Crédit Agricole y UBS pierden la confianza en Indra tras el golpe de mano del Gobierno

Varios fondos bajan participación en la compañía controlada por la Sepi y PDT Partners se pone en corto con más de un 0,5%

Pedro Sánchez, el Primer Ministro belga, Alexander De Croo y el presidente de Indra, Marc Murtra, en 2021.

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El mercado sigue con atención los acontecimientos que vive Indra y la cotización de la compañía en las últimas semanas deja claro que el golpe de mano del Gobierno, forzando la salida de cinco consejeros y el giro hacia el sector de la defensa en una pinza con el PNV, no gusta a los inversores. Este lunes se dejó unas décimas en bolsa, pero en las últimas dos semanas, desde que se desencadenaron los problemas de gobernanza, la acción acumula una caída del 15%. 

Algunos fondos están ya vendiendo acciones. Dos que lo han hecho recientemente son Crédit Agricole y UBS. El banco francés desinvirtió este mismo lunes, según los datos recopilados por Bloomberg, y vendió 18.000 acciones, el 10% de lo que tenía. El banco suizo traspasó el viernes pasado 39.000 acciones, desprendiéndose así de uno de cada títulos de la empresa que preside Marc Murtra

Crédit Agricole y UBS están retrocediendo posiciones de forma sigilosa y, de hecho, su peso en Indra es muy pequeño, no llegan al 0,1%. Pero otro con más presencia, Fidelity, anunció la semana que vendía aproximadamente la mitad de las acciones, un 1%, ante los problemas internos de la compañía y las intromisiones políticas. 

Estos movimientos y las caídas en bolsa han despertado también a los bajistas. Estos fondos invierten en corto en las compañías, es decir que especulan con que bajará: toman prestadas las acciones de otro fondo y las venden en el mercado con el compromiso de comprarlas después de un periodo de tiempo determinado, que suele ser corto, entre una semana y un mes, y devolverlas a su dueño. Para tener beneficio, las acciones tienen que bajar, por lo que es una apuesta bajista.

La CNMV ya solo recoge las posiciones cortas por más de un 0,5% de las acciones por parte de un mismo fondo, por lo que solo refleja las importantes. Por ello, Indra apenas contaba con bajistas declarados, pero el 26 de junio, PDT Partners afloró un 0,57% de golpe, que una semana después rebajó al 0,49%. Desde febrero, la CNMV no tenía constancia de bajistas en la compañía. 

El golpe de mano del Gobierno a Indra

Precisamente la CNMV está analizando la dimisión de cinco consejeros, presionados por el fondo Amber, presidido por Joseph Oughourlian, que contó con el apoyo de la SEPI, primer accionista de Indra con el 25%, y la empresa vasca de defensa Sapa. El regulador del mercado ha pedido información a la cotizada y estudia si los tres accionistas han actuado de forma concertada. 

Lo que sospecha es que la SEPI puede haber actuado fraudulentamente por apoyarse en una mayoría que no tiene y que supera el 30%, porcentaje que para sobrepasar, hay que presentar una opa. En el peor de los casos, la CNMV podría obligar a la pública Sociedad Estatal de Participaciones Industriales a lanzar una oferta pública de adquisición de acciones por el resto de la compañía. 

Lo que fuentes cercanas a la compañía explican a Economía Digital es que el siguiente en salir es, de hecho, el más importante: Ignacio Mataix, consejero delegado de Indra, que no es de la cuerda de Pedro Sánchez y Marc Murtra y es un elemento molesto para el giro que quieren dar a la empresa. Sin él, Murtra trataría de concentrar todo el poder en una presidencia ejecutiva para apostar decididamente por la defensa ante el auge de gasto militar que se prevé en España y Europa. 

Lo que quieren es ir a por ITP Aero, que ya intentó comprar pero no pudo. El fondo Bain está a punto de formalizar la compra, pero Moncloa quiere entrar en la empresa de motores de avión, sea comprándola en el último momento a como socio del fondo estadounidense, que se ha comprometido a reservar un 30% de la empresa a capital español. 

Íñigo Urkullu y Pedro Sánchez. EFE

El gobierno vasco también quiere entrar en ITP, pues cuenta con fábricas e I+D en Euskadi, y de hecho, el PNV vería con buenos ojos una intervención de Indra en ITP para asegurar su españolidad y que el empleo y los centros de investigación se queden en tierras vizcaínas. Por eso la empresa Sapa, propiedad de la familia Aperribay, también se ha planteado entrar en la aeronáutica y ha entrado este año en Indra.

Xavier Alegret

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