Colonial recupera la senda de los beneficios gracias a Francia
La junta de accionistas aprueba la agrupación de sus acciones para “devolver a la normalidad” a la inmobiliaria, que seguirá concentrada en su negocio patrimonial
La internacionalización ha dado oxígeno a la frágil situación de Colonial, sometida desde febrero de 2010 a un proceso de reestructuración, pensado para recapitalizar la compañía. Concretamente, ha sido su negocio francés, que concentra el 60% de los activos, el que ha permitido encarrilar a la inmobiliaria en la senda de los beneficios. Con estos argumentos Juan José Brugera, su presidente, ha explicado la vuelta a la rentabilidad en 2011 –10 millones de beneficios hasta marzo– a la junta de accionistas.
El dinamismo de la economía francesa así como la revalorización del 7% aproximadamente de los activos de la filial francesa, SFL, han permitido compensar la pérdida de valor de sus propiedades en nuestro país y el estancamiento del mercado español, según ha reconocido Pere Viñolas, consejero delegado de la empresa catalana.
La inmobiliaria, especializada en el alquiler de oficinas en las zonas premium de Barcelona, Madrid y París, supera de esta manera “el punto de inflexión que supuso el paquete de medidas aprobadas en 2010”, según Viñolas, para reestructurar financieramente y devolver a la compañía a la viabilidad. Este ha sido un proceso “pionero en el sector” –según Brugera– que ha permitido recapitalizar y dotar a la antigua participada de La Caixa de una estructura financiera a largo plazo.
Viñolas también ha informado a sus accionistas que Colonial está dispuesta “para iniciar una fase expansiva” debido a la estabilización del mercado del alquiler que sube en Francia y se mantiene en España y a la refinanciación del 100% de los activos no estratégicos que le han permitido presentar, según sus responsables, los resultados positivos en el primer trimestre de 2011 y prever “que el año termine en positivo”.
Activos problemáticos
Parte de este plan supuso la creación de una nueva sociedad que concentra los activos no estratégicos y más problemáticos para Colonial. Se trata de viviendas y terrenos residenciales que suponen una carga para el balance de la inmobiliaria, que sólo quiere dar continuidad a su negocio patrimonial. Esos activos se agruparon en Asentia, que debe 800 millones y para los que Colonial ha provisionado 150 millones.
“Nuestro objetivo con Asentia es gestionar a largo plazo y con paciencia esta compañía, pero no somos positivos ni tenemos ninguna esperanza en este tipo de negocios, así que nuestra estrategia consiste en conservar todo el valor que podamos y desinvertir poco a poco”, según ha explicado Viñolas.
Reordenación accionarial
En la junta de accionistas –“plácida y tranquila”, según Brugeras– se ha aprobado una operación de contra-split por la que se han reducido el número de acciones. “No tiene ningún sentido que nuestro capital esté fraccionado en más de 22.000 millones de títulos”, ha revelado Viñolas. Tras la luz verde de la junta a esta propuesta, cada 100 acciones pre-existentes serán sustituidas por una nueva. “Es un síntoma más de la vuelta a la normalidad de Colonial”, cree su consejero delegado.