Correos pide un crédito a Caixabank para tapar un nuevo agujero de 150 millones

La empresa pública cierra el préstamo para pagar nóminas, servicios e inversiones a un interés cercano al 3,5% y deja para el segundo semestre la refinanciación de 325 millones más

El presidente de Correos, Juan Manuel Serrano. EFE/J.M.García

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Correos está con el agua al cuello. No es solo por las horas extra de este julio, que Alberto Núñez Feijóo se comprometió este miércoles a pagar si es presidente del Gobierno, a lo que la empresa respondió que estaban presupuestadas. Es que terminó 2022 con una deuda de unos 600 millones, como explicó Economía Digital, pero cerró el primer semestre con un endeudamiento aproximado de 750 millones. La razón es que la empresa pública presidida por Juan Manuel Serrano logró financiación adicional de 149,6 millones para tapar el agujero presupuestario que tiene desde la pandemia. 

Caixabank concedió en marzo un nuevo crédito a Correos por valor de 139 millones de euros, según explicaron fuentes financieras a Economía Digital. El préstamo es a tres años, por tanto, con vencimiento a marzo de 2026, y con un tipo de interés de euríbor a tres meses + 0,48%, según la previsión que recoge la empresa en sus cuentas de 2022 y confirman las citadas fuentes. Así, el interés inicial sería cercano al 3,5%, pues el euríbor a tres meses se movió en marzo entre el 2,8% y el 3,05%. Caixabank ha declinado hacer declaraciones. 

Correos habría conseguido los diez millones adicionales para concretar ese objetivo cercano a los 150 millones con otro crédito de una segunda entidad, si bien las fuentes consultadas no han podido confirmar de cuál se trataría. Un año antes, en 2022, fue Ibercaja quien completó la financiación de la empresa pública con, precisamente, 10 millones de euros, y parece que la entidad aragonesa podría haber repetido, pero fuentes de la misma han optado por el no comment

El objetivo de estas líneas de crédito es “que soporten las necesidades de liquidez futuras, para hacer frente en todo momento a sus obligaciones de pago y acometer las inversiones previstas”, según consta en la memoria de 2022 de la compañía. Por tanto, es para el día a día, desde el pago de servicios a nóminas, y no hay que olvidar que Correos acaba de cerrar la contratación de cerca de 20.000 empleados para las elecciones y el verano y tendrá que pagar horas extra para llegar a tiempo con el voto por correo.

Correos tiene ya una deuda con la banca de más de 700 millones de euros. Su principal acreedor hasta ahora era Kutxabank, que le prestó 325 millones en 2021. El año pasado, también en marzo, Caixabank le dio un crédito de 123 millones a tres años y un interés de euríbor a tres meses. En junio fue Ibercaja quien le concedió 10 millones, también a tres años, pero ya con un diferencial del 0,2 puntos, y en julio de nuevo Caixabank, 98,8 millones más a tres años y euríbor a tres meses más 0,38 puntos.  

A final de año, Correos había dispuesto de prácticamente el 100% de las tres pólizas de crédito logradas durante 2022 –a penas le quedaba medio millón de los préstamos de Caixabank– , por lo que arrancaba el año, de nuevo, con necesidades de financiación para hacer frente al día a día de una empresa totalmente deficitaria. Ha sido de nuevo el banco catalán el que ha dado aire a la empresa, que se ha convertido en su primer acreedor, pues le debe en total 360 millones. 

La compañía que preside Juan Manuel Serrano está condenada a seguir negociando con la banca, pues tiene el vencimiento del crédito de 325 millones de Kutxabank en abril de 2024. La previsión de Correos es empezar las conversaciones con las entidades en la segunda mitad de año, para cerrar la cobertura de esta devolución cuanto antes ante la subida de los tipos de interés. No descarta, además, necesitar otra línea de crédito para el circulante. 

La deuda disparada de Correos

La empresa de correos y envíos propiedad del Estado ha multiplicado por 18 su deuda entre 2017 y 2022, incremento que tuvo la pandemia como protagonista, cuando se disparó de 39 a 380 millones. Pero después, y si contamos el nuevo crédito de 150 millones, se habría duplicado entre 2021 y 2023, o sea que la compañía ha sido incapaz de aplacar la crisis y sigue inmersa en ella. 

El año pasado duplicó pérdidas, hasta los 217 millones de euros, y vio como sus ingresos caían un 5,7%, hasta los 1.962 millones. Este año va a seguir sufriendo grandes pérdidas, pues sus operaciones financieras denotan que la empresa, que hasta 2020 había subsistido prácticamente sin ayuda de los bancos, depende ahora de los créditos para hacer frente al día a día.  

Además, con las subidas de los tipos, sus costes financieros se van incrementando. Cada crédito que firma tiene un diferencial mayor respecto al euríbor, pues los tres que cerró en 2022, cada uno era más caro que el anterior, y el de 2023 se sigue encareciendo. Pero además, el euríbor también sube. Así, cuando firmó el crédito de Caixabank hace más de un año, era con euríbor negativo y sin diferencia, mientras que en marzo cerró un tipo cercano al 3,5%. 

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