Correos pone en ‘stand by’ la venta de su fibra oscura: un botín de 150M
La fibra oscura se ha convertido en una gran inversión para los fondos, y Correos tendrá que aprovecharlo en algún momento
Hay tesoros ocultos cuyo valor, gracias a los fondos de inversión, tienen distinto precio en cada momento. Todo depende de la época, el apetito de compra y también los tipos de interés. Correos tiene más de 68.000 pares de fibra oscura, que suponen cerca de 3.000 km. de red desplegados a lo largo de la geografía española. Estos activos, según estimaciones del sector basadas en las últimas inversiones, llegarían a valer unos 150 millones de euros. La clave será en qué momento activar una potencial desinversión.
Iberdrola hizo una caja de 260 M€ por la venta de su fibra oscura. Red Eléctrica tiene previsto ingresar casi 1.000 M€ solo por el 50% de la suya. ¿Y qué pasa con Correos? Desde la compañía guardan silencio sobre el futuro de estos activos y no se pronuncian al respecto. Sin embrago, fuentes del sector explican a ECONOMÍA DIGITAL que esta infraestructura, si vuelve a crecer el apetito de los fondos por su gestión, tendrá ofertas que la empresa de logística no podrá rechazar.
¿Pero qué es la fibra oscura? Como su nombre indica, la fibra oscura es una fibra sin luz. Se trata, pues, de la fibra óptica ‘sin iluminar’, o lo que es lo mismo, instalada pero sin utilizar. Es decir, es la infraestructura que queda lista para que futuros clientes compren el ancho de banda y sobre ella abran paso a la tecnología que más les convenga.
En el caso de Correos se trata de unos activos de 68.815 pares de fibra, según los últimos datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) correspondientes a 2020. Esto se traduce en una red de 2.974 km. de fibra óptica que llega a 529 municipios, que mezcla entornos rurales y urbanos. Todo ello está bajo el paraguas de una sociedad denominada Correos Telecom.
En este tipo de operaciones se pueden dar muchas variantes para la desinversión. Puede ser como en el caso de Iberdrola, donde una compañía del sector como Lyntia se quedó con los activos; o la situación de Red Eléctrica, que ha sido un fondo el que ha querido hacer con la mitad de la gestión económica de los activos. En el caso de Correos no se conoce cuál y de qué modo se produciría esta situación.
Un negocio con otros actores
Red Eléctrica es el mayor propietario de esta tecnología en España (lo hace a través de la filial, Reintel, que gestiona los kilómetros de fibra óptica que hay desplegados entre la red de transporte eléctrico y la red ferroviaria, entre otros). En la segunda posición está Lyntia, un operador neutro que en 2019 se convirtió en el segundo actor del mercado tras adquirir los derechos de explotación de Iberdrola, una operación que se estudió en la CNMC.
El mercado de fibra oscura en España se encuentra altamente concentrado (los dos principales operadores, Reintel y Lyntia, abarcan más de 90% del mercado) y existen importantes barreras de entrada al mismo; por esta razón, esa operación se autorizó subordinada a los compromisos asumidos por Lyntia.
Pero también otro jugador en el mercado al que no se puede perder de vista: Telefónica. El operador azul no quiere ceder terreno en ningún área de negocio. Por eso, ha relanzado su estrategia de fibra mayorista, sobre todo en el segmento empresarial e industrial.
Según explican fuentes del sector a ECONOMÍA DIGITAL, la compañía dirigida por José María Álvarez-Pallete pretende jugar un nuevo papel en el segmento de la fibra mayorista más allá del mercado residencial. Y es que según las últimas cifras de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), a cierre de 2019 el negocio de la fibra oscura movió en España 200 millones de euros. Un pastel que Telefónica no quiere dejar pasar.
En este sentido, y pese a que Telefónica no es competidor directo de la compañía presidida por Eduardo Taulet o la semipública REE -puesto que el operador azul sí tiene su ‘fibra encendida’ para los clientes-, al final del proceso sí compiten por el mismo negocio: ofrecer acceso mayorista a empresas o industrias para conexión de fibra.
Detrás de la inminente explosión de este negocio se esconde el auge del ‘Edge Computing’ y el impacto que tendrá el 5G sobre todo en el ámbito empresarial e industrial. Por eso, Telefónica no quiere ceder más terreno ante Lyntia, Red Eléctrica y las demás compañías metidas en el negocio de la fibra oscura. Los principales clientes de este negocio son los operadores de telefonía, socios primarios del operador azul, por eso no quiere que haya una posible fuga hacia alternativas neutras.