Dia frena la expansión del nuevo modelo de franquicias
La empresa asegura que el proyecto avanza con normalidad y que a finales de año la gran mayoría de franquiciados estarán amparados bajo la iniciativa 20 20
El nuevo modelo de franquicias de los supermercados Dia sufrió un freno en su expansión en el primer trimestre de 2021. La empresa mantiene el objetivo de que a finales de año esté prácticamente implementado en la totalidad de asociados, pero en los últimos tres meses la iniciativa apenas avanzó: al cierre de 2020 lo tenían el 64% de los franquiciados y a finales de marzo el porcentaje solo había crecido hasta el 65%.
Según la documentación remitida este jueves a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), la compañía terminó el mes de marzo con 970 franquicias en España y otras 185 en Portugal con el modelo 20 20. En el caso español, la cadena contaba con el 65% de los socios bajo el flamante plan. En el país vecino, el porcentaje subía hasta el 68%.
Dia explicó siempre que el modelo se limitaba a los mercados europeos. En Argentina se comenzó a implementar su propia iniciativa, mientras que en Brasil se ha preparado el lanzamiento de una oferta a medida.
El programa 20 20, lanzado en el segundo semestre del pasado ejercicio avanzaba a velocidad de crucero hasta la llegada de 2021. Como ya explicó Economía Digital, el 31 de diciembre de 2020 el 64% de los franquiciados españoles (950) y el 67% de los portugueses (180) ya se habían cambiado al nuevo modelo. Al cierre del tercer trimestre, la ratio rondaba el 50% de los asociados en ambos mercados.
Contactada por este medio, una portavoz de la cotizada explicó que el proyecto avanza con normalidad y que para finales de 2021 se conseguirá implementar para la práctica totalidad de los asociados de ambos mercados europeos.
La opinión de los franquiciados de Dia
Nacido en la segunda mitad del año pasado. El modelo llegó para corregir el plan anterior, que fue duramente criticado por muchos franquiciados porque les dejaban sin margen de benenficios. Sin embargo, el nuevo modelo repite vicios del anterior. Dos franquiciados diferentes explican a Dia que trabajan con el nuevo sistema desde hace varios meses y que sufrieron problemas de liquidez.
El principal cambio introducido –el franquiciado paga un porcentaje de las ventas y no la mercancía que recibe— no sirvió para que muchos asociados llegasen ni siquiera a ganar dinero a las pocas semanas de su introducción.
A pesar de la nueva manera de afrontar los pagos, la compañía sigue sin abonar la totalidad de las ofertas y los cupones que pone a disposición de los clientes. Aunque la cotizada ha reducido su agresividad comercial, buena parte del margen es soportado por los franquiciados, que deben vender algunos artículos a pérdidas con la confianza de recuperarlo a través de otros productos.
Además, los franquiciados también deben sufragar, a parte del pago de la mercancía, los salarios de sus trabajadores, la luz y demás gastos operativos en una cuenta a parte. Entre los costes fijos y el golpe que suponen las promociones se forma un agujero que ya arrastra a varios franquiciados a quedarse sin efectivo.
Dia reduce las pérdidas a la mitad
La cadena controlada por el inversor Mikhail Fridman perdió 63,8 millones de euros entre enero y marzo. La mejora no se trasladó a las ventas, que cayeron el 7,3% hasta los 1.571,6 millones.
En el informe de resultados trimestral enviado a la CNMV, la empresa destacó “la mejora del Ebitda y la eficaz gestión del riesgo de tipo de cambio”, dos factores que le valieron para rebajar las pérdidas del periodo. No obstante, la comparativa con el boom de actividad de las últimas semanas de marzo de 2020 –con el estallido de la pandemia en España— mermó la cifra de negocio.
De este modo, el presidente de los supermercados, Stephan DuCharme, remarcó “la extraordinaria demanda” que se registró en marzo de 2020, una realidad que “tendrá un impacto en los resultados comparativos de 2021”.
Más allá de la comparativa con el inicio de la crisis del coronavirus, Dia también redujo sus ventas por el cierre de 69 supermercados y la devaluación del real brasileño y del peso argentino, que perdieron el 26% y el 36% de su valor, respectivamente.