El despido silencioso, o cuando el acoso laboral se oculta en la indiferencia

Mientras que países como EEUU han vivido situaciones como ‘la gran renuncia’, donde un gran número de personas prefería dejar sus trabajos aunque no tuvieran otras opciones laborales, en España el número de empleados que piensan en cambiar de empleo se mantiene estable.

Pero hay una creciente cantidad de asalariados que son impulsados a renunciar por una serie de prácticas tóxicas por parte de la empresa: es lo que se conoce como el despido silencioso.

El deseo de cambiar de trabajo

Según el Informe sobre Intención de Cambio de Empleo que elaboró Infojobs un 16% de los empleados españoles piensan irse a otro trabajo en los próximos 12 meses.

Este número es levemente inferior al del año pasado (17%), y más bajo que el pico de 2020, cuando llegó al 23%.

El 16% de los trabajadores españoles piensan cambiar de trabajo. Pero solo uno de cada diez lo haría si tuviera una mejor oferta

Según los expertos de este portal, la incertidumbre laboral que trajo la pandemia llevó a muchas personas a adoptar una postura más conservadora.

En este sentido, el 65% de los consultados no dejarían su trabajo a menos que tengan una mejor oferta en la mesa y solo un 10% tendría el valor de renunciar sin un empleo a la vista.

Los motivos para irse

¿Pero qué motivos lleva a la gente a querer cambiar de trabajo? El dinero manda, y un mejor salario es la causa elegida por el 51% de los consultados; aunque hace dos años este porcentaje llegaba al 74%.

Si bien el tema salarial es el principal motivo entre los jóvenes, conforme se avanza en los grupos de edad surgen otros motivos como trabajar en un proyecto motivador o tener un empleo menos estresante.

También gana peso el deseo de una mejor conciliación entre empleo y familia, mientras que desciende la importancia asignada a la flexibilidad laboral.

Y hay un punto que está entre los menos relevantes en cuanto estadísticas, pero que es importante por el debate de la salud mental, que es el deseo de salir de un ambiente tóxico, que subió del 18% al 23% de respuestas en un año.

El despido silencioso

Dentro del complejo universo de las relaciones laborales tóxicas, la encuesta de Infojobs revela el aumento de casos de despido silencioso, que en la jerga de recursos humanos se lo conoce como quiet firing.

Así se conoce a la forma de actuar de algunos directivos o de empresas, que poco a poco van desmotivando al trabajador hasta que consiguen que renuncie voluntariamente. Y así, la compañía se evita tener que asumir el pago de la indemnización que marca la ley por despido.

Y no son casos aislados: el 57% de los trabajadores asegura que han vivido alguna o varias de las situaciones que se encuentran en el despido silencioso.

Las causas del despido silencioso

Por ejemplo, uno de cada cuatro ven que se tienen con una mayor carga de trabajo sin que sea justificado. El 24% considera que se encuentra en una situación de estancamiento laboral y el 20% siente la desilusión de no tener un reconocimiento por parte de los jefes a pesar de haber conseguido los objetivos.

En estas prácticas también se encuentran la congelación del salario y la reducción de recursos.

Por grupos de edad, los trabajadores de 25 a 34 años son mayoría entre quienes consideran que han pasado por estas situación; y los que menos, los que tienen más de 45 años.

¿Es una forma de acoso laboral?

Quizás muchos tomen al despido silencioso como una forma de acoso laboral, pero hay algunos matices que lo diferencian.

Según la Vocal de Trabajo del Colegio de la Psicología de Madrid, Isabel Aranda, el despido silencioso es la práctica de “disminuir las posibilidades de un trabajador en una organización” y en paralelo subir las exigencias “forzando a que entregue su carta de renuncia”, dijo en una entrevista a la plataforma Holded.

En todo caso, el acoso laboral iría un paso más adelante, con una situación flagrante para que la persona se sienta descalificada, precisó.