El desplome de Credit Suisse aviva el fantasma de una crisis bancaria europea
El Banco Central Europeo ha pedido los datos de exposicón de las entidades europeas a Credit Suisse
Credit Suisse es un banco que se desangra y en las aguas turbulentas de los mercados los tiburones huelen la sangre. La caída de Silicon Valley Bank este finde semana, seguido por Singature, llevó a las bolsas a los números rojos y cuando parecía que lo peor había pasado afloró la información sobre Credit Suisse. El banco suizo tenía problemas para cortar la fuga de depósitos. En 2022, huyeron de sus cuentas 123.200 millones de francos suizos.
Los desplomes en bolsa de la entidad se han contagiado al resto de la banca europea. La entidad ha llegado hasta a pedir una respuesta de apoyo pública al Banco Central Suizo y al organismo regulador del mercado del país, Finma. Un mensaje desesperado en plena debacle en bolsa donde ha llegado a desplomarse un 30% para finalmente cerrar con una caída del 20%.
Unas caídas que se han trasladado al resto de parqués europeos, en la bolsa española, los bancos que ayer parecían haber parados sus caídas hoy han vuelto a ser los farolillos rojos del Ibex, con retrocesos que han ido desde el Sabadell con una casi un 9,5% de caída, seguido por BBVA que retrocede un 8% y Bankinter, que se deja un 7,35%. Santander cayó un 7% y CaixaBank lo hizo más de un 6,8%. Por su parte, Unicaja perdió un 6%.
Esta fuerte caída de los bancos ha llevado a que el principal selectivo español, el Ibex35, se ha dejado hoy un 4,37%.
La duda es ahora si este contagio al resto de la banca se quedará en un episodio aislado en los mercados o si el fantasma de la crisis financiera europea vuelve a estar vivo. El caso de Credit Suisse puede ser un detonante, porque aunque ya era una entidad con problemas previos a la caída de SVB y Signature, su relación con Europa es mucho más elvada.
Si al comienzo de semana parecía que la crisis de los bancos estadounidenses no llegaría al viejo y se quedaría aislada en EEUU dado el carácter especifico del negocio de estas entidades, ahora la foto cambia. Las dudas ahora son si fuerte regulación al que han sido sometidas las entidades en los últimos tiempos, que cuentan con fuertes posiciones de liquidez y solvencia aguantarán la tesitura actual. Credit Suisse es un banco europeo, con mayores ramificaciones que lo conectan con la banca europea y esto puede generar mayores problemas.
De hecho, el Banco Central Europeo (BCE) ha pedido los datos de exposición a Credit Suisse a todas las entidades supervisadas, según ha adelantado The Wall Street Journal. El supervisor europeo quiere conocer cuál es el grado de peligro que puede exisitir en el sistema bancario europeo en el caso de que esto vaya a más.
La crisis de Credit Suisse
Las declaraciones del principal accionista de Credit Suisse ha sido el último paso de una larga crisis. «No podemos porque superaríamos el 10% (del accionariado), es una cuestión regulatoria», indicó en declaraciones a la agencia Bloomberg, el presidente del banco estatal saudí, Ammar al Khudairy, anunciando que no habrá mayores inyecciones de capital por parte de la entidad.
Esta entidad había adquirido el año pasado ese 10% tras la última ampliación de capital con una inversión de 1.500 millones de francos suizos. Un reflejo de que sus cuentas estaban débiles. En 2022, el banco arrojó unas pérdidas de unos 7.400 millones de euros, que fueron 4,5 veces mayores que las de 2021. Entre los problemas que acarreaba la entidad, tenía problemas financieros como su exposición a la Archegos o Greeenshillo.
«No hay nada más rápido que el dinero cuando cunde el pánico, son una bajada de marea para la banca y alguno puede sorprender por su falta de pudor. Las caídas son tan acuciantes en Europa que varios bancos han tenido que suspender cotización, Société, Monte dei Paschi y UniCredit; el Stoxx 600 Banks, se ha desplomado ya un 13%”, explica Juan Abellán, director del Máster de Mercados Financieros y Gestión de Activos del IEB, dice.
“A pesar de este tsunami, la banca europea está más regulada y controlada que los bancos regionales de EE.UU., por ejemplo, en la banca española la cartera de deuda pública, en su mayoría, está clasificada como bonos a coste de amortización, es decir, sin venta anticipada y por tanto sin influir contablemente hasta vencimiento y, por supuesto, no es su único activo en cartera, caso de SVB”, añade.