El despliegue del coche eléctrico a la espera del Perte: faltan puntos de recarga e incentivos
La lentitud en la instalación de infraestructuras de recarga sitúa España en la retaguardia europea de los países con mayor implantación de la movilidad verde
Recientemente, se ha hecho pública la aprobación provisional del Proyecto Estratégico para la Recuperación y Transformación Económica (PERTE) en el sector del Vehículo Eléctrico y Conectado (VEC). Esta línea de ayudas supondrá una aceleración en la transformación de las fábricas automovilísticas del país hacia la producción de nuevos modelos verdes. Sin embargo, el despliegue del vehículo eléctrico en España sigue rezagado en comparación a otros países europeos por dos factores: la falta de puntos de recarga y de precios asequibles y ayudas que incentiven la compra.
España se sitúa en el octavo puesto entre los países de la Unión Europea con mayor implementación de la movilidad eléctrica, a quilómetros de estados punteros como Noruega o a Alemania y al nivel de países como Hungría o la República Checa.
Según el último barómetro elaborado por Anfac, la patronal de los fabricantes de coches, la nación tenía en el primer trimestre del 2022 una implementación de la electromovilidad del 13,3 punto, lejos de la media europea situada, de 28,1. Se trata de un índice en base 100, donde el 100 simboliza el cumplimiento de los requisitos marcados por la Comisión Europea para finales de año, es decir, debería de estar sobre los 25 puntos para ir en buen camino. La UE exige una reducción del 37,5% de las emisiones de CO2 entre el 2021 y el 2030.
La electrificación en España sigue avanzando con el paso de los años, pero a un ritmo lento. De momento, incrementó 1,4 puntos su marca del primer trimestre de 2021. A finales del año pasado, este mismo índice se situaba en los 45,9 puntos, de manera que se deberán de doblar los esfuerzos si se quieren lograr los objetivos marcados.
En Noruega este indicador superó ya los hitos europeos y llegó a los 171 puntos en los primeros meses del año. Le sigue, de lejos, Países Bajos con 59,4 puntos de implementación y Alemania, que doblaba a España con 42,7 puntos. En los primeros meses del año, Italia superó a España en el ranquin por su mayor despliegue de puntos de recarga, lo que le permitió llegar a los 17,2 puntos. De esta forma, el Estado se quedó en la parte baja del top 10, solo por encima de Hungría (12,5) y la República Checa (9,5).
Uno de los factores que no permiten a España acercarse a los objetivos de la Unión Europea es, precisamente, el lento despliegue de los puntos de recarga. La infraestructura de recarga de acceso público aumentó en 833 nuevos puntos en el primer trimestre de 2022, hasta contar con una red de 14.244. Trasladado al indicador de los fabricantes, España tenía apenas 4,8 puntos en base 100. Según la patronal, este 2022 se debería de triplicar la presencia de infraestructuras de recarga respecto al 2021 hasta alcanzar al menos 45.000 puntos de acceso público.
Noruega cumplía también los requisitos europeos con relación a la red de recarga: Anfac le otorga 114 puntos. Sin embargo, el país nórdico es el único con una red tan desarrollada. Países Bajos y Alemania repitieron en las primeras posiciones de la clasificación, pero lo hicieron apenas con una implementación de 47 y 12 puntos respectivamente. La media de la Unión Europea se situaba en el primer trimestre en los 9,8 puntos.
Por otro lado, la situación es mejor, pero no mucho, si se analiza la penetración del vehículo electrificado. España se situaba en el primer trimestre en los 21 puntos gracias a las mejoras en la cuota de mercado, pero de nuevo lejos de los 53 de la media europea. Esta cifra, también rozó el final del ranquin, lejos de los países con mayor implementación: Noruega (228), Alemania (72) y Países Bajos (71).
A fecha de julio, se matricularon 43.828 vehículos electrificados en España en todo 2022. Según el objetivo de la UE, para este año se deberían de entregar 120.000 unidades. En ese sentido, pasado el ecuador del año, la cifra ni siquiera se aproxima al 50% del cumplimiento de los requisitos.
Más incentivos de compra
Para revertir estas cifras, los expertos piden cambios en el marco fiscal que fomente la compra de vehículos eléctricos, frente a los de combustible, en muchos casos más baratos. Los españoles pueden beneficiarse del Plan Moves III del Gobierno, que subvenciona entre 4.000 y 7.000 euros de la compra de coches eléctricos que valgan menos de 45.000 euros. Ha demostrado funcionar adecuadamente, pero los países con mayor implementación de la electromovilidad han actuado sobre los impuestos.
En Noruega, no se aplica IVA por la compra de vehículos eléctricos, así como tampoco se paga el impuesto de matriculación, ya que se grava en función de las emisiones de CO2. En Países Bajos y Alemania hay planes similares a las ayudas españolas, pero también se le suman medidas fiscales. En el primero, los conductores de coches eléctricos quedan exentos del impuesto de matriculación y del de circulación, mientras que en Alemania no se paga el impuesto de circulación en los primeros 10 años tras la compra del vehículo.
Comprar un coche eléctrico nuevo equivale al sueldo de un año y medio de un español
Más allá de las ayudas, el ciudadano medio español tiene más dificultades para asumir un el coste de un vehículo eléctrico nuevo. Si la renta per cápita española se situó en los 25.460 euros a finales de 2021, comprar un coche de 45.000 euros –incluyendo el descuento máximo-, implica invertir el salario de un año y medio. En Noruega, Países Bajos y Alemania implica abonar el 50%, el 77% y el 87% del sueldo anual medio, respectivamente.