Del coche a los patinetes: así es el mapa de la movilidad en España
La movilidad compartida es el nuevo fenómeno de las grandes ciudades de España. Más de 20 empresas, muchas extranjeras, han irrumpido en el país
El crecimiento de la movilidad compartida en España deja el mapa de las ciudades lleno de nuevos modelos, ya sea de dos o cuatro ruedas. Son opciones baratas, porque el precio medio por minuto de uso no supera los 30 céntimos; menos contaminantes, porque sustituyen al vehículo privado, y fáciles de usar porque basta con un móvil y conexión a internet.
Pero la proliferación de estos modelos se ha producido de manera desigual por toda España, por lo que te proponemos un resumen a modo de guía para saber a qué te puedes subir para desplazarte por dentro de Madrid, Barcelona, Valencia y el resto de grandes capitales.
A modo de resumen, para saber cómo se ha llegado hasta aquí, hay que tener en cuenta el factor de la regulación. El coche compartido resiste y se concentra en Madrid, donde la creación de espacios como Madrid Central le ha beneficiado, mientras que Barcelona acoge patinetes, bicicletas y motos con una regulación más restrictiva, que hace la ciudad menos atractiva para su negocio. Valencia, Zaragoza y distintas ciudades de Andalucía también están acogiendo estos nuevos modelos de movilidad.
Marta Becerra, de la plataforma Smart Mobility, explica que en el sector del carsharing se contó con el beneplácito del Ayuntamiento de Madrid para aparcar en zonas reguladas, mientras que en Barcelona, por problemas de espacios públicos, no se les permitió. Y en el caso de las motos, en Barcelona se obliga a las empresas a pagar una tasa adicional por el uso del espacio público.
¿Y las empresas?¿Cuáles han tenido más éxito? Tres hechos a tener en cuenta: las bicicletas compartidas fueron la primera burbuja en crecer, pero también en estallar; la de los patinetes parece ir de camino, con fusiones y cierres de compañías, y la de las motocicletas y coches son las que mejor aguantan, si bien es cierto que algún operador ha tirado la toalla y otros no se atreven a salir de la capital.
Así, te dejamos las principales compañías de movilidad compartida que puedes utilizar en diferentes puntos de España.
El coche compartido se centra en Madrid
Emov. Es el servicio de carsharing del grupo PSA, el conglomerado que agrupa Citroen, Peugeot y Opel. Su base de operaciones actualmente es solo Madrid, aunque ha explorado expandirse a Barcelona, donde lamenta la falta de aparcamientos.
Zity. Se trata de la apuesta de Renault y Ferrovial. También tiene su radio de acción en la capital, donde anunció hace un año que ampliaba su servicio, añadiendo los barrios de Pinar del Rey, Mirasierra, Montecarmelo, Fuentelarreina, Simancas, Salvador y abarcando una mayor parte de Hortaleza.
Share Now. Quizá te suene más el nombre de My Taxi, el servicio de taxi que en España ofrece a través de una joint venture Daimler y BMW y ahora se conoce como Free Now. Tras la alianza de ambos fabricantes de vehículos, también se rebautizó este servicio de coche compartido, conocido entonces por Carg2Go. Y no, tampoco está más allá de Madrid, aunque ha anunciado dónde le gustaría estar.
¡Tenemos muchas ganas de poder llegar a toda España, y Barcelona nos encanta! El equipo de desarrollo trabaja en las mejoras del servicio, incluyendo los estudios de ampliación de flota y de zonas operativas. A través de nuestras redes os informaremos de todos los avances. 🙂
— SHARE NOW España (@ShareNow_ES) August 1, 2018
Wible. Conocido por ser el nuevo servicio de alquiler de coche compartido de la surcoreana Kia y la petrolera española Repsol, Wible comenzó sus operaciones en Madrid en el segundo semestre del pasado año con una tarifa base que competía claramente con los tres servicios mencionados. De momento tampoco tiene planes de salir de la capital.
Cargreen. Solo lo encontrarás en Valencia, donde ha llegado recientemente tras años de retraso. El sí del Ayuntamiento de Valencia ha autorizado a esta firma local a poner en marcha un proyecto piloto. El plácet no es definitivo, sino que dicha autorización para prestar este servicio se otorga por un plazo de doce meses, prorrogable por otro medio año.
La fiebre del patinete se nota
Si los coches compartidos apenas se pueden ver más allá de Madrid, con los patinetes pasa todo lo contrario. Más de una decena de empresas han empezado a expandirse por las principales ciudades. Y no solo son Madrid o Barcelona. Zaragoza, Bilbao, L’ Hospitalet o Valencia tienen servicios disponibles.
El número de compañías no ha hecho más que crecer y protagonizar un auténtico hype, pero alguna ha empezado a mostrar síntomas de agotamiento, como Tier o Circ, que se extenderían a todo el sector por varias razones: se apoyan en un negocio poco rentanble, muy competido y marcado por la estacionalidad (en invierno poca gente se sube a un patinete). «El mercado se ha ido autorregulando», explica Becerra desde Smart Mobility, que añade que normativas municipales como las de Madrid añaden problemas adicionales porque son difíciles de cumplir.
Movo. Es la marca que Cabify utiliza para sus motos y patinetes. Su servicio es similar al resto de dispositivos de la competencia: uso a través de la app y sistema de ancaje libre. Lo mismo ocurre con la base de las tarifas, que consisten en un pago fijo por desbloqueo y otro que varía en función de cuantos minutos pases conduciendo. Los patinetes los puedes utilizar en Valencia y Madrid; las motos, en Barcelona y Madrid.
Jump. Si Cabify tiene patinetes, Uber no iba a ser menos. Los de su rival son azules y los suyos son rojos. La compañía californiana utiliza sus Jump solo en Madrid, aunque en otras ciudades utiliza esta misma marca para bicicletas.
Reby. La marca Reby está en Barcelona, en Zaragoza y en Gijón. Apoyada por directivos que trabajaron en Tesla, esta empresa de origen español se diferencia en muchos aspectos al de otros competidores, como la durabilidad de sus dispositivos, que prefieren expandirse por muchas más ciudades.
Lime. Fundada en Florida en 2017 y con una valoración cercana a los 1.100 millones de dólares tras tres rondas de financiación en 2018, fue una de las primeras compañías de patinete que llegaron a Madrid. Cuenta con mucho músculo financiero de apoyo: Uber y GV, la división de capital riesgo de Alphabet (Google).
UFO. Ante tanta compañía extranjera, la empresa española Seat también se ha lanzado a la carretera con los patinetes. Empezó en Madrid, donde registró 13.000 usuarios en solo dos meses, y continuó por Málaga este verano.
Voi. Es otra compañía de patinetes que ha hecho mucho ruido, convenciendo a grandes inversores para que inviertan dinero en el proyecto. En España opera en tres ciudades, Madrid, Zaragoza y Málaga, si bien es cierto que se ha expandido por medio mundo.
Wind. Está firma alemana es menos conocida y no tiene tanta presencia en el mapa. Opera en Madrid y lo intentó en Barcelona con muy mal resultado: fue desalojada a las pocas horas de implantarse porque no cumplía con la normativa.
Bird. Nacida en California, esta empresa de patinetes tiene autorizados por el Ayuntamiento de Madrid 797 dispositivos, la ciudad de España en la que más patinetes pueden encontrarse.
Las motos resisten en la ciudad
Los viajes en moto compartida han aumentado en los últimos años en España, hasta el punto de que el centro alemán sobre movilidad Innoz asegure que el nuestro es el tercer país (de los analizados) con mayor número de scooters eléctricas de motosharing. El mismo estudio calculaba en el país circulaban ya casi 1.500 unidades a finales de 2017, solo por detrás de Alemania y Francia.
Acciona. La empresa de infraestructuras apuesta por el sector con más de 3.000 motos en Valencia, Sevilla, Barcelona, además de ciudades fuera de España como Lisboa. Lo hace con motocicletas cuyas prestaciones son 125 centímetros cúbicos y dos modalidades de conducción, con las que se puede alcanzar una velocidad de hasta 50 Km/h para ciudad e incluso de hasta 80 Km/h para circular por vías rápidas.
Muving. Participada por inversores como la familia Contreras y el fondo Black Toro Capital, las motos Muving son unas de las más reconocidas del sector. Antes de que finalizara el año agrandó su posición al integrar a Ioscoot, participada por la familia propietaria de la cadena de autobuses Alsa.
Ecooltra. Aterrizó en Madrid en 2017 pero ya antes estaba en Barcelona. Como no contaba con tantos vehículos como los carsharing de Madrid, delimitó el radio de acción a varios distritos del centro de la capital y siempre dentro de la M-30.
Yego. A diferencia de muchas, las motos Yego (antes Yugo) están en Barcelona y Valencia, pero no en Madrid. Esta empresa, fundada por Benjamin Viguier, Tim Ougeot y Yann Sander, ha superado ya los 30.300 usuarios activos al mes y cuenta con más de 110.000 usuarios registrados, de acuerdo a datos aportados por la compañía.
Coup. Aparece en la lista pero es la única empresa que ha dejado de operar recientemente. Lo comunicó recientemente en un mensaje a sus usuarios, a los que explicó que por motivos económicos no podía seguir prestando servicio en Madrid. Su servicio de atención al cliente estará disponible hasta enero.
No son tiempos para las bicicletas
En el mundo de las bicicletas compartidas los modelos públicos, como Bici MAD, están ganando la partida a las privadas. Becerra explica alguno de estos motivos está en el tipo de vehículo: las públicas son eléctricas y van con motor, lo que ayuda a los usuarios en ciudades con cuestas.
Ofo. La compañía china de bicicletas llegó a teñir el mapa de amarillo en los años de su boom, pero con el auge de otros modelos fue desplazada hasta que decidió dejar España. Cesó operaciones en Madrid, Granada, Valencia y Marbella para, según comunicaron, centrarse en negocios «más rentables».
El servicio de bike sharing @ofo_ES se va de Madrid, sus bicis por lo que parece se quedan en el Manzanares 0_0 pic.twitter.com/juDHw3EZw8
— Bicicrítica Moratalaz (@Moratacleta) July 29, 2018
Mobike. Es la otra gran compañía china de bicicletas que aterrizó en Madrid. Recientemente lo ha hecho en L’Hospitalet (Cataluña), donde ha tenido problemas con el ayuntamiento. Antes de pisar el suelo de España ya habían recorrido parte de Europa: Italia, Reino Unido, Alemania, Francia y Países Bajos.
oBike. Esta empresa singapurense llegó a Madrid en 2017 con una prueba piloto con la que desplegó 110 bicicletas repartidas en Las Tablas (50), Usera (50) y Salamanca (10). Pero un año más tarde desaparecieron misteriosamente de la capital y de Granada, donde llegaron poco después. Fue un adiós no anunciado que trajo problemas a sus usuarios, que habían depositado una fianza de 49 euros y no sabían si iban a recuperarla.
Donkey Republic. Es una empresa con sede en Copenague (Dinamarca) y cuyo color representativo es el naranja. Su objetivo es tejer una red global de usuarios que compartan sus bicicletas. De momento, en España lo hacen los de Málaga y los de Barcelona.