DIA: los minoritarios negocian un pacto con los herederos de Carrefour
Las pocas salidas para combatir a Mikhail Fridman lleva a la Asociación de Minoritarios a querer sumar fuerzas con el francés Gregoire Bontoux
Pasan los días antes de la junta de accionistas decisiva para DIA y las partes implicadas buscan una salida para la compañía. Al margen de la pugna entre el magnate ruso, Mikhail Fridman, y el consejo de administración junto a los bancos, hay espacio para más negociaciones. En un segundo plano, los accionistas minoritarios de DIA (AADD) negocian ahora sumar sus fuerzas a las de los herederos de Carrefour, más conocidos como la Sindicatura de Accionistas.
Fuentes cercanas a la AADD se muestran optimistas con la llegada de un accionista (o un grupo) nacional que pueda presentar una opa contra la de Letterone, el brazo inversor del magnate ruso con el que pretende quedarse DIA por 296 millones de euros. Los minoritarios ya se habrían puesto en contacto con empresarios como el murciano Tomás Fuertes, fundador de El Pozo, o José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio de España y presidente de honor de Freixenet, sin concretar nada.
La Sindicatura de Accionistas, compuesta por dos inversores que suscribieron un acuerdo de sindicación de acciones, ha recibido una invitación por parte de los minoritarios para, llegado el caso, sumar sus votos en la junta de accionistas en un mismo sentido. Tienen poco más del 3,4% de las acciones y la componen dos inversores que suscribieron un acuerdo de sindicación de acciones dos días después de que Fridman anunciara su opa.
El primer espada de la sindicatura es el empresario francés Gregoire Bontoux Halley, representado por la firma luxemburguesa Naturinvest y con prácticamente todo el paquete accionarial del grupo. Le acompaña Pedro Gómez-Pablos Calvo, quien retiene los títulos de DIA a través de su patrimonial Altocapital Inversiones y quien hasta hace poco contaba con el apoyo de su hermano, Pablo.
Cambios en la relación sindicatura-minoritarios
El movimiento supone un cambio de estrategia de la AADD, que tras su nacimiento decidieron emprender su camino en solitario contra Fridman, sin tener en cuenta la propuesta del consejo de administración ni tampoco de la sindicatura, que sugirió acometer una ampliación de 100 millones antes del 20 de marzo. Pese a que estaban en contacto desde los primeros días, nunca terminaron de «fiarse» de Bontoux, tal y como contaron a este medio.
Los minoritarios tienen más músculo que la sindicatura y quieren aprovechar su paso atrás en la puja por DIA. Nacieron hace menos de 15 días bajo el nombre de Asociación de Accionistas Defensores de DIA y afirman sumar ya más del 6% de las acciones de la compañía. Su presidente es Rafael del Castillo, un empresario conocido por haber sido editor del periódico deportivo Superdeporte, que posteriormente vendió al grupo Prensa Ibérica (Javier Moll), y su cara conocida es el abogado Miguel Durán, quien fue presidente de la ONCE.
No obstante, la suma de fuerzas a priori sería insuficiente para doblegar a Fridman, que tiene cerca del 29,5% de las acciones de DIA y, casi con toda seguridad, recibirá el apoyo de Goldman Sachs, que tiene más del 5% de las acciones. Letterone tampoco lo tendrá fácil para recabar todos los apoyos necesarios porque debe sumar hasta un 65% contando sus propios votos.
La otra negociación: Fridman y los bancos
En el otro lado está la negociación, más decisiva, están Letterone y los bancos, en representación al consejo de administración. Una parte y otra siguen en contacto de manera oficiosa a falta de poco más de 20 días de que se celebre la junta de accionistas, pero lo cierto es que cada uno presentará su particular plan.
La apuesta del consejo es una ampliación de capital, asegurada por Morgan Stanley, por valor de 600 millones en una operación acordeón; la de Letterone es una ampliación de 500 millones, pero supeditada a que la opa por DIA a 0,67 euros por acción salga adelante. La junta de accionistas votará entre una posibilidad u otra.
Y, en medio, las negociaciones a contrarreloj. El consejo, y por extensión los bancos, han cambiado su discurso en los últimos días y ahora se muestran más dispuestos a un pacto con Fridman. Letterone, por su parte, tensa la cuerda y se ve más fuerte frente a la banca, aunque, de acuerdo a fuentes conocedoras, “mantiene todos los canales de diálogo abiertos”.
El pool de 12 entidades acreedoras quiere cobrar todo lo adeudado por la compañía, pero también sabe que si no sale adelante la ampliación de capital que propone el órgano decisorio, DIA irá a la liquidación, lo que entrañaría dificultades para recuperar el dinero a través de la venta de activos.
Hasta el momento, el plan de refinanciación propuesto por Letterone para sacar la compañía de la situación de insolvencia había sido rechazado. El pleno de Banco Santander, JP Morgan, Barclays y Société Générale, cuatro de los grandes acreedores del grupo de supermercados, no aprobó la fórmula rusa: dejar de pagar la deuda hasta 2022, es decir, no hacer ninguna amortización de los 1.300 millones de euros que la compañía tiene comprometidos con los bancos.