Fridman sitúa en Brasil el campo de pruebas para DIA
El dueño de DIA testea en el país extranjero el modelo que deberá tener la compañía en el futuro
Mikhail Fridman, dueño de pleno derecho de DIA, nunca escondió que Brasil era uno de sus países preferidos para iniciar la remontada con la cadena de supermercados. Incluso antes de convertirse en propietario declaró cuál debía ser la fórmula para la firma que ayer, martes, presentó unos resultados respecto a los primeros nueve meses del año que todavía no dan alegrías al grupo.
En sus cuentas se defendió alegando que ya «se están dando algunas señales de fuerte recuperación». Puso como prueba la evolución de las ventas comparables en Brasil, donde en octubre cayeron el -3,6%, mientras que en junio marcaron mínimo histórico (-29,1%).
La idea de Fridman es situar a Brasil como su país fuerte, en un nivel de importancia parecido al de España. Argentina y Portugal, los otros dos mercados en los que la cadena de supermercados está presente, son secundarios en el plan estratégico del magnate ruso.
Brasil ha cerrado más franquicias de DIA que España, Argentina y Portugal juntas
El país es una potencia en crecimiento y el consejero delegado de la compañía, Karl Heinz Holland, mano derecha de Fridman, conoce muy bien el mercado, según cuentan fuentes conocedoras. Tiene a su favor que aporta a la compañía casi un tercio de su volumen de negocio (26%) y es el segundo país con más tiendas propias, solo superado por España.
Este último aspecto es fundamental. La compañía está revisando su red de tiendas y está llevando a cabo un proceso de desfranquización — en España se ha eliminado el formato Cada DIA — , en el que se está apostando por las tiendas propias.
No extraña entonces que durante los nueve primeros meses del año se hayan cerrado en Brasil 269 tiendas franquiciadas, más que todas las que se han clausurado en Argentina, Portugal y España juntas. El resultado: las franquicias representaban el 58% a principios de año; ahora no llegan al 41%.
La fijación de Fridman con Brasil
El propio Fridman ya deslizó su preferencia por Brasil en el pasado. El 19 de febrero, Letterone, todavía únicamente como accionista de DIA, salió al paso para oponerse a la venta de activos en el país cuando los antiguos administradores encargaron a los bancos acreedores que exploraran la posibilidad de desprenderse de filiales. Se trataba de una medida preventiva ante la posible desaprobación de la ampliación de capital de 600 millones que se iba a plantear en la junta del 20 de marzo.
Solo una semana después, el fondo con base en Luxemburgo se impuso en aquel cónclave y reiteró su apuesta. Informó a través de un comunicado que Brasil era «un mercado muy relevante. No hay otro distribuidor alimentario moderno como DIA allí». Añadió que el país debía ser «un motor de crecimiento para la compañía a medio-largo plazo, sujeto a recibir inversión y tener un liderazgo claro».
Los hombres de Fridman consideran clave Brasil porque allí no hay otro distribuidor de proximidad como DIA
«El desarrollo del negocio en Brasil debería producirse pronto. DIA necesita tener capacidad para darle la vuelta a su situación y cambiar su cultura», destacaron las mismas fuentes, que pusieron en valor la experiencia de Letterone en otros mercados emergentes como Rusia, con X5 Retail como principal aval.
De momento, ya avanzan los planes. Los hombres de Fridman consideraban que en Brasil se podrían abrir «miles de tiendas» y en un informe posterior encargado a la consultora Duff & Phelps proyectaron un crecimiento del 8,6% en las ventas para 2020.
La evolución del negocio determinará la posición de DIA en el mercado brasileño, en el que actualmente se baten el cobre las cadenas internacionales. Las primeras plazas, de acuerdo a datos de la consultora IGD, se las reparten el grupo francés Casino (32%), que opera bajo marcas como Extra o Pão de Açúcar; Walmart (20%), a través de Walmart Supercenter Banner; Carrefour (8%), con sus supermercados y el mayorista Atacadão, y Makro South America (8%),
DIA hasta septiembre: más pérdidas y menos ventas
Pese a la voluntad de Fridman, DIA cerró el tercer trimestre de 2019 con malos resultados. Se repitió la misma tónica con la que empezó el año: más pérdidas y menos ventas.
Los números rojos de DIA aumentaron 11 veces respecto al mismo periodo del año anterior y alcazaron los 504 millones de euros, anotándose caídas en todos los países. La facturación también se redujo. Lo hizo en un 7,4%, situándose en los 5.083 millones de euros.
La compañía justificó este resultado enumerando el listado de factores negativos a los que se ha tenido que enfrentar en los nueve primeros meses del año. «La sociedad ha venido operando en un contexto empresarial, financiero y corporativo altamente volátil y complicado que ha generado un coste significativo», explicaron en su comunicado enviado ante la Comisión Nacional de Mercado (CNMV).