Amazon busca repartidores ‘low cost’ tras la rebelión de los carteros
La tecnológica refuerza su red de Amazon Flex, formada por particulares, con ofertas de 56 euros por cuatro horas mientras el personal de Correos pide parar
Uno de los pocos sectores en la economía que no sufrió el impacto del coronavirus es el del e-commerce. Con la mayoría de los establecimientos cerrados y la prohibición de salir de casa si no es por motivos de primera necesidad, son muchos los españoles que optaron por adquirir online productos para respetar el confinamiento. El auge de los envíos levantó reacciones contrarias: si en Correos advierten que los contagios se disparan entre sus trabajadores, Amazon busca como poder repartir todos los paquetes de la mano de particulares.
En los últimos días, el gigante tecnológico estadounidense ha agudizado su campaña para encontrar repartidores a través de Amazon Flex, el servicio a través del que particulares realizan las entregas con sus propios vehículos. El salario que pueden llegar a percibir: 56 euros por bloques de cuatro horas; un sueldo al que hay que restar los gastos en gasolina, por ejemplo.
La multinacional presidida por Jeff Bezos trata de incrementar así su red de personal para dar alcance a la avalancha de pedidos recibidos. Además, mientras en Estados Unidos creó un fondo de ayuda de 25 millones de dólares para el colectivo, en España no se va a aplicar ya que los repartidores en la Península son autónomos y trabajan con su vehículo particular.
Este viernes falleció una trabajadora de Correos muy cerca de Igualada
De este modo, mientras Amazon trata de expandirse, el personal de Correos pide justo lo contrario. Es cierto que las oficinas de la firma postal ya recortaron su horario de apertura al público, pero los carteros señalan que los contagios se amontonan, pues ya hay 40 infectados y más de 400 trabajadores en cuarentena. “Nos dan recomendaciones a la hora de mantener la distancia, pero muchas veces son imposibles de cumplir”, señalan fuentes sindicales a Economía Digital.
Las mismas voces cargan contra la decisión de Correos de mantener la actividad de distribución y entregar de todo tipo de productos y no los esenciales. En este sentido, denuncian que tengan que transportar paquetes de hasta 20 kilos. Las protestas se recrudecieron después de que dos empleados de Poste Italiane –el homólogo italiano de Correos– fallecieran en pocos días. «¡Ya es suficiente, es hora de cerrar las oficinas de correos», protestó el Sindicato de los Trabajadores de la Comunicación.
Horas después de la publicación de este artículo, el sindicato CGT informó del fallecimiento de una empleada de Correos en La Pobla de Claramunt, muy cerca de la confinada Igualada (Barcelona). La empleada tenía un contrato eventual y ejercía tanto de repartidora como de administrativa.
La guerra interna en Correos
Las reivindicaciones en Correos llegan después de una carta del presidente de la empresa pública, Juan Manuel Serrano, que sentó muy mal entre la plantilla. En ella, el directivo admitía el descontento de los trabajadores por las condiciones actuales, pero advertía que solamente se mantenía en sus puestos alrededor del 30% de la plantilla y que se disponía de máscaras y geles.
No convenció a los empleados y, horas después, el sindicato UGT respondió con otra carta en la que lo tildaba de mentiroso y lo acusaba de la falta de medios que a día de hoy hay en la mayoría de centros del servicio postal, pues se carece de mascarillas y los envases de líquido desinfectante no se pueden llevar al reparto de paquetería ya que son demasiado grandes.. Algunas fuentes consultadas incluso solicitan la dimisión del ejecutivo.
Y mientras los trabajadores de Correos piden mayor protección, en Amazon se contratará a 1.500 personas más para atender a la demanda. Además, se le subirá el salario a la plantilla alrededor de un 20%.
Pero no todo es de color de rosa en el gigante logístico. Como han explicado varios medios a lo largo de esta semana, ya son como mínimo tres los positivos por coronavirus detectados en los centros de distribución de la firma. Y mientras CCOO denuncia que está en riesgo la salud de los trabajadores, Amazon no quiere ni oír hablar de cerrar las naves.
Dos casos fueron en el centro de San Fernando de Henares (Madrid) y otro en El Prat de Llobregat (Barcelona). Con casi 7.000 empleados entre ambas instalaciones, la firma trata de mantenerlas abiertas como sea, pues son el principal pulmón de su distribución en España. No obstante, el sindicato ya advierte de que denunciará el caso ante Sanidad .