Debacle de la industria del automóvil: las fábricas españolas producen 724.000 coches menos que antes de la pandemia
La patronal de los fabricantes, Anfac, cree que la producción no se normalizará hasta el 2023, por lo que este año seguirá la tendencia a la baja
Primero fue el covid y después la escasez de una pieza clave como los semiconductores. El sector automovilístico lleva tres años encadenando crisis que provocaron una caída de la producción del 25,6% entre 2019 y 2021 en España. Según el informe anual de Anfac, la principal patronal del sector, el año pasado las empresas automovilísticas fabricaron un total de 2.098.133 unidades, 724.499 menos que el año anterior a la pandemia.
La falta de estos microchips no ha permitido a la automoción levantarse del golpe de la crisis sanitaria: se produjo un 7,5% menos que en 2020, cuando las empresas permanecieron cerradas tres meses durante el confinamiento más estricto. En 2021 los grandes compañías tuvieron que parar las líneas de fabricación de forma intermitente por problemas de abastecimiento, un obstáculo que arrastran hasta hoy en día.
«Ha sido un fuerte impacto en la producción del vehículo nacional y mundial”, ha valorado el director general de Anfac, José López-Tafall, durante la presentación del documento. Esta disminución de la fabricación se tradujo en una pérdida del 12% de los puestos de trabajo entre el 2020 y el 2021.
Tal como muestra este informe, desde el 2017 el sector rondaba los 2,8 millones de unidades anuales. La patronal se ha propuesto recuperar estos volúmenes de trabajo, pero no prevé una vuelta a la normalidad hasta el año que viene. “No podemos conformarnos con los niveles de producción del 2021, nos llevaría a tener problemas económicos al sector”, ha añadido López-Tafall. Aun así, ha avanzado que “no tienen buenas noticias” para este 2022, dado que a mes de mayo se había construido un 10.7% del acumulado del 2021.
La patronal explica que en mayo de 2022 se había construido solo un 10% del acumulado del 2021
Menos producción también se trasladó en una bajada de las matriculaciones. Aunque la demanda de vehículos es estable, la falta de oferta provocó que se inscribieran 859.477 de vehículos el año pasado, solo un 1% más que en 2020. En datos prepandémicos, la matriculación bajó un 32%.
La crisis de los microchips afecta a la industria automovilística a nivel mundial, pero los países europeos son los más afectados porque hay más dificultades de abastecimiento. Por ejemplo, Alemania y Francia, dos de los principales productores del continente, han perdido un 33% i un 37% de la fabricación respectivamente desde el 2019.
En crisis camino a la electrificación
Un sector que equivale a un 7,7% del PIB estatal y a un 9% del empleo, se enfrenta a una transformación industrial hacia la electrificación, teniendo en cuenta que la Comisión Europea ha establecido el 2035 como el año para dejar de fabricar coches con emisiones. No será sencilla e implicará reducciones de plantilla, puesto que el ensamblaje de coches eléctricos requiere menos mano de obra que los vehículos de combustión.
De hecho, los sindicatos de Seat ya han dado cifras y aseguran que, una vez finalizada la transición, sobraran unos 2.800 trabajadores, 1.948 vinculados a la producción y 966 de oficinas y otras áreas, lo que equivale al 30% de la plantilla. Por ahora, el grupo Volkswagen ha otorgado a la planta de Martorell una plataforma para fabricar coches eléctricos pequeños a partir del 2025. Los sindicatos, además, piden alterativas vinculadas a la movilidad sostenible para la fábrica de El Prat, donde se construyen cajas de cambios.
En 2021, los vehículos alternativos avanzaron poco a poco y sus matriculaciones ya alcanzaron un 30% de la cuota de mercado con 312.295 unidades, de los cuales 27.769 son eléctricos puros. Los híbridos enchufables fueron el segmento que más creció, con un aumento del 85% respecto el 2020.
Anfac ha pedido que se agilicen los trámites para adjudicar los proyectos que accederán al PERTE del vehículo eléctrico y conectado (VEC). Además, han reclamado medidas complementarias para la transformación hacia una movilidad sostenible para garantizar que se cumplan los objetivos ambientales del Gobierno y de la Comisión Europea.