La alta deuda de Enel se cruza en el camino de Bogas (Endesa) para terminar su mandato
La compañía española sigue transmitiendo tranquilidad, y que no debe por qué suceder nada pese a los cambios en Enel
Tranquilidad. Ese es el mensaje que más repite el consejero delegado de Endesa, José Bogas, desde hace unas semanas. En concreto, desde que se anunció la salida del CEO de Enel, Franceso Starace, y el Gobierno italiano -máximo accionista de los dueños de la eléctrica española-, dispuso su nueva guardia pretoriana. Dicha tranquilidad es sobre su continuidad en la compañía. Sostenida por verbos en condicional y amenazada por los 60.000 M€ de sus dueños italianos.
El relato oficial dentro de Endesa es que José Bogas acaba de renovar mandato y, por lo tanto, le quedan tres años en el cargo. Dentro de ese relato oficial, es que nadie en Enel se ha pronunciado de manera contraria. Y de forma pragmática, la eléctrica española no deja de presumir en público sobre su buena salud financiera y el impacto que tiene la empresa dentro de Enel.
Sin embargo, tal y como ha podido conocer ECONOMÍA DIGITAL en fuentes del sector, en Endesa sí existe cierta preocupación por la evolución de los acontecimientos y cuáles serán, definitivamente, las buenas nuevas desde Italia. Algo que tendrá que digerir bajo su gestión José Bogas, y que puede ser el acicate para desarrollar movimientos en el consejo de administración de Endesa si sus dueños lo ven conveniente.
Y esos movimientos nacen y se expanden en la alta deuda que tiene el grupo italiano y, lo que es más preocupante para los intereses españolas, cuáles serán los planes de desapalancamiento de Enel.
Endesa, a lo suyo
En este contexto, las aguas bajarán revueltas por Endesa al menos durante unas semanas. Y eso pese a que, hace unos días, cuando se conocieron los cambios en Enel, desde la eléctrica española se apresuraron a enviar un mensaje de tranquilidad enfundado en tres motivos: Bogas renovó mandato el pasado ejercicio; el ‘plan estratégico’ está recién empezado; y la energética es la ‘niña bonita’ del grupo. Y, como colofón, se añade que la salida de Francesco Starace era lógica.
Aunque precisamente algunos movimientos del propio Starace son los que, ahora, siembran toda la incertidumbre. O, mejor, dicho, la corrección que se puede llevar a cabo de los planes que tenía sobre la mesa Enel.
En concreto, una de las obsesiones que tenía la compañía era reducir deuda. Para ello, en el ejercicio 2023, había planes de desinversión que superaban los 11.300 M€. Sin embargo, ahora, tal y como se desprende de los análisis que hacen los medios italianos especializados, la presión para desapalancar Enel es una prioridad. Y no solo eso.
El nuevo CEO de Enel, Flavio Cattaneo, tiene el mandato, impuesto o autoimpuesto, de fortalecer el propio mercado nacional. Es decir, Italia pasará a configurarse como una de las prioridades -más todavía- dentro de la propia Enel. Esto, sumado a esa racionalización de la presencia internacional, pone el foco sobre Endesa y sus movimientos en España.
Por ahora, el mercado no contempla movimientos relacionados con rotación de activos que pueda afectar a líneas de negocio como las redes eléctricas o las divisiones de infraestructuras. Sin embargo, a nadie se le escapa que son activos muy valiosos de los que Enel podría echar mano para descapitalizar la compañía y reducir deuda.
Y aquí vuelve a emerger la figura de José Bogas y, en concreto, hasta qué punto pueden tener plena confianza en el directivo español si, llegado el momento, toca desinvertir. Ese será el pulso que el propio Gobierno italiano, máximo accionista de Enel, quiera echar con su propia filial, Endesa.