por Ricardo Currás. Finalmente, se impuso la picaresca como método de funcionamiento: “Al que reclame se le da y el que no, que se joda”.
A lo largo de la última semana, Economía Digital ha sacado a la luz varias pruebas depositadas ante la Audiencia Nacional en la macrocausa que acusa a la antigua dirección de la empresa de los delitos de administración desleal y falsedad contable. Entre las partes personadas están los franquiciados, que cuentan con numerosas sentencias favorables a su espalda.
El principal punto de conflicto entre los asociados y la sociedad fueron las agresivas promociones que se ponían en marcha y cuyas pérdidas terminaban por soportar los primeros desde el ascenso de Currás, en 2006. La estrategia de vender por debajo de coste algunos productos con tal de atraer público a las tiendas y que comprasen artículos fracasó. Y encima, la compañía no abonó los cupones ni descuentos de los que se beneficiaron los clientes.
En algunos casos, como es el de la mercantil Inspleria, la organización que hoy controla Mikhail Fridman le adeuda 64.266 euros (44.918 procedentes del pago de cupones). Ahora, este medio ha tenido acceso a un documento interno titulado Manual Operativo de las Franquicias de Dia% España que despeja cualquier tipo de duda sobre como debieron funcionar los supermercados.
«El programa de fidelización Club Dia es absolutamente gratuito para la red de franquicias», decían los contratos
En el texto, la cotizada desglosa los distintos tipos de ofertas. Para empezar, «el programa de fidelización Club Dia es absolutamente gratuito para la red de franquicias, los costes derivados, principalmente esfuerzo comercial (margen) serán soportados por Dia […] el franquiciado se beneficiará del programa sin ningún tipo de coste».
El citado programa contaba con dos tipos de acciones: el doble precio —que rebajaba el coste de algunos productos a los miembros del Club Dia— y los cupones —agresivas promociones que se lanzaban de manera puntual—.
En el primero de los casos, Dia ofrecía por contrato una ponderación del coste de los productos que compraban los franquiciados a la compañía según el volumen de compras fidelizadas. Por ejemplo: el franquiciado podía adquirir las Coca-Cola a un precio inferior de lo normal. Cuanto más ventas bajo el formado doble precio hubiera hecho el mes anterior, más barata la saldría la unidad en el siguiente envío con tal de no perder dinero, teóricamente.
El problema radicaba con los descuentos de los cupones, pues se trataba de acciones comerciales concretas y personalizadas cuyo impacto en las ventas era difícil de prever, pues no eran estables. Aquí, Dia aseguraba que realizaría un descuento en los pedidos que el franquiciado realice «por un valor correspondiente a la estimación que Dia realiza de la campaña de cupones emitidos».
Como el cálculo inicial solía ser diferente de la utilización final del cupón, la cadena sostenía: «al final de cada mes se realizará un ajuste automático de estos importes». «De esta manera se garantiza que el programa de cupones será gratuito para el franquiciado».
«A raíz de las reclamaciones, una ‘vocecita’ piensa: al que se reclame se le da y al que no reclame que se joda»
No obstante, el papel lo aguanta todo y poco tenía que ver con lo que sucedía en la realidad. Así lo explica, en otra de las pruebas a las que ha tenido acceso este medio, Miguel Ángel Guiñales, el creador del sistema de franquicias de la empresa. «A raíz de que varios franquiciados empiezan a poner quejas, hay una vocecita que dice al que reclame se le da y al que no reclame que se joda«, asegura en una conversación.
Lo que el exdirigente considera «un error» inicial por la falta de un representante claro de los establecimientos franquiciados en la cúpula de la compañía termina siendo una vía para lograr un incremento en los márgenes de la organización. «Si a un franquiciado le doy una remuneración de 100 y lo bajo a 95 a un tío de Teruel, no va a pasar nada», ejemplifica.
En un tercer audio depositado ante la Audiencia Nacional, el supervisor de franquicias V.P. va incluso más lejos: «En los contratos hay cláusulas ilegales, pero la gente no quiere enfrentarse con Dia”.
Un reguero de sentencias en contra
A lo largo de los años, la cadena de supermercados ha ido sumado resoluciones judiciales en contra por el trato de los franquiciados. Este medio ha adelantado algunas muy recientes, como las que dictó un tribunal en Tarragona (Cataluña).
El artífice de esto fue el abogado Ramón Piñol, que salió victorioso hasta en dos casos distintos de franquiciados contra Dia. En uno de los conflictos la compañía fue condenada incluso a una indemnización por daños morales.
Dia fue condenada a pagar por daños morales a una franquiciada
Otros abogados han llegado a acuerdos extrajudiciales. El bufete AIC Abogados, con sede en Málaga, explicó que a principios de 2020 consiguieron la nulidad de un contrato de franquicia sin que su cliente tuviera que pagar una indemnización como le requirió la compañía en un primer momento.
Pero no fueron los primeros. Ya en 2017, el Ayuntamiento de Alicante impuso una multa a Dia por haber firmado un contrato con un franquiciado sin haber informado al consistorio, tal como indicaba la normativa municipal.