Coronavirus: la hostelería se juega más de 120.000M este 2020
Las medidas de confinamiento aseguran un desplome de la facturación en marzo y abril, fechas en las que el negocio crece a doble dígito
El sector de la hostelería es uno de los más castigados por las medidas sanitarias que tienen como objetivo frenar el coronavirus. En la patronal del sector ya están consultando a sus asociados para ver cuál es el impacto que sufrirá la industria durante los meses de marzo y abril, en los que el confinamiento ha evitado y evitará que miles de empresas puedan subir la persiana cada mañana. El temor generalizado es que la caída de la facturación anual sea demasiado severa y quede a mucha distancia de los 120.000 millones de euros que mueve el sector cada año.
Desde Hostelería España ya temen las peores consecuencias de esta crisis, donde la mayoría de empresarios, que son dueños de micropymes, han tenido sus ingresos a cero desde que se inició el estado de alarma — en sitios como Madrid incluso antes — y son conscientes de que serán los últimos en ver cómo se recupera la normalidad cuando las restricciones de movilidad se vayan levantando de manera paulatina.
El valor del sector, siguiendo las cifras de la patronal, es de una aportación del 6,2% al PIB de la economía española. Los restaurantes, bares, cafeterías y pubs emplean a casi 1,7 millones de personas y la industria está formada por más de 300 mil establecimientos.
Hostelería España lleva advirtiendo de los efectos adversos de las medidas contra el coronavirus desde el 13 de marzo, el mismo día que el Gobierno decidió instaurar el estado de alarma.
Son especialmente importantes los datos de marzo y abril, dos meses en los que el sector, que acoge fechas significativas como los festivos de Semana Santa, está acostumbrado a dar buenas noticias. De acuerdo a cifras del pasado año del Instituto Nacional de Estadística (INE), la variación intermensual de marzo creció a doble dígito (+17,4%) respecto a la de febrero y la de abril aumentó en otro 4,5% respecto a su mes anterior.
La hostelería vive una de sus mejores épocas en marzo y abril
Tras el anuncio del Gobierno de su voluntad para flexibilizar los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), con el objetivo de poder amortiguar el impacto del coronavirus, la hostelería en España acogió con positivismo el anuncio, pero trasladó que necesitaba más medidas.
Entre sus reivindicaciones: suspensión de cualquier obligación de pago de los establecimientos hosteleros a las administraciones, de impuestos y cotizaciones sociales, así como de tasas. Las medidas reclamadas también incluian moratoria en el pago de alquileres con los arrendadores de sus negocios.
Queda por ver cómo afecta el paso del tiempo al sector. El Gobierno decidió este sábado prorrogar por segunda vez el estado de alarma, extendiendo en el tiempo las medidas de confinamiento hasta el 26 de abril, frente al día 11, fecha prevista inicialmente. Ahora en el Ejecutivo hablan de entrar en una fase de desescalada, pero sin entrar a dar detalles de qué o quiénes — tampoco cuándo — se beneficiarán de la relajación de las medidas de movilidad, limitadas actualmente a solo ocho supuestos.
Golpe al empleo
Los datos que sí se pueden cuantificar ya y relacionar con el coronavirus son los del empleo referidos a marzo. El sector de la hostelería junto al comercio fue, de manera conjunta, el más golpeado durante el mes de marzo por la crisis sanitaria.
Ambos sectores se dejaron más de 270.000 puestos de trabajo, de acuerdo a los últimos datos de desempleo publicados el pasado jueves, en el que se alcanzó una cifra de parados dramática y unos incrementos sin precedentes.
Así, el retroceso en la actividad de la hostelería y el comercio, en un 14,27% y un 3,79%, respectivamente, dejaron a estas dos ramas de la economía española entre las más afectadas.
Solo si se analiza de manera individual, la construcción, que pasó de 899.000 trabajadores a cerca de 738.000 en un mes que tuvo solo dos semanas de estado de alarma, superó al resto de sectores, con una caída de más del 17% (151.000 empleados menos).