DIA justifica su empresa en Suiza con proveedores ocultos hasta ahora
El conflicto de los franquiciados estalla en plena junta de accionistas de DIA
DIA ha defendido la instalación de dos empresas en Suiza porque sus fabricantes de marca tienen sede en ese país. Ricardo Currás, consejero delegado de DIA, tuvo que contestar ante sus accionistas por las operaciones en Suiza y por el conflicto con sus franquiciados.
“Suiza parece un lugar infernal, pero es un lugar donde creemos que ese tipo de actividad de negociación es el adecuado porque nuestros fabricantes de marca tienen fundamentalmente su sede allí. Eso nos facilita la relación con ellos y, por supuesto, todo el dinero que negociamos con nuestros fabricantes está absolutamente declarado”, explicó Currás a uno de sus accionistas para justificar la creación de dos empresas en ese país a pesar de que no cuenta con actividad ni operaciones regulares en Suiza.
DIA compra la inmensa parte de su producción en España: carnes, embutidos, frutas, verduras, pescado, congelados, bollería, lácteos, aceites y productos procesados. Pero la compañía insinúa que la mayoría de sus productores son suizos, sin especificar cuántos ni cuáles.
18 millones de ingresos en Suiza
La cadena de supermercados DIA ha ingresado 18 millones de euros en Suiza, donde no tiene ni una tienda, tal como publicó este diario. La compañía cuenta con DIA World Trade SA y ICDC Services Sàrl, que fundó junto con la cadena de supermercados francesa Casino.
DIA World Trade está dedicada a “prestar servicios a los proveedores de las sociedades del Grupo DIA” mientras que ICDC Services, Sàrl se dedica a “la negociación con proveedores internacionales”. Pero hasta los propios inversores no se explican estas operaciones.
“No tenemos idea de dónde DIA World Trade pudo generar 18 millones de euros en ingresos”, explicaron a este diario fuentes de un fondo internacional que estudia las operaciones de la compañía y que apuesta por la caída de la acción.
Este viernes, en plena junta de accionistas, otro inversor volvía a preguntar por las operaciones en Suiza. “Tenemos una central de compras en Suiza y necesitamos tener los instrumentos normales para la gestión”, explicó Currás sin dar demasiado detalle de esas operaciones.
Las empresas de DIA en Suiza forman parte de las operaciones de España y Portugal, al margen de la estructura de los países emergentes conformada por Brasil, Argentina y China.
El conflicto con los franquiciados
La junta de accionistas aprobó este viernes todas las propuestas sometidas a votación, pero la junta directiva tuvo que pasar un trago amargo. Dos de los tres turnos de preguntas reprodujeron el malestar de los franquiciados con la gestión económica de la empresa, a quien acusa de imponer condiciones leoninas y lucrarse a costa de sus pérdidas.
El accionista Eduardo José Cuevas, abogado defensor de una franquiciada DIA, preguntó por la rotación de las franquicias y la rentabilidad media y David Perales, abogado especializado en demandar a franquicias con conflictos abiertos, preguntó por los ratios de litigios.
Sobre lo primero, el máximo responsable de DIA no quiso contestar. «Es información que nunca aportamos a los mercados y creo que no deberíamos aportarla», explicó el máximo responsable de DIA.
Pero sobre el segundo punto dio detalles. “Tenemos 2.147 franquicias en España y solo diez litigios abiertos. Es un número bajo. La Audiencia Nacional ha desestimado una querella en tres ocasiones. Hemos iniciado litigios por 1,7 millones de euros contra algunos franquiciados. En Argentina no tenemos ninguna sentencia en contra y en Brasil tenemos 20 litigios entre 671 tiendas en total”, explicó Currás.
Pero los abogados de franquiciados presentes en la junta –tres en total— detallaron algunos los casos en el que DIA había perdido sentencias judiciales tanto en España como en Argentina. El abogado Alejandro Sánchez asegura que hay al menos dos condenas que reconocen que los franquiciados son empleados, no empresarios independientes, lo que podía generar una ola de demandas contra DIA en ese país.
DIA, que no dejó entrar a la prensa a la junta de accionistas (algo habitual en otras cotizadas como Santander, BBVA o Iberdrola). También contrató a personal de seguridad privado y llamó a la Policía Nacional para evitar altercados con sus franquiciados arruinados que acudieron a protestar. El ambiente era tenso.
Dentro, el consejero delegado Ricardo Currás terminó la sesión asegurando que los accionistas que tomaron la palabra no representaban a la red de franquiciados de la empresa. Aseguró que todo el conflicto es un “ruido mediático vacío” y que son la primera empresa franquiciadora de éxito de España. En las puertas del recinto, una decena de franquiciados intentaba desmentirlo con sus carteles “DIA presunta estafa”.