Los franquiciados de DIA suspenden a Fridman tras 100 días de gestión
Pese a que Letterone tomó las riendas de DIA, los franquiciados siguen quejándose del sistema al que son sometidos
Es habitual hacer balance de una gestión cuando alguien cumple 100 días en un cargo. En el caso de Mikhail Fridman, que lleva unos cuantos más como propietario de DIA (124), parece que no recibirá un aprobado si se le pregunta a sus franquiciados. El magnate ruso, que tomó las riendas de una compañía en un estado muy débil, sigue sin aliviar el problema de quienes históricamente se han quejado del sistema de trabajo al que son sometidos.
La compañía, según ha comprobado este medio a través de documentación y notificaciones internas, ha puesto en marcha distintos proyectos. Algunos de los ejemplos son el incremento del servicio nocturno de camiones, con el objetivo de tener las tiendas abastecidas y ordenadas; la introducción de las Tiendas Academia, aquellas que son «las más completas y representativas de la red» e imparten formación al resto, y el proyecto Alfa, también para formar al personal.
Pero los franquiciados, que cada vez son menos, siguen sin estar satisfechos. Una de las reclamaciones que más señalan es la falta de libertad a la hora de elegir el surtido de productos en los encargos. Es lo que denoniman recibir el pedido «en automático», es decir, «cuando eliges determinados productos, no te dejan seleccionar la cantidad. Ellos quieren manejar cuánto se vende a cada tienda», añade un franquiciado de Cataluña a este medio.
De esa forma, dice, en DIA «aseguran de repartir todo lo que tienen en sus almacenes. Si se pierde o caduca da igual; ya están distribuidas en las tiendas de los franquiciados, que son quienes asumen el coste de que ese producto no se venda».
Franquiciados de DIA: menos libertad para elegir productos
Parte de los problemas radican en que «DIA quiere apostar por una campaña agresiva apostando por el producto el perecedero», aquel que entra en descomposición más rápido (lo que impide su venta) al someterse, por ejemplo, a elevadas temperaturas o humedad.
También siguen denunciando falta de mercancia, que no llega en los camiones y, no obstante, termina pagando igualmente el franquiciado. Se trata de errores en la entrega: bultos que no contienen la cantidad de productos que deberían contener y material ausente o que nunca llegan.
«Como sabéis, las faltas son uno de los principales puntos de dolor tanto para vosotros como para nuestros clientes. Por eso, pensando en ellos y en la mejora de su experiencia de compra, nos hemos comprometido con un objetivo: eliminar las faltas en las tiendas de todos nuestros productos, sin distinciones», explicaron desde DIA en una nota interna hace meses.
Las cifras: cada vez hay menos franquiciados
El mismo franquiciado consultado por este medio transmite que Fridman, actual propietario, no apuesta por este modelo de tiendas. Y las cifras presentadas por la compañía encajan con este relato.
Para muestra, dos datos: DIA ya ha convertido en tiendas propias el 10% de su red de franquicias y el número de tiendas propias a nivel mundial está por encima de las franquicias, algo que no sucedía desde 2015.
Por primera vez en tres años, el número de tiendas propias de DIA a nivel mundial superó a las franquicias
Es un hecho que este medio viene contando desde hace años, concretamente desde la etapa anterior a la llegada de Mikhail Fridman. Hasta febrero se cifraba en 525 el número de franquiciados que se habían arruinado en apenas dos años. Fue un dato revelado cuando la multinacional española, que entonces se encuentra al borde de la quiebra, presentó sus resultados anuales de 2018, en los que por primera vez ponía número a los cierres de tiendas.
Las últimas informaciones apuntan que el grupo ha negociado con aquellos franquiciados “descontentos” o que no alcanzaban la rentabilidad esperada para liquidar sus contratos. Para poner fin a esta relación se ha optado por tres vías: el pago en efectivo, la cancelación de deudas o los cobros por el stock no vendido.