De Meo otorga a De los Mozos todavía más poder en Renault España
La automovilística francesa nombra al dirigente ‘Country Head’ en la Península Ibérica y evoluciona su cargo en la filial española
José Vicente de los Mozos conquista el poder que todavía le quedaba por conseguir en Renault España. En plena reorganización mundial, la automovilística francesa agrupa ahora el negocio en España y Portugal, que pasará reportar al dirigente. Para ello, tomará el cargo de country head en ambos países; un puesto que compaginará con sus funciones de director mundial de fabricación y miembro del comité de dirección del grupo.
Además, la firma que ahora preside Luca De Meo dotó de mayor contenido a la presidencia de Renault España que ostenta el directivo. Ahora, su rol será el de presidente-director general, informó la empresa en un comunicado.
De los Mozos tendrá ahora la misión de crear un comité bajo se mando que desarrolle las distintas ramas de actividad que Renault tiene en la Península Ibérica, tanto en asuntos de producción como de ventas.
El dirigente suma así nuevas atribuciones a una cartera ya llena de cargos. En 2012 fue nombrado presidente de Renault España y en 2013 director de fabricación del conglomerado francés. Además, el vallisoletano es presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac) y de Ifema. Es por ello que en el sector muchos le auguran el salto a la carrera política en un futuro cercano.
Renault reorganiza su estructura
Las nuevas atribuciones de De los Mozos se consolidan en plena reestructuración de Renault, inmersa en un plan para recortar costes que presentará esta misma semana. El boceto inicial pretendía un recorte de más de 2.000 millones de costes, pero la evolución de la pandemia podría provocar que Luca de Meo fuera incluso más ambicioso y fuera más allá en el ajuste.
El italiano trata de optimizar la estructura bajo el argumento que la automovilística necesita «hacer dieta» para volver a los beneficios. De este modo, acometerá hasta 14.600 salidas en tres años, aunque el ajuste no debería afectar a los más de 12.000 empleados de las fábricas españolas.
En España, empresa y sindicatos mantienen un pulso desde el pasado otoño por el nuevo convenio colectivo. Los trabajadores exigieron vincular el marco laboral a la adjudicación de nuevos vehículos, pero la compañía se negó a esta opción. Su idea: congelación salarial, recorte de pluses e incrementos de jornada. Por ello, las conversaciones se suspendieron en diciembre hasta la presentación de la reestructuración mundial de Renault.