Así será la reapertura de las tiendas de Zara en la desescalada
Inditex se prepara para subir de nuevo las persianas de sus tiendas. Lo ha hecho ya en Alemania y Holanda y ultima los detalles en otros mercados
Pasada la primera fase del confinamiento, algunos países europeos dan paso a la desescalada y a la apertura de comercios. Inditex ya está poniendo a punto su engranaje para abrir sus tiendas al público. Así lo ha hecho ya en Alemania y Holanda, y ultima los detalles para replicar el movimiento en el resto de mercados europeos. Todo ello a sabiendas de que comprar en Zara o Pull&Bear no será como antes del coronavirus.
El gigante de la moda ha subido la persiana de sus tiendas en otros mercados europeos con medidas de seguridad para evitar el contagio: control de aforo, cuarentena de 24 horas para las devoluciones, horarios reducidos o guantes y mascarillas para el personal de tienda, según avanzan fuentes de la compañía a Business Insider España. Una serie de medidas que se asemejan al plan que Inditex contempla para la apertura de sus puntos de venta en el mercado español, según aseguran fuentes del grupo.
El grupo controlado por Amancio Ortega prioriza la seguridad en tiempos de coronavirus. Por ese motivo, las marcas del grupo realizan controles de aforo en las tiendas abiertas en los mercados europeos. Se permite la entrada de un número máximo de clientes a la vez en función, también, de otros factores como la superficie de la tienda, de tal forma que ambas cifras son correlativas. Es decir, a mayor superficie, más clientes en tienda.
Pero en el aforo de cada establecimiento influye también la forma en la que estén distribuidas las cajas de pago que, como medida adicional, están protegidas con un cristal acrílico. La compañía busca garantizar que se mantenga un metro y medio de distancia de seguridad entre una persona y otra. Para conseguirlo, los empleados de seguridad contabilizan en la puerta el número de clientes que acceden al local. ¿El resultado? Colas a las puertas de las enseñas de Inditex.
Lo que sí estaba en el aire era si Zara, Uterqüe, Oysho o Bershka permitirían a sus clientes probar las prendas. Pues parece que esta cuestión todavía no está del todo clara. Si bien Inditex dice que sí se puede probar la ropa, algunas tiendas ya operativas en mercados europeos mantienen sus probadores cerrados porque consideran que el riesgo de contagio es, todavía, muy elevado. Y es que la cuestión de probar o no las prendas se planteaba ya como el principal escollo de la vuelta al funcionamiento habitual de las tiendas del grupo gallego.
El protocolo a seguir contempla que, en caso de que una prenda haya mantenido un largo periodo de exposición a los clientes, se desinfecte con una suerte de vaporeta diseñada para ello. Pero, aún hay más, ya que fuentes del grupo gallego avanzan a este medio que las devoluciones siguen un procedimiento especial: las prendas deberán permanecer sin contacto alguno 24 horas, que es el tiempo que se estima que vive el virus -aunque, ciertamente, depende del tejido-.
Una apertura en función de la capacidad de las tiendas
Antes de entrar, al igual que sucede en los supermercados, los clientes tienen que lavar sus manos con desinfectante. Y, una vez en el interior del local, el pago en caja se realiza únicamente con tarjeta.
Además, la apertura de las tiendas depende de la capacidad de cada una. Los establecimientos abrirán sus puertas de forma controlada y escalonada. Es decir, no se subirá la persiana, en un primer momento, de todos los puntos de venta del grupo, sino que su apertura se está realizando de forma progresiva, garantizando que se pueda controlar el flujo de clientes en su interior.
Las tiendas abren sus puertas, por el momento, en horario reducido. Los empleados se dividen en dos turnos diferenciados y con una pausa intermedia para que no coincidan en los vestuarios.
En este escenario de progresiva desescalada, los trabajadores de las marcas del grupo deben llevar guantes y mascarilla. Sin embargo, en lugar de cambiarse los guantes, los empleados los desinfectan con gel hidroalcohólico como se hace ya en los supermercados. Además, hay gel desinfectante en las líneas de caja tanto para los clientes como para el personal de tienda.
España es, aun así, un caso paradigmático. La apertura de las tiendas depende de las medidas de desescalada que adopte el Gobierno central y las comunidades autónomas. En un primer momento, Inditex plantea un plan de apertura con una estrategia similar a la de otros países europeos.
El gigante gallego de la moda, dueño Zara, Pull&Bear, Bershka, Stradivarius, Uterqüe y Zara Home, suma hasta 1.600 tiendas cerradas por la crisis del coronavirus. Para evitar la acumulación de stock en sus tiendas, puso en marcha un plan por el que 800 empleados de 290 puntos de venta recuperarán las prendas que quedaron en los establecimientos para procesar los pedidos del canal online.
Inditex cerró el pasado ejercicio fiscal —concluido el 31 de octubre— con una cifra de negocio de 28.286 millones de euros, lo que supone un 8% más en términos interanuales. El beneficio neto repuntó un 6%, hasta 3.639 millones. El grupo anotó una provisión de 287 millones para hacer frente al impacto del coronavirus, según avanzó en la presentación de resultados anuales.
Y, aunque inicialmente no cerraba la puerta, finalmente descartó aplicar un ajuste temporal de empleo (ERTE) a su plantilla en abril. El bajo endeudamiento es la principal baza del grupo para sortear el impacto de la pandemia. Su reducido apalancamiento ayudará a la matriz de Zara a recuperarse de la caída de ventas más rápidamente que rivales como H&M y Gap, más endeudados, según los expertos consultados.
Noticia original: Business Insider, Autor: Lidia Montes