Detinsa quiere enjugar el 60% de su deuda con 1.200 pisos
La inmobiliaria ofrece la permuta a las 27 entidades financieras acreedoras a cambio de la condonación de 350 millones de pasivo
Detinsa ya ha iniciado las negociaciones con sus 27 acreedores financieros para lograr un convenio con el que superar el concurso de acreedores en el que ahora está inmerso la inmobiliaria, que en su día formó parte del G14 junto a otros grandes nombres de la construcción –como Martin-Fadesa, Metrovacesa o Realia–. El juez ha dado de plazo hasta septiembre para firmar el pacto.
Según el plan de viabilidad diseñado por los actuales administradores concursales, la viabilidad de la compañía pasa por su adelgazamiento y por retener sólo aquellos activos considerados estratégicos. Cálculos internos cifran en 200 millones la valoración del paquete de propiedades a conservar.
Por lo tanto, los administradores han propuesto a las entidades que forman su variopinto grupo de acreedores que acepten los activos no vinculantes para el futuro de Detinsa, unos 1.200 inmuebles ya hipotecados en toda España –la mayoría concentrados en Madrid y Comunidad Valenciana, en régimen de OPV–, a cambio de condonar las respectivas deudas: el pasivo financiero alcanza los 350 millones.
Si avanzase la negociación con bancos y cajas, se emprenderían las conversaciones con el resto de acreedores. Detinsa les debe 115 millones. Según fuentes consultadas por Economía Digital, ya se habrían sondeado quitas del 50% para reducir el compromiso de pago hasta los 57,5 millones. Además los responsables de Detinsa plantearán un escenario de cobro de 10 años que incluirá tres de carencia.
Hoja de ruta
La estrategia para garantizar la viabilidad de Detinsa contempla también la captación de 11 millones en efectivo. Con estas cantidades, que se pretenden conseguir en paralelo a la negociación con las entidades financieras, la inmobiliaria aguantaría el escenario de inactividad en el que particularmente está sumergido su sector.
Una vez superada esta fase sería necesario disponer de suelo –los activos estratégicos– que le permita volver a construir en un entorno económico más favorable. Detinsa cerró el ejercicio 2010 con un Ebitda negativo de 7,1 millones.