Las startups piden oxígeno: «El Gobierno se ha olvidado de nosotras»
Las empresas tecnológicas españolas llevan semanas negociando con los mayores responsables de Enisa y el ICO para sacar adelante un paquete de medidas
El Gobierno tarda poco en sacar pecho cada vez que el ecosistema de startups del país es celebrado como uno de los mejores del planeta o Barcelona es seleccionada como una de las mejores ciudades para emprender en los rankings internacionales. El Ejecutivo no ha dudado en presumir del sector en numerosos foros, pero ante la crisis del Covid-19 parece haberse olvidado de él. «Estamos sin planes y tenemos casi imposible acceder al paquete de avales de 100.000 millones», lamentan.
Pese a las grandilocuentes proclamas de los políticos sobre la necesidad de fortalecer el sector tecnológico y emprendedor en España, se impone una evidencia: las startups del país siguen pidiendo un plan de ayuda al Ejecutivo para que el parón económico de las medidas contra el coronavirus se lleven por delante al sector y el remedio termine siendo peor que la enfermedad. En la situación actual, llena de incertidumbre, se han producido despidos temporales en masa mientras que otras firmas sufren.
En el sector, emprendedores e inversores llevan semanas reuniéndose y contactando con los principales responsables de la administración que pueden dar una solución al problema: Francisco Polo, encargado del Alto Comisionado para la España Nación Emprendedora, cuya misión es coordinar las actuaciones para el desarrollo de la estrategia España Nación Emprendedora (ENE), y los máximos responsables de Enisa y el ICO.
«Ninguna de las medidas que hemos solicitado ha sido recogida», se quejan desde el sector emprendedor
Estas dos últimas organizaciones son vitales en el engranaje startup. A propósito, la empresa pública Enisa anunció recientemente, con motivo del coronavirus, que paralizaba durante al menos 30 días la firma de préstamos participativos que ya había concedido, descartando que la inversión no estuviera garantizada.
Miquel Martí, consejero delegado de Barcelona Tech City, explica a este medio que las conversaciones son fluidas y que espera que finalmente salga adelante un paquete de medidas que sea la tabla de salvación de las firmas emergentes. Hace hincapié en el que la necesidad de las startups es proteger sus ingresos —vitales para seguir creciendo— y no verse obligadas a interrumpir su actividad.
Sin embargo, el plan de avales prometido por el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido, hasta el momento, una decepción en el sector. «Está en juego el futuro del país», resume en clara alusión a la importancia que tiene cómo quedarán las empresas punteras cuando termine la crisis sanitaria. Martí pone énfasis en el impacto laboral que puede tener el frenazo económico, pues el sector, solo en Barcelona, da cobijo a cerca de 50.000 trabajadores, según sus propias estimaciones.
«Hay cierta frustración porque ninguna de las medidas solicitadas fueron recogidas en el Real Decreto», lamenta David Miranda, socio del despacho Osborne Clarke. En España, a las startups se las agrupó bajo el paraguas de las pyme, pero en la carrera para acogerse a los préstamos anticoronavirus parten con una desventaja: prácticamente ninguna gana dinero, lo que hace imposible que los bancos accedan a otorgarles financiación.
El primer paquete desbloqueado por el Ejecutivo constaba de 20.000 millones; la mitad para pequeñas y medianas empresas. El Estado avala el 80%, sí, pero el 20% restante no lo garantiza nadie y los comités de riesgos de las entidades podrán imponer su criterio para conceder o denegar créditos. «Sin tener un resultado de explotación positivo es prácticamente imposible que las empresas emergentes puedan beneficiarse de este oxígeno», añade Miranda.
ERTE en empresas de movilidad
Ante el freno de los ingresos y las dificultades de acceder a liquidez, ya han llegado los primeros ajustes laborales. Fuentes conocedoras señalan que las más castigadas, como no podía ser de otro modo, son las firmas de movilidad compartida. Empresas de motos eléctricas y patinetes han llevado a cabo sus primeros Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) con la esperanza de que termine el periodo de alarma lo más rápido posible.
Un caso es el de Ecooltra, que explica que ha cerrado temporalmente el servicio en Barcelona, Madrid y Valencia hasta que finalice la situación de emergencia. Esto es debido a que «hemos notado una caída considerable de los viajes (normal, debido a la petición de confinamiento del Gobierno), y consideramos que la mejor manera de proteger nuestra plantilla, que al final es nuestra empresa, es cerrando ahora para volver dentro de unas semanas más reforzados», dicen desde la compañía a este medio.
«La decisión no ha sido nada fácil, pues entendemos que al fin y al cabo ofrecemos un servicio a los ciudadanos y entendemos que los que nos han estado usando ha sido por motivos de extrema necesidad. Hemos tenido un debate largo y tendido internamente, pero creemos que lo más sensato es cerrar filas con nuestros empleados».
También ha realizado un ajuste laboral severo Cabify. Además de implementar el teletrabajo entre su plantilla para los trabajadores de oficina, la compañía española ha congelado prácticamente todos los procesos de contratación que tenía en marcha y ha anunciado un Expediente de Regulación Temporal de Empleo con suspensión parcial de contratos mediante reducción de jornada de la plantilla.
Sí mantiene la actividad en Madrid, donde se ha producido un fuerte descenso de la demanda de viajes, pero al mismo tiempo se ha convertido en una alternativa para los empleados que no pueden teletrabajar.
Otras tecnológicas españolas no han llevado, hasta el momento, ajustes en su plantilla pese a atravesar problemas. Es el caso de Wallapop, que ha parado la parte de envíos a domicilios ante la avalancha de operaciones de compra y venta a través del canal online. Desde la compañía informan de otras novedades, como el permiso a los profesionales de automoción para que mantengan los anuncios de venta de sus coches sin ningún coste.
El Gobierno zancadillea el acceso a financiación
Más allá de las tensiones laborales, las startups también vieron como se zancadilleaba su acceso a la financiación. En su movimiento para proteger a las grandes cotizadas del IBEX que, en horas bajas, podían ser víctimas de opas oportunistas, Pedro Sánchez modificó la normativa sobre inversiones exteriores para que los inversores de fuera de la Unión Europa necesiten de autorización gubernamental para moverse libremente por el capital de las empresas españolas.
Lo que en principio iba destinado a nombres como Telefónica o los grandes bancos puede terminar afectando a las emergentes. Bajo el paraguas de «empresas de sectores estratégicos», el Ejecutivo no hizo distinciones sobre el tamaño de las organizaciones. Firmas del sector biomédico, por ejemplo, pueden ver cómo se complica su acceso al dinero procedente de fondos americanos, asiáticos y, no hay que olvidarlo, británicos.
Y aunque todavía no fue por la modificación normativa del Gobierno socialista, en los últimos días ya han caído algunas de las rondas de inversión esperadas. El business angel Carlos Blanco cuenta que “las rondas grandes que estaban en marcha con acuerdos pactados como Housfy han respetado esos pactos y ya se ha recibido dinero. Pero en algunos casos, se ha aprovechado esta crisis para renegociar las condiciones”.
Las rondas son fundamentales para garantizar la liquidez en las compañías. Solo el pasado año, el conjunto de empresas emergentes españolas levantó cerca de 1.100 millones de euros de manos de inversores extranjeros como el fondo japonés Rakuten.
El contraste con Francia
Con el sector dando síntomas de que la crisis del Covid-19 puede pasarle por encima, la comparación con Francia resulta odiosa. «Allí el Ejecutivo sí se ha implicado específicamente con los emprendedores», contrapone David Miranda. En el Eliseo sí se aprobaron medidas destinadas exclusivamente a las startup.
Por ejemplo: Bpifrance — el banco público del país— se comprometió a destinar 80 millones de euros a rondas de financiación siempre que su aportación no superase el 50% y la otra mitad surgiera del bolsillo de inversores privados. Además, se implementó una línea de ayudas públicas directas de 250 millones de euros.
Las empresas galas también podrán agilizar la devolución de los créditos fiscales pendientes. La medida estrella del presidente Emmanuel Macron es, no obstante, que las startups puedan acogerse a créditos por importe del 25% de su facturación anual o las nóminas de dos años; una propuesta que pondrá en el bolsilla de estas empresas hasta 2.000 millones de euros.