Competencia avisa a Telefónica: resolverá en ocho meses la investigación sobre la compra de Oi en Brasil
La CNMC brasileña publica en el diario oficial el estado del análisis sobre la compra de los activos de telefonía que se produjo a tres bandas
La compra de la quebrada Oi Brasil por parte de Vivo (Telefónica) en un consorcio con Claro (América Móvil, de Carlos Slim) y TIM (Telecom Italia) tiene flecos para cerrarse. Las quejas de los rivales han provocado que los servicios de competencia analicen la compra por la que el trío de compañías dominantes desembolsaron 2.684 millones de euros.
El Consejo Administrativo de Defensa Económica (Cade) — similar a la CNMC en España — publicó este miércoles el aviso en el Diario Oficial (DOU) del país sobre el estado de la investigación de la compra de activos de telefonía móvil de Oi.
El Cade señala que tiene de margen ocho meses (240 días) para dictar una resolución y esclarecer si la operación de concentración que se ha vivido en el mercado de operadores brasileños tendrá o no efectos negativos para la competencia.
El plazo de análisis, sin embargo, puede extenderse otros 90 días más o 60 días, en este último caso si lo solicitan algunos de los abogados de las partes. Todo hace pensar que a mediados de noviembre se conocerá la decisión del regulador del país.
Por qué se investiga la compra
El revuelo generado se debe a las maniobras de Algar Telecom, el pequeño operador del país que entre sus accionistas tiene al máximo propietario de Cellnex, el fondo soberano de Singapur GIC.
Algar considera que la unión de Vivo, TIM y Claro no fue lícita, porque juntas pudieron imponerse en la puja por los activos móviles de Oi.
No hay que olvidar que hablamos de la unión de tres gigantes: Telefónica es el operador con más líneas móviles en Brasil, TIM está controlada por la europea Telecom Italia y Claro es propiedad del magnate mexicano Carlos Slim.
Telefónica, Claro y TIM pagaron aproximadamente 2.684 millones de euros por los activos móviles de Oi
Las tres pagaron aproximadamente 2.684 millones de euros por todos los activos móviles de Oi, que más tarde se repartieron con el objetivo de que ninguno retrocediera posiciones en el mercado. Se trataba claramente de una operación defensiva.
Algar no ha estado solo contra Telefónica, TIM y Claro. Telcomp, una asociación que representa a pequeños operadores, también se ha manifestado en contra de la venta troceada de Oi para los operadores dominantes. Consideran que esta decisión únicamente se traducirá en malas noticias para el consumidor final.
Sea como fuere, la maniobra de los socios echó por tierra las previsiones de Algar. De acuerdo a varios medios locales, el quinto operador del país tenía la intención de aliarse con el gigante de infraestructuras Highline Do Brasil, propiedad del fondo de inversión Digital Colony.
Digital Colony estuvo muy cerca de imponerse en la subasta de los activos móviles de Oi. El responsable de la firma estadounidense que tiene sus ojos puestos en Brasil es Thomas Barrack Jr, un famoso empresario cuya fortuna roza los 1.000 millones de dólares, según Forbes.
Importante operación para Telefónica
Telefónica en Brasil tuvo que desembolsar 5.500 millones de reales (894 millones de euros al cambio en ese momento) por la compra de los activos móviles. En términos operativos, Vivo se hizo con 10,5 millones de clientes y 43 megahercios de espectro de la red.
La compañía presidida por José María Álvarez-Pallete informó el pasado 29 de enero a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) que la compra estaba cerrada, pero seguía sujeta a las condiciones de los reguladores.
La cotizada española nunca ha escondido que la compra de parte de Oi ha sido muy importante para mantenerse en el país. Brasil es la primera plaza de Telefónica fuera de Europa y no está entre los planes de desinversión de la región de Latinoamérica. Pese a los problemas por el efecto divisa, el país sigue siendo una gran fuente de ingresos en el negocio global de la operadora.