Comsa insiste en recortar plantilla al margen del ERE
La constructora prescinde de 22 empleados en septiembre y acumula unos 70 despidos en un año, con un goteo diseñado para no tener que presentar expediente
Tras una crisis inmobiliaria sin precedentes, las constructoras de obra pública no pueden terminar de levantar cabeza a causa de las restricciones presupuestarias de las administraciones por el mandato de recortar el déficit público. Una de las más importantes en este terreno en Cataluña, Comsa, ya gana dinero, pero su actividad se frenó el año pasado, por lo que está teniendo que hace ajustes, aunque de forma discreta.
Comsa SAU, la constructora del grupo participado por las familias Miarnau (70%) y Sumarroca (30%), ha despedido a 22 personas durante el mes de septiembre. No se trata de un caso aislado, ya que en el último año han salido más de 70 personas mediante despidos individuales, según han explicado fuentes sindicales a Economía Digital.
La compañía ha argumentado que «las amortizaciones de puestos de trabajo llevadas a cabo durante el presente año han tenido su razón en la necesidad de ajustar objetivamente la plantilla a los niveles de demanda de la actividad en España, como consecuencia, principalmente, de la reducción de adjudicaciones públicas». A pesar de ello, Comsa no tiene previsto realizar un ERE.
Despidos tras un ERTE
El goteo de despidos se inició en verano del año pasado, después de que la constructora diera por finalizado prematuramente el expediente temporal (ERTE), que terminó en agosto en vez de en diciembre, como estaba inicialmente previsto. Entonces, la empresa ya avisó a los sindicatos de que podría haber despidos, y los ha habido.
Desde entonces, Comsa ha ido echando a trabajadores en pequeños grupos, aunque formalmente eran despidos individuales. En concreto, las salidas se hacen en series de unos veinte empleados, y escalonadas en el tiempo. Siempre con un ojo puesto en la legislación laboral para no sobrepasar los límites que le obligarían a presentar un expediente de regulación (ERE).
Cuando una empresa despide a más de 30 personas, o el 10% de su plantilla, en un periodo inferior a tres meses, debe por ley presentar un ERE. Ello le obliga a comunicarlo al comité de empresa, abrir un periodo de consultas y negociar con los sindicatos, algo que suele añadir dificultades y, sobre todo, ruido, ya que éstos suelen difundirlo. Sin ERE no hay ruido.
Las líneas rojas
Por ello, la compañía que preside Jorge Miarnau está haciendo los despidos con una meticulosa legalidad: sin sobrepasar los límites y pactándolos individualmente, según han explicado las mismas fuentes. No obstante, el comité de empresa de la constructora está atento para vigilar que no se crucen las líneas rojas de la legalidad.
Precisamente para mantener esta vigilancia, los sindicatos han pedido a la empresa los datos de todos los despidos, ya que en aquellas provincias en las que no tienen representación sindical, no disponen de datos propios. La mayoría de las salidas están siendo en Barcelona, donde Comsa tiene más actividad. Sólo en septiembre fueron ocho.
Además, el comité de empresa ha alertado de que se está prescindiendo de trabajadores con mucha antigüedad. De los ocho despedidos el mes pasado en Barcelona, seis llevaban más de diez años, y uno más de treinta. Se trata de topógrafos, delineantes y algún encargado.
Recorte drástico
Comsa vivió los grandes recortes de personal durante los primeros años de la crisis. Actualmente, la constructora tiene unos 800 empleados; antes de la recesión eran cerca de 2.500. La mayoría del recorte se hizo prescindiendo de temporales: como todas las empresas del sector, tenía muchos contratos por obra y servicio determinado, que se terminaban cuando se daba finalizada la obra, y que durante la crisis se dejaron de renovar.
Comsa SAU cerró 2015 con una facturación de 743,7 millones de euros, un 12% menos que en 2014. El beneficio se resintió de este descenso de los ingresos, con una caída del 18,6%, hasta los 25,4 millones.